martes, enero 12, 2010

Sí lloren por mí

por Radha Krishna das

Reconozco que en El Tambor Rugiente no hemos hecho suficiente mención sobre ciertas cosas que están sucediendo en algunos sitios de Latinoamérica. Un caso específico es el de Argentina. No sé la razón de tal omisión. Quizá sea porque nunca he visitado el país (se aceptan invitaciones), o porque a los devotos argentinos que conozco me los he encontrado en el extranjero y no hago la conexión persona-país, o porque sus líderes a partir de los 1980s nunca fueron santos e mi devoción, como Harikesa (por loquito), o Bhakti-bhusana (por taimadito). Sin embargo, siento un gran respeto por el yatra argentino.

A finales de 1972 pasó por México Hanuman, entonces Swami, rumbo a Argentina para abrir el templo allá. Se llevó de aquí a Prakasananda Prabhu como ayudante en la misión. Yo había hecho sankirtan con Praka desde el día siguiente que ingresé al templo, así que las noticias que vinieron de allá posteriormente siempre me interesaban.

En 1973 yo trabajaba aquí en la producción de los libros del Movimiento. Había que traducirlos, diseñarlos, imprimirlos y distribuirlos. Mi supervisor era el presidente del templo, Haihaya das, por cierto de origen argentino. Una de nuestras responsabilidades era enviar libros a todos los templos de habla hispana, que eran Caracas, Buenos Aires y San Juan Puerto Rico. Y allí estaba yo, comprando cajas, llenándolas de libros, y llevándolas a la agencia aduanal para su exportación, algunas de la cuales iban para Argentina.

Mi siguiente experiencia argentina fue cuando llegó una oleada de devotos de allá a México con motivo de la visita de Srila Prabhupada en 1975. Se les puede ver a todos en las fotos oficiales de Iskcon de esa visita.

En 1976 las cosas no se veían bien en el horizonte argentino. Llegó la dictadura militar y el movimiento recibió ciertos ataques que lo obligaron a entrar en la clandestinidad. Continuaba habiendo devotos, pero los programas no eran públicos y ellos se reunían sigilosamente para no provocar a las autoridades.

Yo era el presidente el templo en México y en una ocasión vino un reportero a entrevistarme. En algún punto me preguntó qué opinaba de que los Hare Krishna hubieran sido prohibidos en Argentina. Esto lo sabíamos todos porque hubo notas periodísticas que hablaban de grupos religiosos prohibidos allá, como los Testigos e Jehova, los Mormones, y los Hare Krishna.

Yo le respondí que la prohibición no tenía nada que ver con la naturaleza de los Hare Krishnas ni de los otros grupos, sino con la naturaleza intolerante y totalitaria de la junta militar que se había adueñado del poder en Argentina. Le sugerí que esperara y viera cómo se iban a desarrollar las cosas allá. En efecto, el poder militar resultó ser incompetente y abusivo, y años después finalmente tuvo un colapso, regresando Argentina a la democracia y una vida más normal.

Sin embargo, lo anterior no evitó que surgiera la diáspora argentina de Iskcon. Los devotos estaban allí, pero poco podían hacer para desarrollar su yatra. Así que en 1977 surgió un plan, aprobado por Srila Prabhupada, para utilizar miles de dólares, creo que del BBT norteamericano, para reubicar a muchos devotos argentinos en otros países, en particular en India.

Yo en aquel momento vivía en Bogotá, y por allí pasaron algunos de ellos, que me dieron una excelente impresión. Recuerdo a Kaivalya Svarupa, Sadhya Srestha, Gunesvara, etc. También paso por allí Kesava (ahora Swami) rumbo a México. Y cuando luego me fui a vivir a Los Angeles y viajé más, tuve forma de conocer a muchos de ellos que se habían quedado a vivir en distintos países.

Argentina retomó el crecimiento en los 1980s. Escuché que había fincas, templos nuevos, marcas internacionales de sankirtan, etc. Luego las cosas parecían estables allá y al mismo tiempo yo regresé a México a vivir, lo que disminuyó la cantidad de información que podía tener al respecto.

A finales de los 1990s pasó por aquí una devota polaca discípula de Harikesa, que iba rumbo a Iskcon Venezuela para vivir allá con su nuevo esposo. Pero ya aquí estaba hecha un guiñapo, pues la reciente caída de Harikesa —quien se había proclamado junto con su terapeuta personal Mónika como La Pareja Divina— la había destrozado anímicamente. En ese momento me puse a pensar sobre lo que pasaría en Argentina, pues siempre que grandes gurus se habían caído, y esto es algo que había ocurrido frecuentemente, los yatras bajo su yugo habían quedado severamente afectados.

Ya para entonces Virabahu llevaba años yendo a Argentina, pero no creo que nunca fuera muy efectivo en su función. Y ya ven cómo actualmente anda escondido en medio de un tratamiento psiquiátrico luego de tanto servicio allá.

Desde entonces no he escuchado realmente ninguna noticia buena en relación con Argentina. Me han informado que se compró una propiedad en Buenos Aires, pero que el esfuerzo que hicieron los devotos por juntar el dinero quedó marcado, pues sospechan que alguien se apropió ilícitamente de parte de los fondos. Luego me dijeron que vendieron una finca y que también parte del dinero desapareció. Corrió la noticia de que Virabahu estaba involucrado en ciertos chanchullos que tenían que ver con tarjetas e crédito, préstamos usureros (¡cuándo no!), y la impresión de libros. Por ahí me enteré además que Gunagrahi estaba estrenando casa nueva en Florida, y que nunca le informó a los devotos argentinos sobre sus pasatiempos porno de la casa rodante.

O sea, a partir de cierto punto sucedió algo sorprendente. En vez de que Evita y otros gritaran "No llores por mí, Argentina", es ahora Argentina, digo Iskcon Argentina, quien grita "Sí lloren por mí". Y en efecto, lo que escucho sobre Argentina está como para llorar.

Si nuestro obligación es tener una actitud crítica, sin miedos, sobre lo que ocurre en Iskcon, entonces lo que ocurre en Argentina es un reflejo de la salud espiritual de la misión. Debemos ver todo esto más de cerca. Eso, para bien o para mal, incluye ver el comportamiento de sus líderes.

Hacemos una invitación a los devotos relacionados con el yatra argentino a que nos envíen sus historias, denuncias y comentarios al respecto. Con gusto publicaremos esta información, y espero que sirva para reflexionar sobre cómo están las cosas y en qué dirección van.

No hay comentarios: