viernes, noviembre 19, 2010

Haribolo desde Corea del Norte

por Radha Krishna das

Recientemente leí una nota periodística que me hizo recordar a Iskcon, aunque el asunto también se podría aplicar a otros grupos como Vrinda.


La nota tiene que ver con la actitud de total sacrificio de la gente de Corea del Norte hacia sus líderes. Y mientras iba leyéndola, le encontraba más y más semejanzas con el krishnaísmo actual. La nota en cuestión está originalmente en inglés (verla aquí), y dice más o menos lo siguiente:

En noviembre de 2009 un barco carguero norcoreano se hundió en la costa china, ahogándose cinco miembros de la tripulación. El gobierno de Corea del Norte les otorgó póstumamente al capitán y al ingeniero en jefe unas medallas de oro y la Orden de la Bandera Nacional, Primera Clase.


Lo curioso aquí es que los fallecidos no alcanzaron esta distinción por tratar de evitar alguna explosión catastrófica del barco, ni por impedir una colisión con otra nave, ni por salvar vidas humanas a expensas de la propia. No. Su gloria consiste en haber sacrificado la vida ¡tratando de salvar unos retratos que iban a bordo! Pero estos no eran retratos ordinarios. Eran retratos del actual líder nacional, Kim Jong Il, y de su padre, Kim Il Sung, el fundador del regimen.

Desde la perspectiva de la cultura occidental este sacrificio es inaceptable. La vida humana es mucho más preciosa que unos cuadros, aunque fueran de Jesucristo o de Lady Gaga. Actos de heroísmo que ponen en peligro la vida de alguien con la finalidad de proteger objetos materiales, son considerados estúpidos.


En contraste con lo ocurrido en Norcorea, en agosto de 2009 --tres meses antes del heroico sacrificio de los cinco marineros--, el Key Bank despidió al cajero Jim Nicholson por haberse enfrentado a un asaltabancos que entró a la sucursal en Seattle donde él laboraba. El peligro al que se expuso Jim fue considerado una imprudencia, y lo cesaron a pesar de que protegía los intereses del banco y se comportó como un heroe. El comunicado del banco estableció: "El dinero, que de paso está asegurado, puede reponerse. No así la vida".

Con esto podemos ver la diferencia entre la mentalidad norcoreana y la actitud de sociedades que sienten más respeto por el individuo. Allá, el sacrificio de estos cinco marineros para salvar unos cuadros era lo esperado. Y como hay cuadros de estos líderes por doquier allá, cuando hay un incendio u otra calamidad se supone que los ciudadanos deben protegerlos por encima de sus propias vidas. Y así lo hacen frecuentemente.

Los norcoreanos cumplen esta expectativa con convicción y voluntad. Para un occidental esto es inexplicable. Y lo es más si consideramos las condiciones que imperan allá. Aunque militarmente Corea del Norte es una potencia, en todos los demás sentidos está muy atrasada: Las hambrunas son recurrentes, la libertad de expresión es nula, el libre acceso a la información es imposible, los bienes elementales de consumo son muy escasos, etc. Aun así, el pueblo vive eternamente agradecido a sus líderes.

Y ahí es donde empiezan las tristes similitudes con Iskcon. Es difícil explicar la actitud de docilidad y conformismo que existe actualmente allí. Muchos devotos están dispuestos a sacrificar su vida, o por lo menos años de ella, al servicio de líderes indignos que no pueden ofrecerles el legado de Srila Prabhupada, a pesar de que se presentan como herederos espirituales suyos.

Y así como en Corea del Norte se puede apreciar una gran pobreza, también en Iskcon la pobreza existencial es evidente. Muchos devotos aceptan permanecer callados y sumisos en una institución que no tiene representatividad, a pesar de las indicaciones que Srila Prabhupada dio al respecto en la D.O.M. O estos devotos participan de un sistema de gurus que ha demostrado su falta de autenticidad en los hechos y conforme a las instrucciones de Srila Prabhupada. Esos dos factores son suficientes para poner en tela de juicio las intenciones de esta institución, y para considerar que sus seguidores son personas poco reflexivas que ignoran lo prioritario en la senda del bhakti.

--Haribolo.

Estos seguidores incautos creen que algunos festivales tipo Rathayatra o aniversarios vaisnavas, donde hay mucha música y colores alegres, son sinónimo de autenticidad. Corea del Norte es famosa por sus elaborados desfiles, en los que participan millones de personas. Sin embargo, eso no puede suplir las carencias materiales e intelectuales a las que son sometidos. Igualmente, algunos coloridos festivales y demás programas institucionales no pueden suplir la falta de integridad que vive su organización.

--Haribolo también.

Estos seguidores inocentes pero desorientados no se dan cuenta que actividades externamente devocionales, están sirviendo más bien para mantener un sistema falso donde hay líderes que se presentan como entes sacrosantas dueñas de la verdad, mientras que consideran una ofensa todo lo que les contradiga. Aun así, las masas devocionales están dispuestas a entregar sin reflexión su vida a un esquema que contradice las enseñanzas fundamentales de Srila Prabhupada. Se están sacrificando por salvar los retratos de los gurus.

1 comentario:

Fiorella dijo...

El comportamiento humano asi es por lamentable que sea, Nos escudamos en religiones y demas cosas que la sociedad inventa para excusar nuestros errores como seres humanos. Es por eso que existe tanta traicion, conflictos y mentiras.