lunes, febrero 28, 2011
Callar es Pecar
por Astika das
Durante una conversación telefónica, Goura lila das me dice que Durlabha Prabhu optó por el silencio --que tantos rollos entre los devotos acabaron por cansarlo. Aunque la decisión de Durlabha Prabhu es respetable, no estoy de acuerdo con ella. La discusión apenas comienza, el movimiento Hare Krishna es nuevo; hasta antes de que Srila Prabhupada llegara a Occidente, nadie conocía la palabra Krishna, mejor dicho casi nadie. Probablemente en las grandes universidades norteamericanas y europeas algunos estudiosos de los asuntos orientales sí la conocían, lo mismo que algún lunático, como el poeta norteamericano Allen Ginsberg quien, en Nueva York, le confesó a Srila Prabhupada que él se la pasaba repitiendo Krishna, Krishna sin conocer el alcance del término.
NOSOTROS NO SOMOS OLLAS
En cierta ocasión alguien le dijo a Srila Prabhupada que el sabio calla, que una vez que uno está satisfecho las palabras salen sobrando. E ilustró su tesis con el ejemplo de las ollas. Cuando las ollas no están completamente llenas, producen sonido; pero una vez llenas, ya no generan ningún sonido. Srila Prabhupada rebatió tal argumento diciendo: “Para empezar no somos ollas. Uno debe comenzar a hablar una vez que sabe.”
La vida de Srila Prabhupada ejemplifica esto último. Él pasó toda una vida en preparación. Antes de venir a Occidente, él se dedicó a estudiar de forma escrutadora y avasalladora toda la sabiduría de India. Pasó varios años en reclusión en el templo Radha Damodara; ahí tradujo los primeros tres volúmenes del Srimad Bhagavatam e hizo un comentario de ellos. Y a la edad de 70 años emprendió su viaje a Occidente con el propósito de difundir la conciencia de Krishna.
Mientras Srila Prabhupada estuvo presente en la tierra, el movimiento Hare Krishna creció en forma descomunal, pero cuando él abandonó el plano mortal, el movimiento comenzó a descomponerse. Simultáneamente se inició entre los devotos una discusión que al parecer no tiene trazas de terminar, sino que por el contrario cada vez coge más bríos. R.K., Durlabha Prabhu, yo, etc., quienes hemos presenciado durante más de treinta años el irregular desarrollo del movimiento Hare Krishna, estamos obligados a estar alertas, a estudiar los libros de Srila Prabhupada, y luego a opinar. De otra manera, los líderes del movimiento Hare Krishna, valiéndose de la impunidad, seguirán distorsionando las enseñanzas de Srila Prabhupada.
ANTECEDENTES DE EL TAMBOR RUGIENTE
En el primer número de El Tambor Batiente expliqué que no entendía cómo era posible que en un movimiento literario y filosófico, como lo es el movimiento Hare Krishna, no existiera un foro para discutir los asuntos relacionados con la conciencia de Krishna. Asimismo mencionaba que Srila Prabhupada había puesto mucho énfasis en la publicación de la revista Back To Godhead (De Vuelta al Supremo), y que en cierta ocasión declaró que él deseaba que sus discípulos escribieran acerca de sus realizaciones personales, y no solo acerca de las realizaciones que habían tenido otros grande vaisnavas. A menudo escuchamos las hazañas devocionales de vaisnavas gigantes, de la talla de Bhaktivinoda Thakur, de Bhaktisiddhanta Saraswati, de Srila Sridhara Swami; sin embargo, Srila Prabhupada deseaba conocer la realización de sus devotos occidentales.
En el primer número de El Tambor Batiente incluí las reflexiones anteriores y una crónica de mi visita al templo de Brooklyn en Nueva York. Algún devoto le comentó a mi esposa --Bimala devi dasi-- que yo, junto con mi familia, me iría al infierno por hacer esa clase de crítica. Me disponía a preparar el Tambor Batiente #2, donde analizaba cómo algunos devotos se dedican a servir simultáneamente a varios gurus, en vez de concentrar su atención en uno solo, cuando mi esposa irrumpió en el Café Internet donde yo escribía, y en vez de alentarme a continuar escribiendo me desanimó diciendo que si continuaba escribiendo me iría al infierno, y me los llevaría a ellos de refilón.
En ese momento la plantita de mi determinación por escribir y defender la misión de mi maestro espiritual aún estaba muy tierna y el discurso de mi esposa logró sofocarla. En ese segundo número yo deseaba explicar que a pesar de que el devoto puede tener varios siksa gurus, sin embargo, debe concentrar su atención en su gurudeva. No podía entender cómo Durlaba Prabhu simultáneamente estuviera sirviendo a Srila Prabhupada, a Govinda Maharaj, a Bhakti Vaibhava Puri Maharaj, a Narayana Maharaj, cuando entre ellos mismos existen muchas diferencias. Seguramente esa dispersión de intereses fue lo que acabó por agotar a Durlabha Prabhu.
LA DISCUSIÓN APENAS EMPIEZA
En El Bhagavad-gita Tal Como Es se recomienda la discusión entre los devotos acerca de los tópicos devocionales. Ahí se dice que los tópicos acerca del Señor Krishna son muy potentes, y que nuestra fe saldrá fortalecida si participamos en ellos. Por ejemplo, actualmente, El Tambor le está dedicando una gran cobertura al asunto de las fotos que muestran a Bhakti Aloka Paramadwaiti Swami abrazando a sus discípulas, y eso de vital importancia para que los devotos nuevos no se confundan.
En esta época en la que la gente practica sexo por internet, se casan parejas del mismo sexo, se desnudan cerca de 20,000 mexicanos y posan en el Zocalo para un fotógrafo norteamericano, pareciera completamente inocuo que un hombre abrace a una mujer. No solo eso, sino que la objeción resulta anticuada. Sin embargo, esto no es así cuando se trata de un sannyasi.
Seguramente algunos devotos ven con simpatía lo que está haciendo Paramadwaiti, pues piensan que eso hará más popular al movimiento Hare Krishna. Sin embargo, el movimiento Hare Krishna se hizo popular gracias a la rigidez de sus principios y Srila Prabhupada jamás transigió. Él prefería la calidad a la cantidad; sin embargo, sus discípulos, con tal de ganar seguidores, están cambiando los principios establecidos por Srila Prabhupada.
Por eso Paramadwaiti Swami abraza públicamente a sus discípulas. Y por eso mismo Hridayananda Goswami --quien en sus buenos tiempos calificaba a los karmis de perros con corbata, a las universidades de mataderos de cerebros, y a las mujeres de brujas-- ahora se viste de corbata, asiste a la universidad, y se relaciona indiscriminadamente con sus discípulas. Y por la misma razón Satsarupa dasa --quien antes era uno de los más intransigentes discípulos de Srila Prabhupada, y escribió varios volúmenes de la biografía de Srila Prabhupada y libros de ensayos filosóficos-- ahora se dedica a escribir novelas sobre los alienados de los manicomios, novelas en las que Krishna brilla por su ausencia, e incursiona en la pintura naif.
LA ABSOLUTA NECESIDAD DE LA DISCUSIÓN
A pesar de que cada día hay más devotos interesados en leer El Tambor Rugiente, aún hay muchos que consideran que criticar es ofensivo, y por esa razón no lo leen. Ellos confunden la crítica con la ofensa. Sin embargo, el ejercicio de la crítica no sólo es necesario sino indispensable para que una sociedad se desarrolle.
Recientemente, un grupo de arquitectos, ingenieros civiles y politólogos se reunió en el famoso programa radiofónico de Nino Canún "Y usted, ¿qué opina?". Allí discutieron el problema urbano del Distrito Federal. Antes de escuchar la opinión de esos expertos en urbanismo acerca del periférico y el segundo piso, yo pensaba que esas obras eran una maravilla, pero ahora estoy enterado de los enormes y cuantioso fraudes que cometieron los funcionarios que se encargaron de realizar dichas obras. Aparentemente eso no remedia nada, pero sí lo hace, pues las autoridades saben que hay ciudadanos inteligentes que los están observando.
Eso mismo se puede decir acerca del movimiento Hare Krishna. Los líderes saben que no pueden actuar impunemente pues si lo hacen se exponen a ser criticados por El Tambor u otras publicaciones que han desarrollado una actitud crítica hacia el Movimiento Hare Krishna.
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1 comentario:
Encuentro muy interesante su artículo prabhu Astika das, muy cierto que Srila Prabhupada pasó años de preparación antes de venir a occidente. Yo no se como estos gurus del boliche pretenden superar al maestro con sus "novedades baratas". Ojalá todos pudieran comprender la necesidad de intercambiar las opiniones, escuchar las críticas, conversar en ves de maldecir y decir lo mismo de siempre: "te vas a ir al infierno por ofender a los vaisnavas".
La foto de su articulo es muy elocuente, puedo ver en ella muy claramente al swami paramadvaiti con sus tentáculos aprisionanado a sus discípulos en especial a las jovencitas que no tienen siquiera una personalidad formada. Como dicen los viejos verdes: "quiero una joven para moldearla a mi manera". Como la ve?
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