La verdad no necesita filtros

[A lo largo de la historia de El Tambor, la gente nos ha denunciado por ser críticos del sistema. Para ellos, solo debemos hablar de cosas bonitas y ver lo bueno de la gente. De lo contrario somos unos ofensores. Sin embargo, lo anterior sería un engaño, pues esconde la verdad con una máscara.

A principios de julio, alguien de nombre Kesava Krsna das publicó en el Sampradaya Sun un artículo quejándose de la actitud crítica de esa publicación. Él decía que la libertad de expresión estaba destruyendo la fe de los discípulos en sus gurus. Las respuestas no se dejaron esperar. El consenso ha sido que es más importante revelar la verdad, aunque sea doloroso, que mantener a la institución sumida en el engaño y la ignorancia.

A continuación presentamos una de esas respuestas. Es de alguien llamado Hari das, probablemente un seudónimo, en la que hace énfasis que la verdad, por dura que parezca, es mejor decirla ahora que después, cuando tenga que revelar una desviación aun mayor. El original en inglés está aquí.]

por Hari das

14 de julio de 32001 — Reino Unido (SUN) — Como respuesta a Kesva Krsna, solo puedo decir lo siguiente: Srila Prabhupada no se contenía para hablar la verdad durante sus clases y en los significados de sus libros. Él no diluía nada, lo decía como es --tal como es. En consecuencia, cuando devotos mayores, o para tal caso cualquier devoto, incurre en desviaciones de conducta o filosóficas y se niega incluso a reconocerlo, ¿qué opción queda excepto exhibirlo ante todos?

¿Qué crimen es mayor? ¿Dañar la fe de discípulos ciegos, o dejar que continúen convencidos de la grandeza de sus supuestos gurus, para que luego tengan que enfrentar el desencanto cuando sus gurus se caen?

He visto a discípulos de Harikesa que se niegan a practicar el bhakti después de todo lo que pasó. Habían seguido a su guru con toda su fe, y ahora su fe en el proceso mismo ha muerto.

Kesva Krsna Prabhu, ¿viste las fotos de Hridayananda, un supuesto sannyasi, en las que abraza a una mujer? ¿Has leído todos los testimonios sobre los caos en que discípulos y hermanos espirituales fueron lastimados?

Tú exiges que los demás sean sensibles, pero la verdad a veces puede ser dolorosa. A mí también me lastimó profundamente mi antiguo guru --Bhakti Tirtha Swami-- y vi videos suyos de cuando estaba a punto de dejar el cuerpo, en los que lloraba a torrentes como si estuviera sintiendo prema, aunque exhibir públicamente tales síntomas está prohibido en las Escrituras y Srila Prabhupada mismo no salió con semejantes lágrimas. Bhakti Tirtha hacía esta exhibición pública todos los días, y alegaba una semejanza con ciertos asociados de Mahaprabhu.

¿Debo yo creer que mi antiguo guru era un devoto puro, aunque su conducta pública no estuviera a la altura de un predicador de la la conciencia de Krsna? Y no he revelado más detalles en esta respuesta tan corta.

Según tu filosofía, Kesava Krsna Prabhu, debemos proteger la fe de los discípulos. Claro, debemos hacerlo si no existen faltas, pero si vemos las faltas es deber de otros devotos mayores tratar de proteger la endeble fe de los discípulos EN EL PROCESO MISMO que su guru alega estar siguiendo, pues de lo contrario incluso eso se dañará cuando se caiga el guru.

Por favor ve esto desde la perspectiva de los devotos que han sido lastimados y que permanecen sentidos, y también desde la perspectiva de quienes están tratando de proteger a esos devotos.

¿Crees que la salud de ISKCON es buena en la actualidad? ¡Piénsalo de nuevo! Tienes satélites de internet por todo Mayapur, hay gurus que se están cayendo, los templos se están volviendo hinduistas, los sannyasis están muy cerca y muy apegados a las mujeres... y muchas otras cosas que no se pueden negar. Y, ¿es realmente correcto que Hridayananda tenga una casa en Beverly Hills, escuche ópera, ya no use tilak, kanthi-mala o cordón brahmana argumentando razones médicas?

Debes confrontar todo esto, Prabhu. Lo único que realmente está ocurriendo es que la conciencia de Krsna está quedando sujeta a filtros y siendo diluida, ante nuestros ojos, y eso se está volviendo la norma.