lunes, enero 26, 2009

Gurus de Peluche # 2

por Astika das

POZOLE PARA UN EXTRAÑO

Narasingha Maharaj, como es debido, ocupaba la cabecera de la mesa. La cabecera del lado contrario estaba ocupada por el anfitrión, Janardana Prabhu. A mí me acomodaron entre Hrisikesa Prabhu y Parvata Maharaja. Enfrente de mí estaban sentados los dos acompañantes de Narasingha Maharaj —Madhava Maharaj y Jajadev das Prabhu. Me imagino que mí no esperada aparición cambió el sesgo de la conversación. De alguna forma, yo debía justificar mi presencia en un lugar donde no había sido invitado.

Debido a que los distinguidos invitados no hablaban español, el idioma inglés era obligado. De vez en cuando, para regocijo de la concurrencia, con un insuperable acento gringo, Maharaja soltaba alguna gracejada en castellano: "El pozole ser rico". La concurrencia, al unísono, festejaba la ocurrencia. A mí me hubiera gustado saber qué puntuación, en una escala del 1 al 10, los distinguidos huéspedes, le darían a mi dominio del idioma inglés. Según yo, merezco 6, pero generalmente soy demasiado condescendiente conmigo mismo.

Cuando yo me expresaba, notaba que Maharaj fruncía levemente el entrecejo e inclinaba la cabeza en la dirección en que yo me encontraba, mostrando que hacía un esfuerzo por comprender lo que yo trataba de decir. Yo repetía nuevamente lo que acababa de decir, pero esta vez alzando más la voz y tratando de mejorar la pronunciación: "R.K. did not come because he is attending a Buddisth meeting in México City. He called me this morning explaining that he will be coming tomorrow morning". (Estimado lector, ¿qué calificación merezco en una escala del 1 al 10?) Maharaj entonces desfruncía el entrecejo y asentía.

Percibí que tanto los comensales como los jóvenes que servían se mostraban suspicaces porque mi actitud y mi tono de voz no mostraban la sumisión que se supone se debe mostrar al hablarle a un Maharaj tan excelso como el que estaba frente a mí. Supuestamente yo debía utilizar un tono de voz más amable, con inflexiones de voz más pronunciadas, y no hablar de tú a tú con alguien que se supone ocupa una posición mucho más exaltada que la mía. Con mi actitud, yo no sólo demostraba irreverencia hacia un superior, sino que desmitificaba la jerarquía que ellos le atribuían al distinguido Maharaj que con su presencia honraba a Huejutla.

TU ARTE Y MI ARTE

Cuando declaré que para sobrevivir me dedicaba a vender arte, Jayadeva Prabhu respondió que, desgraciadamente, él y Madhava Maharaj hacían lo mismo.

—¿Qué clase de arte? —le pregunté yo con curiosidad.

—De todo —Jajadev respondió desganado y con su acostumbrada sonrisa lacónica-despectiva-condescendiente. Me hubiera gustado que Jayadev se portara un poco más "...compasivo, poético, alegre", que Srila Prabhupada explica son algunas de las 27 características que distinguen al devoto de Krishna.

—¿En dónde venden arte? —le pregunté luego con sincera curiosidad.

—En todas partes —respondió con su acostumbrada sonrisita.

Cuando les dije que yo vendía arte en la ciudad de México, Prabhu Jajadev exclamó: "La ciudad de México debe ser horrible". Yo le respondí que no, que tiene sus cosas horribles pero que también tiene sus cosas hermosas. "De hecho —le dije— yo pienso retirarme pronto de vender arte, no porque no me guste o la gente sino porque ya tengo 64 años y deseo dedicar la poca energía que poseo en distribuir los libros de Srila Prabhupada, y pienso que el D.F. es un campo excelente de prédica. Srila Prabhupada comenzó su misión de prédica en Nueva York, no en Huejutla".

EL JOVEN MADHAVA MAHARAJA

Narasingha Maharaj dijo que el sannyasi joven —Madhava Maharaj—, quien ahora tiene 34 años, le acompañaba desde los 18 años. Yo le respondí que yo ya lo conocía. Quince años atrás yo había visitado el asrama —el lugar sagrado donde Caitanya Mahaprabhu, en compañía de sus asociados íntimos celebraba kirtanes nocturnos. En ese sitio, Narasingha Maharaj y Tripurari Swami tenían un pequeño asrama, y yo solía visitarlos en compañía de Paramadwaiti Swami.

De hecho, Madhava Maharaj en su adolecencia me sirvió de ejemplo práctico para entender las palabras de Srila Prabhupada cuando se refiere a que el proceso de bhakti yoga es tan poderoso que los jóvenes pierden el interés en los centros nocturnos, en la bebida, en los cigarrillos, en el cine, y se dedican en cuerpo y alma al servicio devocional. No obstante, Madhava Maharaja, después de dedicar tantos años a la práctica del servicio devocional no se veía jovial y entusiasta.

MARK TWAIN:
ORIENTE ES ORIENTE Y OCCIDENTE ES OCCIDENTE

Aparentemente la fusión de Oriente y Occidente que Srila Prabhupada pretendía aún no se logra. Los occidentales podemos disfrazarnos de Hare Krishnas pero los orientales descubren que eso es sólo una mera pose. Por esa razón, cuando durante los festivales religiosos los occidentales —enfundados en la indumentaria devocional que recién adquirimos en Loi Bazhar, y cargando costosísimas cámaras fotográficas— caminamos por las festivas calles de Vrindaban, los vrajavasis nos gritan: "Red monkeys".

Maharaj Madhava me hizo recordar a los red monkeys de Vrndavana. Ataviado con un yogui-pant de color azafrán, y una bata —también de color azafrán— que le colgaba hasta debajo de las rodillas, daba la impresión de alguien que se dispone a participar en una pasarela de moda. Me dio la impresión de que no estaba totalmente en sincronía con la vida de renunciante.

Srila Prabhupada tuvo que utilizar muchos trucos para atraer a los occidentales a la Conciencia de Krishna. Él sabía que si presentaba en Occidente la Conciencia de Krishna tal y como se practica en Oriente, ningún occidental se hubiera sentido atraído. Por eso instauró el Prasadam, el Festival Dominical, música exótica, ritos de fuego participativos, vestimentas hindúes, etc. En mi caso fueron un gran atractivo. Recuerdo la primera vez que vi en la Zona Rosa a una chica ataviada a la usanza Hare Krishna. Quedé poderosamente atraído a ella. Hasta comencé a tener fantasías con ella: "Que padre sería estar en un cuarto con ella, y poco a poco, suavemente, despojarla de esa enorme tela" (en ese entonces yo desconocía que esa tela se llama sari).

(Continuará)

1 comentario:

Hrisikesa dijo...

Ojala la entrega de la serie de esta cronica huejutlense no dilate tanto. ¡Es tan interesante la optica de Astika Prabhu!. Saludos.