miércoles, febrero 29, 2012

Despachos de India - Núm. 1

Brahmananda das, 2002.

por Astika das

Febrero 29, 2012.

Hoy tuvimos un día lleno de sorpresas. Visitamos a Brahmananda Prabhu en su apartamento del edificio Ananda Krishna Ban. Supimos de su estancia en Vrindabnan por Vaibay, un Vrajabasi que trabajo durante 7 años con él. Vaibay tiene una librería cerca de Loi Bazar, y vende literatura vaisnava. Me informó que Brahmananda vive con su hermano Gargamuni.

La última vez que visité Raman Reti fue hace doce años, y fui a ese lugar que está detrás del templo Krishna Balarama Mandir a visitar a Prabhu Kundali das.

En doce años todo ha cambiado en Vrindaban: los riksa walas, los pujaris, los sannyasis y la mayoría de los sadhus usan celular para comunicarse.

Mi hija Yogamaya me preguntó por los pavos reales pues en muchas ocasiones había escuchado, de parte de mi hijo Krishna Murari y de otros devotos que han visitado Vrindabana, de la existencia de esos hermosos pajaros que animan los pasatiempos de Radha y Krishna. Yo no me había fijado en ese detalle pero ella me recordó de la existencia de esos vrijabasis que no he visto desde que llegamos a Vrindaban hace una semana.

Más tarde supimos que un agricultor irrigó sus plantaciones con pesticida y que eso provocó que murieran la mayoría de los pavos reales.

Lo que ahora abundan son los monos. Siempre han habido monos en Vrindaban. No solo monos, sino que también abundan los marranos que pasan la mayor parte del tiempo refocilándose con la basura que abunda en Vrindaban. Srila Prabhupada solía decir que hasta los animales de Vrindavan son entidades muy afortunadas.

Caminábamos por Loi Bazar cuando repentinamente un mono me arrebató los lentes. Yo me sentí muy frustrado pues debido a mi astigamatismo y miopía veo muy borroso. Pero lo que más me afligía sería la imposiblidad de leer, pues es un hábito que he practicado toda la vida.

Yo, desilusionado, veía al mono saltando por los techos de lámina, llevándose consigo mis lentes.. Me sentía muy incomodo; en eso un riksha wala se me acercó y me dijo que me devolvería mis lentes a cambio de 50 rupias. Sin pensarlo un segundo saqué de mi cartera un billete de 50 rupias y lo puse en manos del rikhsa wala. Un abarrotero del bazar, que observaba toda la escena, puso en las manos del riksha wala un paquete de galletas que costaba 15 rupias. El riksha wala le arrojó las galletas al mono, y este inmediatamente regreso mis anteojos. El mono mordisqueo las patitas de los anteojos pero los cristales salieron ilesos.

En ese mismo momento otro chango le arrebató los anteojos a otro turista que caminaba con su esposa por el bazar. Extrañamente a él no le pidieron las 50 rupias; seguramente los vrijabasis sabían que, a pesar de ser turista, ese hombre no era occidental, y por lo tanto le costaría mucho sacar de su bolsillo las 50 rupias. Vimos cómo el mono desparecia por los techos de lámina de los comercios de Loi Bazar llevando consigo los espejuelos del impávido turista.

Mi hija Yogamaya y yo llegamos al lujoso edificio donde reside Brahmanada Prabhu. En la recepción les dije que, aunque no tenía cita, por favor me comunicaran con él.

El recepcionista me puso en el auricular al antiguo discípulo de Srila Prabhupada,. quien de forma poco amigable me contesto: "Quién eres y qué quieres". Yo me presenté. Le informé que mi hija y yo estábamos en la recepción, y que yo estaba interesado en hablar un poco con él. Él, de muy mala gana, respondió: "Hablar, ¿acerca de qué?". Le respondí que muchas veces yo había leído en los libros de Satsarupa y de Hari Sauri acerca de sus hazañas en Africa y en otras partes del mundo. Él, lacónico, insistió: "Eso está bien, ¿pero acerca de qué quieres hablar conmigo?".

Pensé que él tenía razón, que en realidad no teníamos nada acerca de qué hablar. Él había sido un ícono en ISKCON, y yo era un modesto bhakta mexicano prácticamente desconocido en ese ámbito. A pesar de todo, sentía curiosidad de hablar con él, e hice un esfuerzo para convencerle que debía recibirme. Insisti: "Tú eres un devoto muy querido por Srila Prabhupada, y por favor te pido que me regales un momento de tu ocupada agenda".

Él hablaba a regañadientes, y se escuchaba que jadeaba mientras se movía. "Es que ahora estoy muy ocupado". Y añadió: "Estoy aqui instalando una computadora en mi habitacion". "¿Podría verte mañana?", le pregunté esforzándome por parecer muy atento. Él respondió, de nuevo a reganadientes: "Está bien, mañana, vuelve mañana".

Al día siguiente, mi hija Yogamaya y yo estabamos nuevamente en la recepcion del Ananda Krisha Bam. Le pedí al recepcionista que me comunicara con Brahmananda Prabhu. Volví a escuchar que resoplaba al hablar; evidentemente le molestaba que yo me mostrara tan porfiado en hablar con él.

Brahmananda, derecha, entonces Swami, con Srila PRabhupada en mejores momentos de su carrera espiritual.

De nuevo me preguntó: "¿De qué quieres hablar conmigo?". Yo pensaba cómo convencerlo de que me recibiera y cómo organizar en inglés mi petición. En eso se me ocurrió decirle: "Yo vivo en México y quiero invitarte allá". Pero al escuchar mi invitación se indignó más, y muy alterado respondió: "A mí no me interesa ir a México. Yo no sé de qué tenemos que hablar tú y yo". En eso desplegué toda mi habilidad y humildemente le dije: "Tú eres mi hermano mayor, y deseo que me des un consejo". Ante esto respondió: "Esta bien, pasa, tienes que ser breve porque tengo muy poco tiempo".

Un empleado de la recepción nos acompañó a Yogamaya y a mí hasta la segunda planta del edificio, donde había una murti de Srila Prabhupada como la del templo de Mexico. Gargamuni Prabhu, el hermano de Brahmananda, abrió la puerta para dejarnos entrar. Tan pronto entramos a la desordenada habitación en donde vive Brahmananda Prabhu me postré en el suelo para ofrecer reverencias. Al ver esto, Gargamuni das dijo: "¿Por qué haces eso? Ofrécele reverencias al Senor Krishna, pero no a nosotros".

Enfrente de mí estaba un descomunal Brahmanada Prabhu. Parecía un Buda de doscientos kilos. Respiraba con dificultad. Sobre la cabeza tenía un turbante hecho con un pedazo de gamsa. Aparentemente estaba impertérrito, pero se le notaba incómodo por nuestra visita, y volvio a preguntar: "Entonces, ¿acerca de qué quieres hablar conmigo?". Le mencioné que en México, Radha Krishna Prabhu y yo estábamos publicando un periodico virtual. Al escuchar el nombre de Radha Krishna sonrió y asintió con la cabeza. Sí recordaba muy bien a Radha Krishna.

Le comenté que recientemente en ese periódico apareció un artículo sobre un libro que escribió Guru das. Él, sorprendido, preguntó: "¿Qué es lo que dicen en ese articulo?". Le contesté que era en realidad una traducción de otro artículo que apareció en el Sampradaya Sun. Decía que Guru das escribió un libro de su relacion con Srila Prabhupada, pero que en vez de glorificar a Srila Prabhupada, Guru Das se glorificaba a sí mismo.

Al escuchar esto, Brahmananda das, que hasta ese momento enfrente de nosotros se zampaba un chapati, se encolerizó, abrió descomunalmente los ojos, y en voz alta preguntó: "¿Ya leíste ese libro?". Le respondí que no, y que solo había leído la versión en español del Sampradaya Sun.

"¡NO HAZ LEIDO EL LIBRO Y ESTÁS HABLANDO DE ÉL!", resoplando y visiblemente indignado respondió Brahmananda Swami. Entonces yo le dije: "No, no lo he leído, pero leí la traducción de RK al artículo del Sampradaya Sun.

Visiblemente alterado, Bramananda Prabhu comenzó a despotricar diciendo: "Eso no es vida espiritual. Solamente son chismes. Solamente habladurías acerca de lo que no saben. Eso esta muy mal.". Evidentemente Brahmananda Prabhu estaba indispuesto desde que Yogamaya y yo arribamos a su habitación, y ahora que había salido ese tema se había incomodado aun más. Yo no veia ninguna razon para permanecer mas tiempo allí.

Él tenía razon. En realidad él y yo nunca habíamos hablado durante nuestra permanencia en ISKCON. No nos conocíamos. Como ya mencioné antes, él es mundialmente famoso entre los devotos por haber servido muy de cerca a Srila Prabhupada a los inicios del Movimiento, pero yo era un perfecto desconocido.

Ademas él se ha mantenido en la periferia de ISKCON todo este tiempo, mientras que yo a principios de los ochenta me retiré de ISKCON y me refugie en las ensenanzas de Srila Sridhara Swami. Mi relación con el Sri Caitanya Saraswath Math duró casi 11 años. Después trabajé muchos años con Paramadwaiti Swami, y posteriormente me asocié con los devotos de Bhakti Pramode Puri Maharaj. Actualmente estoy buscando asociación con Vishnu Maharaj, quien es un sucesor de Bhakti Vaibhava Puri maharaj y actual acharya de la Sri Krishna Caitanya Mision.

Esta mañana, cuando le expliqué a Brahmananda Prabhu que me hallaba en la misión de Bhakti Vaibhaba Puri Maharaj, extrañado me preguntó: "¿Quién es ese?". Le respondí que era hermano espiritual de Srila Prabhupada, que había recibido harinam de Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakur, pero esto pareció no interesarle.

Para no continuar inportunándolo le pedí disculpas por la intromisión, y Yogamaya y yo abandonamos el apartamento de este otrora asociado muy cercano a Srila Prabhupada.

El Tambor vive

por Radha Krishna das

Estimados lectores de El Tambor:

Mis reverencias y saludos a todos ustedes. Hemos tenido una leve interrupción en nuestras actividades desde hace más de dos meses. La razón de lo anterior ha sido el exceso de trabajo, el cual no disminuyó después de la temporada alta navideña.

Se me habían además acumulado otros pendientes desde hace tiempo, y estoy aprovechando ahora para resolverlos y así poder retomar las actividades cotidianas de El Tambor con más normalidad.

Se han juntado muchos temas para tratar en El Tambor, bajo nuestro lema de mantener "una actitud crítica hacia el Movimiento Hare Krishna". Espero que podamos ir ventilándolos ejerciendo ese criterio.

También estamos muy atrasados en publicar los comentarios que llegan al blog, y esperamos también normalizarnos en eso pronto.

Vamos a iniciar publicando unos despachos de Astika Prabhu sobre el viaje que está efectuando estos momentos en India. Él tiene su perspectiva particular sobre lo que observa cotidianamente allá, y creo que va a ser muy interesante leer su crónica.