sábado, abril 03, 2010

Janme janme prabhu sei - Parte 2


Fotos en esta segunda parte son de la finca Hare Krishna de Costa Rica, y de los devotos.)

La posición trascendental de Srila Prabhupada

Para no entrar en detalles (toda vez que dilucidar este punto tomaría centenares de hojas), me limito a decir que mientras otros hermanos espirituales suyos se quedaron en Vrindavan o Mayapur profundizando en rasa-tattva y practicando nirjana-bhajana, Srila Prabhupada estaba en Occidente ofreciendo a manos llenas ese fruto delicioso que es prema-bhakti: amor puro a Radha y Krishna, y en particular, el proceso del servicio devocional de Sri Caitanya Mahaprabhu. Srila Prabhupada estaba solo en las calles gélidas y sucias de Nueva York (que él describió como “Vaikuntha”), no sólo degustando prema-bhakti, sino magnánimamente, como ningún otro en la historia, compartiéndolo gratuita y liberalmente con los más necesitados del mundo: las almas condicionadas de Occidente. ¡Ese fue el sueño de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura! ¡Ese fue el vaticinio de Srila Bhaktivinoda Thakura! [“Bhaktivinoda Thakura hizo tres predicciones concernientes a una persona y a un fenómeno: ‘Una personalidad aparecerá pronto —escribió Bhaktivinoda—, y viajará por todo el mundo para difundir las enseñanzas del Señor Chaitanya’. La segunda predicción: ‘Muy pronto el canto de Hari Nama sankirtana será divulgado por todo el planeta. ¡Oh!, ¿cuándo acontecerá ese día en que ciudadanos de América, Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, etc., tomen karatalas y mridangas, y canten Hare Krishna en sus respectivos pueblos?’. La tercera predicción: ‘¿Cuándo acontecerá ese día en que extranjeros de piel blanca vengan a Sri Mayapur-dhama y se unan a los vaishnavas bengalís para cantar ¡¡Jaya Sachinandana!! ¡¡Jaya Sachinandana!! ...¡Oh!, ¿cuándo acontecerá dicho día?’ ”]

Por si fuera poco, Srila Prabhupada hizo realidad la profecía de la Propia Suprema Personalidad de Dios, Sri Gourasundara, de que el santo nombre de Krishna sería cantado en cada pueblo y aldea del planeta (prithiviti ache yatra nagaradi gram / sarvatra pracara hoibe mora nam. Chaitanya-Bhagavata, Antya 4.126) …¡No en vano Srila Prabhupada ha sido calificado como “¡la encarnación de la misericordia sin causa de Sri Nityananda Prabhu!

¿Qué podemos decir entonces de observadores no objetivos de Srila Prabhupada —que más bien impelidos por sentimientos parciales de favoritismo hacia su propio gurú— ahora dicen que Su Divina gracia no abordó los temas “más confidenciales” de la filosofía vaisnava gaudiya?, porque, repito, él optó por reservárselos y solamente esbozarlos en libros como Las enseñanzas del Señor Chaitanya, el Libro de Krishna, El Néctar de la Devoción y el Sri Caitanya-caritamrta. Pero si somos objetivos, podremos reparar claramente que Srila Prabhupada sobresalió en lo que tiene más mérito: en arriesgarlo todo, incluso a costa de su propia vida, para servir y hacer realidad el deseo más querido de su maestro espiritual, Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura.


Los observadores aludidos tienen que reparar en ese esfuerzo sin parangón de Srila Prabhupada, en esa abnegación nunca antes vista de servir la orden del maestro espiritual perfecto, costara lo que costara. Semejante despliegue de servicio devocional continuo y sin deseo de retribución alguna; de trabajo incansable para el “máximo beneficio” de la humanidad sufriente; de sacrificio heroico sin par y de mil noches en vela para satisfacer a Sri Guru y a Sri Gouranga, …¡es la prueba concreta de su amor! Srila Jiva Goswami dice en el Bhakti-sandharbha que la calidad de la relación que uno tenga con su maestro espiritual, determina el grado de amor que la persona llega a desarrollar por Krishna. Así mismo, las Escrituras dicen: rati-prema-taratamya bhakta—taratama: “Un devoto es considerado superlativo y superior de conformidad con el nivel de amor y apego que haya desarrollado…” (C.c. Madhya 22.71. Traducción de Srila Prabhupada.

El primero de quien escuché la siguiente analogía es Hansaduta das. Él dijo que la persona que tuvo la visión, el plan y finalmente el arrojo temerario de lanzarse a la mar en busca de “las Indias Orientales”, fue Cristóbal Colón. Y, ¡encontró esas nuevas tierras! Nadie creyó ni en sus teorías ni en el éxito de su empresa, excepto la reina Isabel. De igual modo, casi nadie creía que Srila Prabhupada fuera a tener éxito en su proyecto de predicación en los países “de habla inglesa”. Incluso un hermano espiritual suyo llegó a afirmar que el verso prithiviti ache yatra nagaradi gram era sólo una alegoría. Pero Sumati Morarji le creyó.

Tras Srila Prabhupada sufrir tres infartos en la primera etapa de la travesía, Krishna, acompañado de todas Sus encarnaciones, Se le apareció en un sueño y le dijo: “No temas. Prosigue con tu misión. Yo te protegeré”.

¿Hay todavía alguno que dude que Srila Prabhapuda no tenía ya establecida una relación íntima con Shyamasundar, el dulce Señor de piel azulada que luce una pluma de pavo real en la frente, y la magnánima Sri Radha de tez blanquecina como el oro fundido? ¿De que no “nadaba” en la olas del rasa más elevado de todos?... Pero mejor sigamos con la analogía de Hansaduta. Luego de Colón, aparecen Américo Vespucio, Vasco Núñez de Balboa y otros osados navegantes que también cruzaron el vasto Atlántico. Sin embargo, fue Cristóbal Colón el primero en sentar el ejemplo, el primero en dar la pauta y marcar el rumbo; en corto, el que descubrió América.

Tras exhortar en sus libros a sus hermanos espirituales, Srila Bhakti Vaibhava Puri Maharaja y otros —discípulos de éstos principalmente, en particular Sripad Sundar Govinda Maharaja y Srila Narayana Maharaja— han seguido sus pasos. ¡Toda la gloria sea para Srila Prabhupada!

“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente.” Srila Prabhupada.

La posición constitucional de Srila Prabhupada

Con este parámetro, ¿quién puede tener reservas o dudas sobre el tipo de vivencias que Srila Prabhupada experimentó, especialmente en los once años que predicó los santos nombres por todo el orbe? ¡Srila Prabhupada estuvo cantando Hare Krishan y traduciendo el primer Canto del Srimad-Bhagavatam en el Sri Sri Radha-Damodara mandira! [“el eje del universo”], que curiosa y delatadoramente (para los que buscan señales “confidenciales”) está localizado en el centro mismo de seva-kuñja, el lila-sthali más confidencial, el paraje donde Shyamasundar baila la supraespiritual y súper privada danza del rasa con Srimati Radharani y millones de gopis más! Y les recuerdo aquí a mis lectores que fue precisamente un hermano espiritual de Srila Prabhupada, Srila Bhakti Vichar Yayavar Maharaja, el primero en calificar a Srila Prabhupada de saktyavesa-avatara. Sorprendidos de haber escuchado dicha afirmación, otros hermanos espirituales de Srila Prabhupada acudieron ante Sridhar Maharaja, a quien ellos consideraban el acharya gaudiya-vaisnava más erudito y prominente del momento, para pedirle su opinión. Srila Bhakti Raksaka Sridhar Maharaja confirmó categóricamente la apreciación de Bhakti Vichar Maharaja: “El caso es que él era jagat-guru... Él es saktyavesa-avatara, el recipiente de una potencia especial del Señor, cuya obra no habría sido posible para ningún hombre ordinario”.


Y Srila Narayana Maharaja se ha expresado de la siguiente manera: “‘Swami Maharaja o ‘Prabhupada Swami’ como lo llamamos y amamos cuando vivió entre nosotros en los últimos años de la década del 50, es efectivamente la persona que hizo realidad la profecía del Señor Chaitanya, de que los santos nombres serían escuchados y cantados en todos los pueblos y aldeas del mundo”.

La verdad indiscutible es que los anales de la historia de la India, de Asia, de Europa, de América, de África y Oceanía, de Oriente y Occidente, nunca antes habían anotado en sus registros a un devoto del calibre de Srila Prabhupada. Ni siquiera en los Puranas encontramos a un devoto que se pueda equiparar a Srila Prabhupada.

El devoto tiene que asumir la responsabilidad de sus actos

Un aspecto fundamental en la vida espiritual es que el practicante debe asumir la responsabilidad de su vida espiritual. Los aspirantes a devotos no deben ser sentimentales. Dicho en otras palabras, no deben ser ciegos. Todos debemos volvernos seguidores responsables de Srila Prabhupada. Nuestra consigna es servir las órdenes y la visión de Srila Prabhupada según las necesidades de las circunstancias actuales. A pesar del cúmulo de faltas y desviaciones que tras su partida han ocurrido en el movimiento que Su Divina Gracia fundó, hemos de permanecer fieles a él y afanarnos al máximo para encontrar soluciones viables, prácticas, aplicando la filosofía de una manera dinámica, con el fin mantener viva su misión, con el objeto de implementar su visión y enseñanzas. La filosofía no debe interpretarse en forma rígida o estereotipada, como si ésta tuviera el objeto de estrangularnos, de matar nuestros sentimientos por los seres divinos.

Todo devoto en el movimiento de la conciencia de Krishna tiene que asumir la responsabilidad de saber qué es “la conciencia de Krishna” tal como la presentó Srila Prabhupada en sus libros. De esa manera, él puede volverse un discípulo responsable, un discípulo agradecido que quiere mantener la figura y las enseñanzas de Srila Prabhupada como un legado único e inapreciable, como un patrimonio cultural y espiritual de la humanidad.

La obligación de todo aquel que se considere un seguidor sincero de Srila Prabhupada, es servir la misión de Srila Prabhupada, entendiendo el espíritu y los objetivos con los que la concibió y la puso en marcha. Tenemos que servir a sus sirvientes, pero al mismo tiempo tenemos que estar alertas. Como dijo Srila Prabhupada: “No engañéis, pero tampoco os dejéis engañar”. Obremos ejercitando al máximo nuestra inteligencia. Apliquemos siempre el regalo de Dios que es el sentido de discriminación. Tengamos conciencia. Mantengamos intactos nuestros sentimientos por Srila Prabhupada; es más, hagamos todo lo posible para acrecentarlos. Cimentemos nuestro sentido de integridad personal, y no lo comprometamos en absoluto. Uno no tiene que renunciar a su sentido de integridad a fin de volverse un buen devoto; por el contrario, el ser vaisnava es exactamente lo opuesto: el devoto mantiene su integridad, aunque se caiga el mundo. No sacrifiquemos nuestra integridad bajo ninguna circunstancia y bajo ningún pretexto. Ello es servir ejemplarmente a Srila Prabhupada y a su misión en este momento particular de la historia. A decir verdad, es un servicio de vital importancia.


El devoto es un dechado de virtudes (samo damas tapah saucam santosah ksantir arjavan. S.B. 7.11.21). La clave para desarrollar estas cualidades es tener fe, perseverancia y pureza en el canto del maha-mantra Hare Krishna. Simultáneamente, debemos fomentar entre nosotros un trato basado en amor y confianza. Muy a menudo Srila Prabhupada habló de profesarnos “amor y confianza”, de crear “una fraternidad” de seres humanos que tienen los mismos ideales y aspiran a la misma meta. Una vez bien apuntalada la fe en los santos nombres, la base para desarrollar las veintiséis cualidades de un vaisnava radica en ejercitar la virtud de la integridad en todo momento y en toda circunstancia. Para aquel que ha hecho el compromiso de practicar la conciencia de Krishna, el desarrollo de toda esa lista de cualidades prácticamente depende de que se resuelva a ejercitar la integridad. Integridad es la base del amor y la confianza. Como dice el adagio: “No puede haber amistad si no hay confianza. Y no puede haber confianza si uno no procede con integridad”.

“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente.” Srila Prabhupada.

Integridad

Integridad significa franqueza, honestidad. Significa que uno tiene carácter. Significa que no dejo que mi antigüedad como devoto, ni mi título y tampoco mi posición eclesiástica, se constituyan en barreras infranqueables que impidan comunicaciones abiertas y sinceras con aquellos que guío o que están bajo mi cuidado. Significa poner fin al one-upmanship [colocarse siempre en una situación de superioridad con respecto a los demás] y a jugar ajedrez mental para mi provecho. Significa que no violento el espacio emocional psicológico de los demás, y por lo tanto, que no mancillo su dignidad. Significa que yo asumo la responsabilidad por las decisiones que adopto y por todo lo que suceda en mi vida. Significa que mantengo mis sentidos de dignidad y de respeto por mí mismo. Significa que no permito que otros me vuelvan víctima o títere de sus antojos; que no permito que me usen sin mi consentimiento. Significa más bien que tengo un respeto inherente por todos los seres humanos, y no infrinjo sus derechos y tampoco su dignidad. Significa que me abstengo de manipular, intimidar o explotar a los demás para cumplir con los propósitos de la institución a la que pertenezco o por cualesquiera otras razones. Significa que tengo conciencia y dejo que me guíe en todos los asuntos de la vida. Significa que en vez de pensar que los demás existen para realzar mi imagen, mi servicio y mi reputación, pienso que ellos existen para que yo realce su imagen, su servicio y su reputación. Por sobre todas las cosas, integridad significa que yo pongo en práctica la regla de oro: trato a los demás como me gustaría que me trataran a mí.

“No debéis desoír la voz de vuestra conciencia. De lo contrario no tenéis fe en vuestra causa. Puede que hayan perturbaciones, pero no debemos abandonar la prédica en nombre de Mahaprabhu, a pesar de todas las diferencias. Perturbaciones tienen que venir, pero tenemos que sobrellevarlas. A pesar de todo, tenemos que permanecer sinceros; tenemos que encarar las dificultades de la manera apropiada. Éstas han venido para entrenarnos en la dirección correcta”.
Srila Sridhara Maharaja

El predicador ideal

Si el predicador es sensato y no alberga intereses personales, entonces se vuelve un fino evaluador de las circunstancias. Se convierte en una persona experta en diagnosticar a su público según el lugar, el tiempo y las circunstancias. Un predicador avezado no se presentará ante alguien y le dará una prédica sobre compasión, y luego, para hacer claro su punto, le restriega en la cara las Escrituras. No. Un predicador experto hará una diestra diagnosis de la situación particular que vive aquel a quien desea ayudar. Un discurso, por muy sustentado que esté en los sastras, no debe herir los sentimientos devocionales del oyente. La felicidad del predicador estriba en iluminar compasivamente a los demás, en despertar y afianzar sus sentimientos de amor a Dios y a Su representante perfecto. A decir verdad, el que hace feliz a los demás nunca es afectado por las confusiones creadas por la ilusión y el egoísmo.

La finalidad suprema del predicador humanitario es el bienestar a los demás. “Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”. Este es el meollo de la conciencia de Krishna. Srila Prabhupada, haciendo paráfrasis de la estrofa escrita por Kulashekara Maharaja, decía que el ideal del devoto de Krishna es: “volverse el sirviente, del sirviente del sirviente del Señor de las gopis, mil veces relegado”. El secreto de este proceso espiritual consiste en hacer el bien a los demás, desinteresada y magnánimamente. Ello no sólo le produce felicidad inmediata al propio predicador, sino también a los repositorios de su predicación; el primero no es obcecado y tampoco deja amargado a nadie, sa vai pumsam paro dharmo yato bhaktir adhoksaje ahaituky apratihata yayatma suprasidati (S.B 1.2.6).

Otro de los rasgos del predicador ideal es que aprecia y reconoce el servicio de los demás devotos. Si el predicador no discrimina y no cualifica al receptor de su mensaje, entonces incurre en la grave falta de poner en riesgo la vida espiritual de éste. En otras palabras, comete el pecado de “matar” su fe. Para complementar epistemológicamente esta última idea, recordemos siempre que Srila Prabhupada escribió a un devoto que “el principio más elevado es salvarse a uno mismo”. O sea, el devoto buscador tiene que estar convencido de que si es sensato y ora con fervor sincero, la voz de su conciencia no lo traicionará. El Señor le dará plena protección.

Si alguien ha aceptado a Srila Prabhupada como su capitán espiritual, entonces infundámosle ánimos para navegar a través del vasto y turbulento océano de la existencia material. Si es sincero, dicho océano se convertirá en la poca agua que contiene la pisada de una vaca. Gracias a la ayuda interna que le ofrece caitya-guru y Srila Prabhupada (mediante la lectura de sus libros y la observancia de sus enseñanzas), y gracias también a la ayuda de los hermanos espirituales mayores y vaisnavas que él acepte como sadhu-sanga, él podrá —como solía decir Su Divina Gracia—, “ir de vuelta a casa, de regreso a Dios” en esta misma vida. ¡Srila Prabhupada es el mejor capitán de todos!

Una vez concluida la alocución del predicador ideal, el oyente debe quedar con el alma satisfecha, con la conciencia tranquila, con un mensaje redentor en su corazón. Debe sentirse apoderado, no desapoderado. Tras analizar la predicación, el oyente debe corroborar que las palabras del predicador están en consonancia con su voz interna. Y no que éstas le hayan causado ansiedad o dolor en lo tocante a su filiación devocional. Después de todo, tenemos que reconocer el hecho de que una institución está compuesta por personas que voluntariamente se integran a ella. Por tal razón, a nadie se le debe instar, implícita o explícitamente, que niegue la voz de su conciencia so pretexto de que así se volverá “un alma rendida”. El predicador deber ser un perito en la ciencia de entrar en las cámaras más recónditas del corazón humano: “Sí, al santo que he aceptado como mi guía eterno, este predicador lo ha ratificado. Él ha podido entender que mi amor por él es firme e irrevocable, y que no está sujeto a negociación de ninguna especie. Sí, ¡él es mi bienqueriente porque me anima a abrazar con más fuerza los eternos pies de loto de mi salvador! Mi salvador es Srila Prabhupada: ese formidable palacio de bhakti puro, cuya gloria se expande a lo largo de los tres mundos. Sin Srila Prabhupada, …¡yo me muero!”.

Por supuesto, para avanzar en la vida espiritual, hay que hacer cambios; es menester adoptar nuevas conductas y cultivar —mediante el estudio de las Escrituras y la práctica diligente del servicio devocional— una nueva actitud, libre de confusión y falsas identidades. Pero en última instancia, el mensaje redentor del predicador tiene que recalcarme la exhortativa de que me vuelva un sirviente del sirviente del sirviente, mil veces relegado, del sirviente del Señor de las gopis: ¡mi querido e irremplazable Srila Prabhupada!

La fidelidad es fundamental


Ningún devoto que tenga devoción genuina por Srila Prabhupada y lo considere la figura predominante de su vida espiritual, lo sustituirá por nadie. Él no cambiará o abandonará los sentimientos que naturalmente le profesa a Srila Prabhupada. En nuestra filosofía vaisnava gaudiya, no es bien visto que un devoto serio cambie de advocación. Lo que es más, hasta es castigado por ello. He aquí el ejemplo de Sri Krishnadas Babaji:

Inicialmente Sri Krishnadas Baba vivía en el templo Madana-mohana de Vrindavan, pero luego se radicó en Ravanari (que para ese entonces era una densa jungla) y se dedicó por completo a adorar a Radha y a Krishna y a cantar Sus santos nombres día y noche. Sin embargo, como Babaji había llegado a Vraja cuanto tan sólo era un niño, a los cincuenta años se le ocurrió la idea de realizar una peregrinación a los cuatro tirthas más importantes de India (Ayodhya, Benares, Dwarka y Jagannath Puri). Pero tras tomar dicha decisión, Srimati Radharani Se le apareció en sueños y le dijo: “Tú te has rendido a Mí. No hay necesidad de que vayas a ningún otro lugar. Quédate en Vrindavan y continúa con tu bhajana. Aquí obtendrás todo”. Tras despertar, Babaji asumió que el sueño sólo era producto de su imaginación, y dio comienzo a su romería. Cuando llegó a Dwarka, emocionado, hizo que en el hombro derecho le pusieran el tapta-mudra (una marca hecha con metal caliente) del templo de Dwarkadish o Krishna, el rey de Dwarka. Esto acción no está en armonía con los principios del raganuga-bhakti de Vrajabhumi, aunque se menciona en el Hari Bhakti Vilasa de Srila Sanatana Goswami.

El día que Sri Krishnadas Baba regresó a Vrindavan, Radharani de nuevo Se le apareció en sueños y le dijo: “Como te has hecho marcar con el tapta-mudra de Dwarka, ahora formas parte del séquito de Satyabhama. Ya no eres más un residente de Vraja, así que, …¡ve de regreso a Dwarka!” Esta vez Babaji no dudó que el sueño fue real. Las palabras de Srimati Radharani lo atravesaron como un rayo. No sabía qué hacer. Desesperado recurrió al maha-bhagavata Krishnadas Baba de Govardhana para pedirle consejo. Tan pronto como éste lo vio, le dio un cálido abrazo y le dijo: “¿Dónde has estado todo este tiempo?”. Sri Krishnadas respondió: “Fui a conocer Dwarka, Mira: me puse el tapta-mudra”.

“¡Ah!, entonces te has vuelto tan excelso que ya no puedo ni siquiera tocarte. Tú ahora eres la sevika [ama de compañía] de la muy eminente reina de Dwarka, mientras que yo sólo soy la dasi [sirvienta] de una vaquera de Vrindavan”, repuso Krishnadas Baba al tiempo que hacía un suspiro de tristeza y daba unos pasos hacia atrás.

Sri Krishnadas Babaji acudió a los demás maha-bhagavatas que residían en Vrindavan. Pero todos ellos coincidieron: “Tienes que cumplir la orden que Radharani te ha dado”. Él regresó a Ravanari decepcionado y con el corazón destrozado. Acto seguido, dejó de comer y de beber y se encerró en su bhajana-kutir. El fuego del arrepentimiento combinado con el fuego del sentimiento de separación (viraha) de Radharani estaban continuamente ardiendo dentro de su corazón. Babaji pasó tres meses en ese estado hasta que fuego empezó a emanar de su cuerpo. Al cabo de tres días el fuego llegó a su garganta. Al cuarto día su cuerpo quedó reducido a un montón de cenizas. [NOTA: el lugar donde Sri Krishnadas Babaji ardió hasta desaparecer a causa de viraha por Sri Radha, todavía se puede visitar hoy día].


“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente.” Srila Prabhupada

El predicador es amigo y bienqueriente de todas los seres vivientes

Un devoto serio no es un bienqueriente ocasional o circunstancial. Un predicador liberal se preocupa genuinamente que todos los devotos, indistintamente de su filiación, avancen en el sendero de la devoción y en comunión con sus sentimientos devocionales. Él no repara quién es el maestro espiritual de las personas a quienes predica, ni le interesa conocer quién será su gurú. En sentido lato, un predicador auténtico no hace proselitismo para su propia causa, sino, por excelencia, para el crecimiento espiritual de sus oyentes. El predicador liberal deja de lado sus intereses partidistas; es decir, no proyecta la mentalidad constreñida y centrada en sí misma característica de la vida familiar. Él pregona la conciencia de Krishna libre de la concepción de que “yo únicamente tengo ojos para mi gurudeva”. Un devoto es un libre pensador con un criterio intelectual de base amplia y no reducida. El acoge a todos los devotos como miembros de la misma familia —la familia de Krishna—, y por ende, se preocupa genuina y desinteresadamente de su progreso y bienestar espirituales. Tal como escribió Srila Bhaktivinoda Thakura: “Quienes ansían las bendiciones de Dios, son nuestros hermanos en la fe, sin importar cualquier error que puedan tener en sus conceptos o formas de adoración”.

El onceavo obstáculo del vaishnava es el comunalismo*, que adopta la forma de un incendio forestal. Debido al comunalismo una persona no reconoce como vaishnava a ninguna otra que no pertenezca a su propio grupo”.

Srila Bhaktivinoda Thakura

*[“Communalism” en inglés. Traducción: fuerte adherencia al grupo social o étnico al que uno pertenece, en vez de a la sociedad como un todo].

Srila Visvanatha Chakravarti Thakura explica en el comentario del verso api cet su-duracaro bhajate mam ananya-bhak / sadhur eva sa mantavyah samyag vyavasito hi sah (B.g. 8.30), que un sadhu es un miembro de la familia de Krishna. Él apunta que cuando Krishna dice sadhur eva, Krishna quiere decir sadhavo hrdayam mahyam (S.B. 9.4.68): “Los devotos son Mi corazón. Ellos son muy queridos para Mí. Son parte de Mi familia”. El sadhaka no puede ponerse simplemente a esperar que este sentimiento surja espontáneamente en su conciencia. Uno no puede esperar a que este sentimiento le caiga de la nada. El devoto tiene que practicar asidua y puramente la filosofía del amor de Sri Caitanya, sin pretensiones ni fanatismos —y cantar Hare Krishna sin ofensas—, y así la antedicha comprensión por fin permeará su corazón.


El problema del mundo es que todos se rigen por la ley del menor esfuerzo. Y ello ha dado lugar a la aparición de los famosos “yes-men”. Este término en inglés se puede traducir como “seguidores ciegos”. Ellos invariablemente necesitan que otros les digan qué es la conciencia de Krishna. En realidad, el síntoma de una persona consciente de Krishna es que se siente apoderada en virtud de poner en práctica los conocimientos que ha recibido de Krishna, de su maestro espiritual y de los vaisnavas. Por cualesquiera razones, nadie debe fomentar en otra persona sentimientos de dependencia, y así perjudicialmente producirle el temor de utilizar su propia inteligencia para determinar cuál es la verdad. (Si somos altamente subjetivos, podemos asegurar que cada hombre tiene o vive “su propia verdad”. Es indiscutible que yo únicamente puedo vivir en mi nivel de conciencia de Krishna, y que no puedo vivir en el nivel de ningún otro devoto).

El fomentar sentimientos de dependencia no es una cualidad positiva en el subordinado. Por el contrario, es un gran detrimento para su crecimiento individual y, por extensión, para el crecimiento de la misión de Srila Prabhupada, la cual está compuesta de individuos. Las personas que no asumen la responsabilidad de pensar por sí mismas no son brahmanas por naturaleza. Es cierto que en toda organización hay tanto líderes natos como seguidores. Con todo, el ideal del movimiento de Srila Prabhupada es crear brahmanas, libres pensadores con un criterio bien sustentado en la lógica y la razón, respaldado por los sastras. Los brahmanas tienen afinidad filosófica y piensan por sí mismos. Pueden reunirse en un ambiente de cordialidad y confianza, y discutir y hasta reconciliar diferentes opiniones sobre la base la interpretación humanitaria —y no autoritaria— de la doctrina de la conciencia de Krishna, a la cual se subordinan todos. Y si finalmente no hallan un punto de coincidencia, entonces respetuosamente admiten sus diferencias. No se ofenden unos a otros, y mucho menos ridiculizan los puntos de vista de sus contendientes.

El menosprecio y la agresión no funcionan

Uno de los fenómenos que más he vivido en carne propia y me constan plenamente, es que la agresión verbal no disuade a nadie (salvo que viva en Cuba o Corea del Norte). Igualmente, no tiene efecto que el predicador se piense superior a aquellos a quienes dirige su alocución. Uno debe predicar con convicción, pero lleno de humildad. Ninguno podrá convencer a otro de la verdad, a menos que la articule con elocuencia, prudencia, humildad y, sobre todo, con compasión: La técnica “destazadora” de Srila Bhaktisiddhanta y la prédica recia de Srila Prabhupada, sólo la pueden emplear ellos: paramahamsas libres de envidia y deseos de explotar a los demás, e impelidos por la realidad palmaria (y también trascendental) que percibían en su momento particular de la historia.

Y hablando de historia, hemos de decir que la necesidad de cambiar el curso de la misma, invariablemente comenzó con las ideas y acciones de una minoría. Los grandes cambios de la historia han sido iniciados por un uno o a lo sumo, un pequeño grupo de personas: Jesucristo y sus apóstoles; Juan Jacobo Rousseau (precursor de la Revolución Francesa), Nelson Mandela, son sólo unos pocos ejemplos de mentes reformadoras que se atrevieron a cuestionar el status quo —por cruel, caduco o inoperante—, y a aportar soluciones tangibles y "humanas", por muy insólitas que inicialmente aparentaron ser. Luego de su muerte (o en vida) las masas repararon en sus respectivas contribuciones a la civilización, y los siguieron. Estas contribuciones —por lo menos, los principios filosóficos y las estrategias para concretarlas— casi siempre son las mismas: el logro de la libertad, la paz y la felicidad. Y en lo que respecta a Srila Prabhupada, su contribución ha sido "fuera de serie": el ofrendar a la civilización de kali-yuga el culto del amor de Sri Caitanya Mahaprabhu: Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare / Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare.

Srila Prabhupada es vaticinado en el Srimad-Bhagavatam

Srila Prabhupada vino a originar una revolución. A esta hizo referencia brillantemente un devoto en una ofrenda de Vyasa-Puja:

Me gustaría analizar un sloka importante del Primer Canto del Srimad-Bhagavatam, el cual he estudiado cuidadosamente, y del cual podemos inferir unas conclusiones interesantes. El verso dice así:

tad-vag-visargo janatagha-viplavo
yasmin prati-slokam abaddhavaty api
namany anantasya yaso 'nkitani yac
srnvanti gayanti grnanti sadhavah


TRADUCCIÓN: Por otra parte, aquella literatura que está colmada de descripciones acerca de las glorias trascendentales del nombre, la fama, las formas, los pasatiempos, etc., del ilimitado Señor, es una creación diferente, llena de palabras trascendentales destinadas a ocasionar una revolución en las vidas impías de la mal dirigida sociedad de este mundo. Esta clase de obras literarias, aunque estén compuestas de una manera imperfecta, las oyen, las cantan y las aceptan los hombres purificados que son completamente honestos.

SIGNIFICADO: Este verso contiene unas afirmaciones muy interesantes. La primera es que la literatura descrita está destinada a causar una revolución. Históricamente, el Srimad-Bhagavatam fue compilado hace cinco mil años por Srila Vyasadeva con la intención de propiciar una revolución en el mundo.

Desde los tiempos que Srila Vyasadeva escribió el Bhagavatam, no hay registro de que dicha literatura haya incitado ninguna revolución, excepto la revolución creada por el Movimiento para la conciencia de Krishna. Ello significa que el Srimad-Bhagavatam fue compilado para servir los propósitos de este Movimiento para la conciencia de Krishna. La revolución descrita en el verso aludido, es una revolución de proporciones mundiales. Así pues, no hay duda de que dicha referencia se aplica solamente al presente Movimiento para la conciencia de Krishna, fundado por Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada.

El verso también contiene otra afirmación sumamente significativa. Una línea dice: 'Esa clase de obras literarias, aunque estén compuestas de una manera imperfecta...'. Todos sabemos, especialmente aquellos que leímos los ejemplares originales del Srimad-Bhagavatam que Srila Prabhupada escribió en Vrindavan y publicó en Nueva Delhi, que los mismos fueron escritos de un modo imperfecto. La inferencia que yo hago aquí es que dicho verso contiene la predicción tanto del advenimiento de Srila Prabhupada, como de la difusión del Movimiento de conciencia de Krishna para crear una revolución que cambiase el curso de la mal dirigida sociedad de hoy día.

En una ocasión anterior, Srila Prabhupada fue calificado como saktyavesha-avatara, y nosotros sabemos que, por norma general, las Escrituras describen y predicen a casi todos los avataras. Aquí encontramos una categórica confirmación de que Srila Prabhupada es un saktyavesha-avatara del Señor Krishna, quien fue comisionado por el Señor Supremo para cumplir el propósito enunciado en el verso citado; es decir: propiciar una revolución a nivel mundial en las vidas impías de una sociedad mal dirigida.


“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente.” Srila Prabhupada.

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