viernes, julio 17, 2009

Krishna aplasta el orgullo de Uddhava - 2


Arjuna y el chacal

También podemos observar este comportamiento de Krishna en el caso de Arjuna. Arjuna es un devoto muy querido para Krishna. Krishna Lo ha dicho una y otra vez en la Bhagavad-gita: “bhakto ‘si me”, “priyo ‘si me”, “sakha ‘si me”: “Porque eres Mi querido amigo, Te estoy impartiendo esta instrucción muy confidencial”. En el campo de batalla de Kurukshetra, Krishna hizo las veces de auriga de Arjuna. En consecuencia, los Pandavas lograron la victoria y Krishna ungió a Yudisthir Maharaja como rajadiraja, emperador del mundo entero. Al término de la batalla de Kurukshetra, los Pandavas se pusieron muy contentos, muy felices. Arjuna en particular se sentía muy gozoso. Arjuna había escuchado la Bhagavad-gita directamente de boca de Krishna. En una ocasión Krishna y Arjuna estaban sentados juntos en una cuadriga. Krishna la estaba conduciendo a través de unos jardines localizados en la ribera del Yamuna, al tiempo que mantenían una amena charla. Arjuna había desarrollado cierto orgullo en su corazón. Él pensaba: “Yo soy un gran jñani. Krishna personalmente me impartió este gita-jñana. Lo escuché directamente de Sus labios”. Krishna conoce los susurros de tu corazón porque Él está allí como la Superalma. Krishna pudo entender: “Arjuna ha desarrollado orgullo porque recibió jñana directamente de Mí”. Pero nija-jana-smaya-dhvamsana-kari: la naturaleza de Krishna es que si uno de Sus propios hombres, un querido devoto Suyo, desarrolla orgullo, Él tiene que aplastarlo. Esa es Su misericordia.

Mientras se desplazaban a lo largo de la ribera del Yamuna, ambos avistaron un jambuka, un chacal, el cual daba vueltas alrededor del cuerpo muerto de un ser humano, pero solamente lo olía y no se lo comía. Tras notar esto, Arjuna se echó a reír y dijo: “Este jambuka no tiene sentido común. ¡Es un murkha, un tonto! Está dando vueltas alrededor de un cadáver, pero no se lo come, sino sólo lo huele. Si dos perros grandes viniesen, este chacal se echaría a correr lleno de temor. Es un perfecto murkha, desprovisto de sentido común”. Arjuna se expresó de este modo impelido por el orgullo. Él creía que era un jñani, un erudito en la ciencia espiritual, y que el chacal era un murkha.

Entonces Krishna detuvo la cuadriga y empezó a llamar al jambuka: “¡Jambuka!, por favor ven aquí”. El jambuka obedeció el llamado y se acercó al Señor. Junto las patas delanteras en señal de respeto, y tras ofrecer reverencias, se echó. Acto seguido Krishna le preguntó: “Oh, jambuka, el cadáver de este hombre es tu comida. ¿Por qué sólo das vueltas alrededor de él y en vez de comértelo únicamente lo hueles?”

El jambuka respondió: “¡Oh, mi Señor!, Tú lo sabes todo. ¿Qué te puedo decir? Si bien los cadáveres constituyen el alimento de animales como yo, yo discrimino. Sin hacer mis propios análisis, no ingiero el alimento que tengo delante de mí”.

Krisna repuso: “Ajá. Así que ejerces tu poder de discriminación…”

“¡Claro que sí!”

“Y, ¿en qué consiste esta discriminación?”

El jambuka contestó: “Mi Señor, como me lo has preguntado, te voy a responder. Por oler las piernas de este cadáver puedo determinar si mientras vivía alguna vez visitó a pie Jagannath Puri Dham, Vrindavan Dham o Mayapur Nabadwip Dham. Por oler sus manos puedo determinar si esta persona alguna vez ofreció o no puja, adoración, a Bhagavan. Por oler sus ojos puedo determinar si esta persona alguna vez vio o no a un sadhu genuino o a una Deidad en el interior de un templo. Por oler su cabeza puedo determinar si en vida este hombre la postró o no contra el suelo para ofrecer reverencias a un sadhu-vaisnava o a una Deidad del Señor Supremo. Por oler sus orejas puedo determinar si mientras vivía esta persona alguna vez escuchó o no krishna-katha. Por utilizar mi sentido del olfato puedo determinar todas estas cuestiones. Y si en vida la persona que ocupó este cuerpo muerto no realizó ninguna de las actividades devocionales mencionadas, entonces yo no como un alimento tan impuro. No lo comeré bajo ninguna circunstancia, aunque me esté muriendo de hambre”. El jambuka agregó: “Si una o más partes del cuerpo —una mano, una pierna o una oreja— realizó tan siquiera un acto devocional, entonces solamente me como esa porción”.

“¡Oh, Señor!, somos pashus, bestias, animales. No tenemos ningún conocimiento. No tenemos el derecho de realizar ningún dharma, subha-karma, ni nada. Como somos animales, nuestra conciencia es muy degradada; tenemos la conciencia cubierta, constreñida. No tenemos ninguna posibilidad de realizar ningún dharma, actividad religiosa. Solamente comiendo podemos circunstancialmente recibir un poco de piedad”.

Bhagavan Krishna dijo a continuación: “Oh, jambuka, toda la gloria sea para ti. Tú eres Mi devoto”.

Luego de escuchar las palabras del jambuka, Arjuna quedó atónito: “Oh, ¿cómo es posible que este jambuka tenga tanto conocimiento? Yo creía que era un gran jñani y un gran bhakta, sin embargo, ¡este jambuka es mucho muy superior a mí! ¡Qué calidad de bhakti tiene! ¡Qué conocimiento tan sublime tiene!”

De esta manera Krisha aplastó el orgullo de Arjuna. Y lo hizo porque Arjuna es un devoto sumamente querido para Él, nija-jana-smaya-dhvamsana.

La locura de Krishna

Semejantemente, leyendo el Srimad Bhagavatam puedes enterarte de que a Uddhava se lo describe como un devoto muy querido para Krishna. En el Srimad Bhagavatam (11.14.15), el Propio Krishna le dice a Uddhava:

na tatha me priyatama atma-yonir na sankarah
na ca sankarsano na srir naivatma ca yatha bhavan


¡Oh, Uddhava!, atma yonih, Brahma no Me es tan querido. Sankarah, Sivaji, no Me es tan querido. Sankarsanah, Mi hermano Sankarshan, no Me es tan querido. Srih. Mi esposa Lakshmi-devi, no Me es tan querida. Naivatma, Mi atma, Mi Propia alma, Yo Mismo, no Me soy tan querido como lo eres tú.

Por consiguiente, Krishna envió a Uddhava a entregar un mensaje de amor para los residentes de Vrajabhumi, un mensaje de Krishna para Nanda y Yasoda y para las damiselas de Vrajabhumi, que estaban experimentando agudos dolores de separación de Krishna.

Las gopis tienen amor puro por Krishna. No hay una pizca de jñana o aisvarya en dicho amor. Y así como las gopis están constantemente pensando en Krishna, de igual manera, Krishna también está constantemente pensando en las gopis. Krishna está en Mathura y las gopis están en Vrajabhumi. Todas las noches Krishna se echa a dormir, pero a veces, cuando está durmiendo, de súbito, como si estuviese enloquecido, Krishna exclama delirante: “¡Radhe! ¡Radhe! ¡Radhe! ¡Gopi! ¡Gopi! ¡Gopi!” Son cuitas de amor. En estos casos, la mente funciona así: si estás pensando intensamente en alguien, tu pensamiento tocará a esa persona. Este principio también se puede apreciar en el ámbito material. Una madre tiene amor y afecto por su hijo, y semejantemente, el hijo tiene amor y afecto por su madre. La madre siempre está pensando: “Oh, mi hijo vive en Nueva York, y yo estoy aquí en India, a millares de kilómetros de distancia. …¿Qué estará haciendo en este momento? Y mientras ella piensa así de su hijo, a este: “¡aajj aajj!” ¿Qué está ocurriendo?” [*] El hijo concluye: “¡Oh!, quizás alguien está pensando en mí. Puede que mi madre esté pensando en mí”.

[*NOTA: En India se cree que cuando una persona se atraganta mientras está comiendo, es porque un ser querido está pensando en ella].

Así como las gopis siempre están pensando en Krishna, semejantemente, Krishna siempre está pensando en las gopis. La ironía es que Krishna no puede ir donde están las gopis, y las gopis tampoco pueden ir donde está Krishna. ¿Qué hacer entonces? Krishna decidió enviar un mensaje de amor. Pero, ¿en quién podía confiar para enviar ese mensaje? Se necesitaba de una persona sumamente inteligente. Por lo tanto Krishna llamó a Uddhava. Uddhava es un amigo muy íntimo de Krishna: na tatha me priyatama atma-yonir na sankarah. Krishna giró instrucciones: “Uddhava, por favor ven”. Luego Krishna le dijo: “¡Oh, Uddhava!, por favor ve a Vrajabhumi y traslada este mensaje de amor. Mi padre y mi madre, así como las gopis damiselas de Vrajabhumi, están muy deprimidas y experimentando dolorosos sentimientos de separación de Mí. Así que por favor ve, comunícales este mensaje de amor, y ofréceles consuelo”.


Uddhava es bhrhaspati-sisya, discípulo de Brihaspati. Uddhava también es un amigo muy querido de Krishna. Y la fisonomía de Uddhava es idéntica a la de Krishna. El mismo color de piel, la misma estatura, el mismo peso; todos sus rasgos corporales son idénticos a los de Krishna. Sin embargo, Uddhava es bhrhaspati-sisya, bhrhaspati-jñana: Brihaspati le impartió jñana a Uddhava, pero no prema. Así que, igual que Arjuna, Uddhava también se sentía orgulloso de ser un discípulo de Brihaspati, un eminente jñani-guru. Por tal motivo Krishna tiene que aplastar el orgullo de Uddhava. Esta la otra razón por la cual Krishna envió a Uddhava a Vrajabhumi. Cuando Uddhava vaya a Vrajabhumi y personalmente observe el amor de las gopis, su orgullo quedará aplastado. Pero al mismo tiempo también desarrollará prema. De lo contrario, si su orgullo no es abatido, no podrá desarrollar prema. En consecuencia, por misericordia, Krishna envió a Uddhava a Vrajabhumi.

Desde la lontananza, las gopis avistaron a Uddhava. Ellas pensaron: “¿Quién es esta persona? Luce exactamente como Krishna”. Ellas comenzaron a comentar entre sí: “¡Oh, sakhis, quién es esta persona que está llegando?” Ini ke, ini ke: “¿Quién es? ¿Quién es? Luce exactamente como Krishna, pero no trae la flauta en la mano. Y tampoco luce una pluma de pavo real en la parte central de su frente. No, no es Krishna. No obstante, el color de su piel es el mismo, al igual que su estatura y su apariencia”. La cuadriga de Uddhava se detuvo en la casa de Nanda Maharaja. Acto seguido, las gopis fueron a dicha casa para recabar información sobre esta misteriosa persona: “¿Quién es él?”

“Él es un duta, un mensajero, que viene de Mathura. Krishna lo envió”.

Primero Uddhava se reunió con Nanda Maharaja y Yasoda Mata. Uddhava fue hasta Vrajabhumi para ofrecerles palabras de consuelo. Pero cuando reparó en la profundidad del amor de Nanda Maharaja, en el llanto desgarrador de Yasoda, y en los lastimeros lamentos de ambos poe estar separados de Krishna, Uddhava concluyó: “¡Ay de mí!, ¿qué consuelo les puedo ofrecer?”

Uddhava es un jñani-bhakta. Él conoce todo lo relacionado con el jñana. Por esa razón dijo: “¿Por qué estás llorando, Nanda Maharaja? Krishna es Bhagavan. Él es omnipresente y también Lo penetra todo. Él está en todas partes. …¿Por qué estás llorando?

Nanda Maharaja le respondió: “¡Deja de hablar! ¿Qué estás diciendo? Estás equivocado. …¡Krishna es mi hijo! ¡Mi hijo! ¡¡Mi hijo!! Que tu Krishna sea el isvara, pero el mío, es mi hijo. ¡Krishna es mi hijo!”

Madre Yasoda agregó: “He preparado este delicioso makhan-misri, este plato de mantequilla dulce para Krishna. Y también le he confeccionado una linda guirnalda de flores y le he preparado una cama confortable. Son para nuestro Krishna. Si Él no fuese nuestro hijo, entonces, ¿para quién crees que hemos preparado esta bienvenida?” Tras decir estas palabras, Yasoda se echó a llorar a lágrima viva.

Como Uddhava es un jñana-bhakta, tiene cierto orgullo. Él no pudo comprender el humor, el amor fuera de serie de Nanda Maharaja y Yasoda. Uddhava se reprochó: “Mi misión ha sido un fracaso. ¿Qué consuelo puedo ofrecerles? ¡Ellos han desarrollado un amor tan excepcional por Krishna! Yo no tengo ese amor. ¿Qué valor tiene mi vida? ¡Mi vida es inútil, completamente inútil!”

Con causa y sin causa

Seguidamente Uddhava fue a reunirse con las gopis. El amor de las gopis es incluso más excepcional que el de Nanda y Yasoda. El amor que ellas le tienen a Krishna es muy, pero muy puro, madhurya-rasa. Las gopis pasaban los días y las noches lamentándose y experimentando dolorosos sentimientos de separación de Krishna. Muy a menudo sufrían desvanecimientos y caían desmayadas. A causa de la depresión, no podían conciliar el sueño y dejaron de ingerir alimentos a tal extremo de que sus cuerpos se pusieron esqueléticos, y simplemente pasaban todo el tiempo tendidas en el suelo. Las gopis iban a cada lugar donde Krishna realizó un pasatiempo y lo recordaban: “Krishna hizo aquella hazaña aquí”. Ellas sólo hablaban krishna-katha y recordaban a Krishna a cada momento, nada más. El estar ensimismadas las veinticuatro horas del día en remembranzas de Krishna, y el experimentar continuamente dolorosos sentimientos de separación de Él, sólo hizo que su pusieran tan delgadas que los anillos que usaban en sus pequeños dedos lucieran como pulseras en sus muñecas. Siempre pensaban en Krishna y hablaban de Krishna, nada más. A esto se le llama amor.

Cuando finalmente se reunieron con Uddhava, le dijeron: “Oh, Uddhava, hay dos clases de priti: haituki priti y ahaituki-priti, amor con causa y amor sin causa”.

Las gopis dieron unos ejemplos: “Cuando una abeja se posa en una flor, canta con un sonido zumbador. De este modo la abeja glorifica la flor y después la besa; pero, ¿con qué propósito? Únicamente para chupar el néctar de la flor. Tras chuparle todo el néctar, la abeja se aleja de la flor. ¡Se acabó el amor! En este caso el néctar es la causa de este priti, de este amor. Semejantemente, hay prostitutas que seducen a jóvenes pudientes para hacerse de dinero. En tanto puedan obtener dinero del joven, ellas sienten priti por él. Pero cuando el dinero se acaba, su priti por el joven también se acaba. La causa de este priti es el dinero”. Y así por el estilo, las gopis presentaron muchos ejemplos. A continuación, las gopis puntualizaron: “Sin embargo, Uddhava, el amor que nosotras le tenemos a Krishna no tiene causa”.


Una pregunta controversial

Las gopis dijeron: “Oh, Uddhava, si tú en verdad eres un gran jñani, y si eres un discípulo genuino de Brihaspati, tienes que tener conocimiento de los sastras. Y si tienes algún conocimiento de rasa-sastra, entonces tienes que ser capaz de responder a una pregunta que te vamos a formular. Si no la puedes responder, entonces hemos de concluir que no tienes conocimiento en absoluto. Nuestro amor por Krishna no tiene causa. No hay una doble intención, no hay una motivación egoísta en el amor que sentimos por Krishna. Por consiguiente, dinos, ¿por qué experimentamos este viraha-duhkha, esta desdicha cuando estamos separadas de Él? Nuestro amor es puro, y nosotras hemos escuchado que cuando una persona desarrolla amor puro, ella nunca experimenta ningún viraha, separación. Estamos percibiendo los agudos dolores que nos causa el estar separadas de nuestro amado Krishna; sin embargo, nuestro priti, nuestro amor a Krishna no tiene ninguna traza material. En todo aquello que es material, hay una designación, upadhi. Pero en nuestro amor a Krishna, no hay nada material, no hay designación. Es nirupadhikah-priti: adolece de designaciones. Nuestro amor por Krishna no tiene nada de artificial. Es completamente natural y espontáneo. Entonces, ¿por qué cuando estamos separadas de Krishna, experimentamos esta desdicha? Por favor responde a nuestra pregunta.

“A decir verdad, Uddhava, individualmente cada una de nosotras no siente un pesar significativo debido a esta separación. Sentimos pesar por la gente en general. No hay causa ni designación en el amor puro que hemos desarrollado. No hay falta en nuestro amor a Krishna. Con todo, si esta desdicha sobreviene como resultado de amar puramente a Krishna, ¿qué va a pensar la gente en general?: ‘Oh, nosotros no desarrollaremos amor a Krishna porque causa mucha desdicha’. Nadie querrá amar a nuestro amado Krishna, que es el objeto supremo del amor. Esto nos causa mucho pesar. Entonces, Uddhava, ¿por qué esta desdicha sobreviene como resultado de los tratos amorosos de nirupadhi-prema? ¿Por qué?”


Sin discriminación

Tras decir esto, las gopis se pusieron extáticas, completamente absortas en recuerdos de Krishna. En ese momento no podían sopesar qué era bueno, qué era malo, qué era auspicioso y qué lo no era. Ellas lo olvidaron todo. El Bhagavatam (10.47.9) describe:

iti gopyo hi govinde gata-vak-kaya-manasah
krsna-dute samayate uddhave tyakta-laukikah


Cuando Sri Uddhava, el mensajero de Krishna, se presentó ante las gopis, cuyas palabras, cuerpos y mentes estaban completamente consagradas al Señor Govinda, ellas dejaron de realizar sus actividades cotidianas.

Aunque Uddhava era un extraño, un forastero recién llegado, las gopis no sintieron ninguna vergüenza de hablar esta clase de temas íntimos con él. Ellas no se pusieron a discriminar: “Oh, él es un extraño, un desconocido. ¿Qué pensará la gente de nosotras si nos ven hablando con él? A ellas no se les cruzó tal pensamiento. Las gopis siempre están pensando en Krishna pletóricas del amor que han desarrollado por Él. Ellas están llorando continuamente, llorando a mares, exclamando: .”¡ha krishna! ¡ha vrajanatha! ¡ha gopi-jana vallabha! ¡ha arta-nasana!” “¡Oh, Krishna! ¡Oh, Señor de Vraja! ¡Oh, amadísimo del las gopis! ¡Oh, destructor del pesar!” Llorando, sollozando, gimiendo sin cesar y mientras se expresaban así, ellas se pusieron de pie y miraron en dirección de Mathura. Alzaron los brazos y con los corazones destrozados, las gopis clamaron: “¡Oh. vraja-prana, vida de Vraja, por favor ven aquí tan sólo una vez más y observa el estado de los residentes de Vrajabhumi! Desde el momento en que nacimos únicamente hemos desarrollado amor por Ti. No conocemos a nadie excepto a Ti. ¡Ahora, nos estamos ahogando en este océano de viraha! Por favor ven una vez más a Vrajabhumi y entréganos Tus pies de loto, que para nosotras son el bote que nos permitirá cruzar este tempestuoso océano de viraha”. Sin ningún reparo, las gopis se expresaron de este modo directamente delante de Uddhava. Ellas jamás se pusieron a pensar: “Oh, Uddhava es un extraño. ¿Qué pensará de nosotras?” Ellas estaban sumidas en un estado de nombre tyakta-laukikah: habían olvidado por completo la urbanidad y las convenciones mundanas. Ellas dejaron de lado su vergüenza, lajja. Ellas ininterrupidamente pensaban en los dulces lilas que Krishna realizó en Vrajabhumi. Habían enloquecido y estaban llorando desconsoladas. El Srimad Bhagavatam declara:

gayantyah priya-karmani rudantyas ca gata-hriyah
tasya samsmrtya samsmrtya yani kaisora-balyayoh


Recordando constantemente las actividades que su amado Krishna había realizado en su niñez y juventud, las gopis cantaban sobre tales actividades y lloraban sin ninguna vergüenza.


Las gopis estaban hablando y recordando kaisora-balyayoh, los pasatiempos juveniles de Krishna al tiempo que lloraban sin cesar. Tras presenciar esto, Uddhava dijo “¡Oh, qué amor tan excepcional tienen ellas por Krishna! Yo no tengo una pizca de este amor. Yo no tengo dicho amor. Yo creía: ‘Soy grande. Soy un devoto muy querido para Krishna. Soy un gran jñani’, pero el presenciar este amor sin par, ¡me ha dejado sin palabras!” Simultáneamente él también afirmó: “Krishna me ha enviado aquí, a Vrajabhumi. ¿Por qué me ha dispensado esta misericordia tan especial? Tras ver a las gopis aquí, mi vida se ha vuelto un éxito”.

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