(Con la reciente publicación de la nota sobre la doctrina ritvik, que incluye ciertos pasajes con el nombre de Jayapataka Swami incluido, algunos devotos me han escrito que no sabían nada sobre los problemas y conflictos legales en Kolkata y Bangalore. Creo que la barrera del idioma inglés limita lo que los devotos de habla hispana a veces pueden saber sobre los acontecimientos en Iskcon en el mundo.
Sin embargo, este tema no es en realidad nuevo, excepto por la reciente sentencia legal a favor de los ritviks de Bangalore. Me voy a tomar la libertad de presentar a continuación un escrito que publiqué hace años en VNN, originalmente en inglés, sobre los conflictos de Kolkata y la estrategia geopolítica de Iskcon.)
Mayo 16 de 2001 . . . . . VNN6752
¿Sorpresa en Calcuta?
POR RADHA KRSNA DAS (CIUDAD DE MÉXICO)
EDITORIAL, Mayo 16 (VNN) — ¿Quedaste sorprendido con el reciente intento de Iskcon de expulsar por la fuerza a Adridharana Prabhu del templo de Calcuta? Pues no deberías. Las acciones rufianezcas son una táctica común dentro de la caja de sorpresas de la GBC, y es una de las muchas técnicas maquiavélicas que están dispuestos a usar para preservar la Pax Iskconiana.
En lo personal, no quedé sorprendido con el capítulo más reciente de la saga iskconiana. De hecho, basado en mis experiencias previas, encontré esto bastante normal por un par de razones. Primero, concuerda con mi vieja percepción de que la ilusión ya se robó la inteligencia de los líderes de Iskcon. Desde hace 25 años, quienes se encuentran hasta arriba de la cadena alimentaria iskconiana, han convertido sistemáticamente a este Movimiento en un grupo marginal plagado de ineptitud y fortificado con impunidad. Y segundo, he sido testigo directo de esas mismas tácticas por las mismas personas en ocasiones anteriores. Permítanme explicarles.
En 1984, aunque Alanath Swami [Paramadvaiti Swami] predicaba muy exitosamente en Colombia, la GBC lo consideraba poco sumiso a la autoridad de ellos. El liderazgo emergente que él proyectaba era un evidente peligro para el liderazgo institucional de ellos. En consecuencia, los líderes regionales de la GBC —Hridayananda Goswami, Jayapataka Swami y Panchadravida Swami— manifestaban su inmadurez e inseguridades portándose altivos y groseros con él. Por ejemplo, trataban continuamente de sabotear sus programas, tornaban a sus propios seguidores en contra suya, y minimizaban su obra. El asunto llegó a un clímax durante el Festival de Mayapur, donde Alanath le informó a la GBC que ya los había tolerado lo suficiente. Él y otros líderes regionales se negaron a seguir reconociendo la autoridad de los representantes GBC regionales hasta que el conflicto quedara resuelto por una delegación imparcial de la GBC.
Alanath había indicado que la delegación de la GBC podía incluir a cualquier persona, excepto —por obvias razones— a Jayapataka y a Hridayananada. La delegación quedó conformada, y Hridayananda me llamó a Los Angeles un día antes de que la delegación partiera a Colombia para decirme que yo sería parte de ésta. El acuerdo fue que yo volara a Miami para reunirme allí con Satsvarupa Goswami, Prahladananda Swami y posiblemente Atreya Rsi Prabhu.
Pero, ¡oh sorpresa!, cuando llegué a Miami me encontré que Jayapataka también estaba allí --listo para subirse al avión. Él me aseguró que todo estaba arreglado y que Alanath había accedido a que él también fuera a Colombia. Yo sabía que esto era una mentira descarada porque horas antes yo había hablado con Alanath, quien me había reiterado su demanda de que Jayapataka (una persona en la que él no confiaba) no participara. El complot se profundizó durante el desayuno, pues Hridayananda le llamaba a Satsvarupa para darle los nombres de devotos colombianos que él consideraba lo suficientemente bobos para pasarse a "este" lado. [Hridayananda se encontraba en otra ciudad de Florida ese momento.] También le daba ideas de cómo tomar por asalto el templo de Bogotá. Esto se parecía más a una mini Bahía de Cochinos que a un grupo de sadhus que trataban de solucionar un conflicto.
Al mantenerme bien despierto pude armar todas las piezas del complot, el cual se desarrollaría de la siguiente manera: Yo volaría clandestinamente con Jayapataka y dos personas más primero a Bogotá. Dos horas después se embarcaría la delegación oficial (compuesta por Satsvarupa, Prahladananda y los demás), y serían recibidos en el aeropuerto por los líderes locales. Lo anterior permitiría que el primer grupo, el clandestino, pudiera llegar al templo sin oposición alguna, y lavarle el cerebro en contra de Alanath a los devotos que estuvieran allí. Voila. Finito. Misión cumplida. Muchas almas serían salvadas e Iskcon emergería victorioso.
Sin embargo, una vez que me di cuenta de lo torcido del plan que habían armado Jayapataka y Hridayananda, llamé a mi oficina en Los Angeles y les pedí que pusieran sobre aviso a Alanath. Yo nunca consideré esto un acto en contra de Iskcon, sino un acto en contra de la actitud ilegal, engañosa y desviada de quienes lo dirigen. Esto incluye a Satsvarupa, "el "Santo Sats", quien participó plenamente en este engaño, incluso implicando a un discípulo suyo en el subterfugio. Por ironía del destino, Satsvarupa escribió un libro titulado "La Veracidad, la Última Pata de la Religión".
Mientras volábamos sobre Cuba, Jayapataka me reveló que en realidad Alanath no sabía que él vendría, y me explicó su versión final del plan para "salvar" al templo. Pero la sorpresa sería para él. Después de que pasamos la inmigración y la aduana del aeropuerto de Bogotá, Jayapataka estaba listo para ponerse en marcha, pero quedó traumatizado al ver a Alanath & Co. esperándolo en el lobby. Allí, en medio de cientos de expectadores, lo denunció a gritos de engañador y tramposo. Poco después arribó el Santo Sats para recibir la misma bienvenida.
Cuarenta y ocho horas después nos encontrábamos todos de regreso en los Estados Unidos, descontando los $10,000 que se habían perdido en billetes de avión y hoteles. Como resultado de esta "brillante" operación, los devotos de Colombia cortaron permanentemente sus lazos con Iskcon. Un país entero —con templos, fincas y restaurantes— dejó de ser parte de Iskcon. Hasta la fecha Iskcon no se ha recuperado de este fiasco, y batalla para apenas exisitr en Colombia.
¿Se les fincaron responsabilidades a Jayapataka, Hridayananda y Satsvarupa por este desastre alguna vez? Por supuesto que no. La función debe continuar. Pero detrás de la fachada de devoción, erudición y santidad hay una mentalidad siempre lista a perpetuar, a cualquier costo, el defectuoso sistema de autoridad institucional. Para quienes se sorprendieron con la participación que tuvo Satsvarupa, esto nos muestra qué contagioso es el ambiente de decadencia en Iskcon. Incluso alguien que trata de proyectar un aura de santidad termina como cómplice de sus compinches sedientos de poder.
Así que, no les sorprendan los ataques que ocurrieron en Calcuta. Es algo que ha ocurrido en el pasado y seguirá ocurriendo en el futuro, hasta que el Movimiento retome la senda de la pureza. Y si eso ocurriera, sí sería motivo para quedar sorprendidos.
NOTAS 2009
1. Es cierto que detrás de las máscaras sonrientes hay un brutal impulso por controlar el Movimiento de Srila Prabhupada sin escuchar quejas ni reconocer errores. Cuando hay un reconocimiento de errores es porque no hacerlo sería peor, como en el caso de las disculpas "de dientes para afuera" a los gurukulis. Pero si hay manera de actuar con impunidad, los líderes mayores de Iskcon siempre han estado dispuestos a hacerlo.
2. En el caso de Colombia, todo era cuestión de sentarse y resolver las controversias que existían. Esto implicaba reconocer errores y hacer ajustes para evitar repetirlos. Yo había estado en Colombia apenas en febrero y conocía las quejas que tenían Alanath y los devotos de Colombia. Pero Jayapataka y Hridayananda optaron por el camino de la confrontación, la altivez, la negación de los errores, y rehusarse a sentarse a escuchar a otros para resolver este asunto. Por tal motivo no nos extraña que —25 años después— en el caso de Costa Rica los líderes de Iskcon hubieran decidido seguir el mismo camino.
3. No lo tomo como algo personal, sino como un principio, pero me sorprende que Jayapataka se hubiera atrevido a intentar mentirme de una manera tan descarada. A mis ojos me dijo que su presencia en Colombia ya estaba acordada, para luego en el avión desmentirse él mismo y presentarme un estúpido plan estilo C.I.A. —preparado por él y Hridayananda— para "resolver" la situación. ¿Habrá dicho Jayapataka alguna otra mentira en su vida sobre temas como la sucesión discipular, las responsabilidades de la GBC ante los devotos, etc.? A mí sí me dijo una mentira, eso es irrefutable, y sólo queda averiguar si es la única mentira que ha dicho en su vida, o si hay otras.
4. ¿Hay que entregar cuentas de los disparates cometidos como líder de Iskcon? Es evidente que no. Nadie jamás le ha pedido cuentas a Hridayananda y Jayapataka por el fiasco de Colombia. Ese asunto tenía una clara solución mediada, y prueba de ello es que Alanath y su gente habían accedido recibir a una delegación oficial de la GBC. Lo único que querían es que Panchadravida, Hridayananda y Jayapataka ya no los atosigaran más. Pero esto le pareció inaceptable a estos líderes quienes optaron por el "todo o nada", y se quedaron con nada. Aquí también vemos una semejanza con Costa Rica. Guru Prasad Swami no tiene que entregarle cuentas a nadie por las tonterías que cometió allá. Nadie se las va a pedir, y a nadie le interesa. Y si la finca deja de ser parte e Iskcon, pues ni modo, "is the cost of doing business", y si esa franquicia personal llamada Costa Rica desaparece, pues es un problema del dueño de la franquicia.
5. ¿Cometí un error o traición al informarles en Colombia sobre la presencia de Jayapataka allá? Ya indiqué arriba que no lo creo, y no creo que actuando como lo hicieron Hridayananda y Jayapataka se fuera a resolver ningún problema. También es poco probable que aunque Jayapataka hubiera llegado al templo y hablara con los presentes, los hubiera convencido de abandonar a Alanath. El Maharaja llevaba trabajando en Colombia seis años y los devotos lo apoyaban totalmente. Es más, algunos eran más radicales que él y le cuestionaban su tibieza en este conflicto.
6. Al decir que llamé a mi oficina en Los Angeles y les pedí que le avisaran a Alanath sobre el complot, significa que le llamé a Virabahu y le conté todo el plan macabro. Le pedí que le llamara a Alanath y lo previniera sobre lo que estaba por suceder. Virabahu le llamó, pasándole mi recado. O sea, en algún momento de su vida Virabahu cuestionaba el establishement, pero creo que eso se acabó cuando él mismo se volvió el establishment.
Sin embargo, este tema no es en realidad nuevo, excepto por la reciente sentencia legal a favor de los ritviks de Bangalore. Me voy a tomar la libertad de presentar a continuación un escrito que publiqué hace años en VNN, originalmente en inglés, sobre los conflictos de Kolkata y la estrategia geopolítica de Iskcon.)
Mayo 16 de 2001 . . . . . VNN6752
¿Sorpresa en Calcuta?
POR RADHA KRSNA DAS (CIUDAD DE MÉXICO)
EDITORIAL, Mayo 16 (VNN) — ¿Quedaste sorprendido con el reciente intento de Iskcon de expulsar por la fuerza a Adridharana Prabhu del templo de Calcuta? Pues no deberías. Las acciones rufianezcas son una táctica común dentro de la caja de sorpresas de la GBC, y es una de las muchas técnicas maquiavélicas que están dispuestos a usar para preservar la Pax Iskconiana.
En lo personal, no quedé sorprendido con el capítulo más reciente de la saga iskconiana. De hecho, basado en mis experiencias previas, encontré esto bastante normal por un par de razones. Primero, concuerda con mi vieja percepción de que la ilusión ya se robó la inteligencia de los líderes de Iskcon. Desde hace 25 años, quienes se encuentran hasta arriba de la cadena alimentaria iskconiana, han convertido sistemáticamente a este Movimiento en un grupo marginal plagado de ineptitud y fortificado con impunidad. Y segundo, he sido testigo directo de esas mismas tácticas por las mismas personas en ocasiones anteriores. Permítanme explicarles.
En 1984, aunque Alanath Swami [Paramadvaiti Swami] predicaba muy exitosamente en Colombia, la GBC lo consideraba poco sumiso a la autoridad de ellos. El liderazgo emergente que él proyectaba era un evidente peligro para el liderazgo institucional de ellos. En consecuencia, los líderes regionales de la GBC —Hridayananda Goswami, Jayapataka Swami y Panchadravida Swami— manifestaban su inmadurez e inseguridades portándose altivos y groseros con él. Por ejemplo, trataban continuamente de sabotear sus programas, tornaban a sus propios seguidores en contra suya, y minimizaban su obra. El asunto llegó a un clímax durante el Festival de Mayapur, donde Alanath le informó a la GBC que ya los había tolerado lo suficiente. Él y otros líderes regionales se negaron a seguir reconociendo la autoridad de los representantes GBC regionales hasta que el conflicto quedara resuelto por una delegación imparcial de la GBC.
Alanath había indicado que la delegación de la GBC podía incluir a cualquier persona, excepto —por obvias razones— a Jayapataka y a Hridayananada. La delegación quedó conformada, y Hridayananda me llamó a Los Angeles un día antes de que la delegación partiera a Colombia para decirme que yo sería parte de ésta. El acuerdo fue que yo volara a Miami para reunirme allí con Satsvarupa Goswami, Prahladananda Swami y posiblemente Atreya Rsi Prabhu.
Pero, ¡oh sorpresa!, cuando llegué a Miami me encontré que Jayapataka también estaba allí --listo para subirse al avión. Él me aseguró que todo estaba arreglado y que Alanath había accedido a que él también fuera a Colombia. Yo sabía que esto era una mentira descarada porque horas antes yo había hablado con Alanath, quien me había reiterado su demanda de que Jayapataka (una persona en la que él no confiaba) no participara. El complot se profundizó durante el desayuno, pues Hridayananda le llamaba a Satsvarupa para darle los nombres de devotos colombianos que él consideraba lo suficientemente bobos para pasarse a "este" lado. [Hridayananda se encontraba en otra ciudad de Florida ese momento.] También le daba ideas de cómo tomar por asalto el templo de Bogotá. Esto se parecía más a una mini Bahía de Cochinos que a un grupo de sadhus que trataban de solucionar un conflicto.
Al mantenerme bien despierto pude armar todas las piezas del complot, el cual se desarrollaría de la siguiente manera: Yo volaría clandestinamente con Jayapataka y dos personas más primero a Bogotá. Dos horas después se embarcaría la delegación oficial (compuesta por Satsvarupa, Prahladananda y los demás), y serían recibidos en el aeropuerto por los líderes locales. Lo anterior permitiría que el primer grupo, el clandestino, pudiera llegar al templo sin oposición alguna, y lavarle el cerebro en contra de Alanath a los devotos que estuvieran allí. Voila. Finito. Misión cumplida. Muchas almas serían salvadas e Iskcon emergería victorioso.
Sin embargo, una vez que me di cuenta de lo torcido del plan que habían armado Jayapataka y Hridayananda, llamé a mi oficina en Los Angeles y les pedí que pusieran sobre aviso a Alanath. Yo nunca consideré esto un acto en contra de Iskcon, sino un acto en contra de la actitud ilegal, engañosa y desviada de quienes lo dirigen. Esto incluye a Satsvarupa, "el "Santo Sats", quien participó plenamente en este engaño, incluso implicando a un discípulo suyo en el subterfugio. Por ironía del destino, Satsvarupa escribió un libro titulado "La Veracidad, la Última Pata de la Religión".
Mientras volábamos sobre Cuba, Jayapataka me reveló que en realidad Alanath no sabía que él vendría, y me explicó su versión final del plan para "salvar" al templo. Pero la sorpresa sería para él. Después de que pasamos la inmigración y la aduana del aeropuerto de Bogotá, Jayapataka estaba listo para ponerse en marcha, pero quedó traumatizado al ver a Alanath & Co. esperándolo en el lobby. Allí, en medio de cientos de expectadores, lo denunció a gritos de engañador y tramposo. Poco después arribó el Santo Sats para recibir la misma bienvenida.
Cuarenta y ocho horas después nos encontrábamos todos de regreso en los Estados Unidos, descontando los $10,000 que se habían perdido en billetes de avión y hoteles. Como resultado de esta "brillante" operación, los devotos de Colombia cortaron permanentemente sus lazos con Iskcon. Un país entero —con templos, fincas y restaurantes— dejó de ser parte de Iskcon. Hasta la fecha Iskcon no se ha recuperado de este fiasco, y batalla para apenas exisitr en Colombia.
¿Se les fincaron responsabilidades a Jayapataka, Hridayananda y Satsvarupa por este desastre alguna vez? Por supuesto que no. La función debe continuar. Pero detrás de la fachada de devoción, erudición y santidad hay una mentalidad siempre lista a perpetuar, a cualquier costo, el defectuoso sistema de autoridad institucional. Para quienes se sorprendieron con la participación que tuvo Satsvarupa, esto nos muestra qué contagioso es el ambiente de decadencia en Iskcon. Incluso alguien que trata de proyectar un aura de santidad termina como cómplice de sus compinches sedientos de poder.
Así que, no les sorprendan los ataques que ocurrieron en Calcuta. Es algo que ha ocurrido en el pasado y seguirá ocurriendo en el futuro, hasta que el Movimiento retome la senda de la pureza. Y si eso ocurriera, sí sería motivo para quedar sorprendidos.
NOTAS 2009
1. Es cierto que detrás de las máscaras sonrientes hay un brutal impulso por controlar el Movimiento de Srila Prabhupada sin escuchar quejas ni reconocer errores. Cuando hay un reconocimiento de errores es porque no hacerlo sería peor, como en el caso de las disculpas "de dientes para afuera" a los gurukulis. Pero si hay manera de actuar con impunidad, los líderes mayores de Iskcon siempre han estado dispuestos a hacerlo.
2. En el caso de Colombia, todo era cuestión de sentarse y resolver las controversias que existían. Esto implicaba reconocer errores y hacer ajustes para evitar repetirlos. Yo había estado en Colombia apenas en febrero y conocía las quejas que tenían Alanath y los devotos de Colombia. Pero Jayapataka y Hridayananda optaron por el camino de la confrontación, la altivez, la negación de los errores, y rehusarse a sentarse a escuchar a otros para resolver este asunto. Por tal motivo no nos extraña que —25 años después— en el caso de Costa Rica los líderes de Iskcon hubieran decidido seguir el mismo camino.
3. No lo tomo como algo personal, sino como un principio, pero me sorprende que Jayapataka se hubiera atrevido a intentar mentirme de una manera tan descarada. A mis ojos me dijo que su presencia en Colombia ya estaba acordada, para luego en el avión desmentirse él mismo y presentarme un estúpido plan estilo C.I.A. —preparado por él y Hridayananda— para "resolver" la situación. ¿Habrá dicho Jayapataka alguna otra mentira en su vida sobre temas como la sucesión discipular, las responsabilidades de la GBC ante los devotos, etc.? A mí sí me dijo una mentira, eso es irrefutable, y sólo queda averiguar si es la única mentira que ha dicho en su vida, o si hay otras.
4. ¿Hay que entregar cuentas de los disparates cometidos como líder de Iskcon? Es evidente que no. Nadie jamás le ha pedido cuentas a Hridayananda y Jayapataka por el fiasco de Colombia. Ese asunto tenía una clara solución mediada, y prueba de ello es que Alanath y su gente habían accedido recibir a una delegación oficial de la GBC. Lo único que querían es que Panchadravida, Hridayananda y Jayapataka ya no los atosigaran más. Pero esto le pareció inaceptable a estos líderes quienes optaron por el "todo o nada", y se quedaron con nada. Aquí también vemos una semejanza con Costa Rica. Guru Prasad Swami no tiene que entregarle cuentas a nadie por las tonterías que cometió allá. Nadie se las va a pedir, y a nadie le interesa. Y si la finca deja de ser parte e Iskcon, pues ni modo, "is the cost of doing business", y si esa franquicia personal llamada Costa Rica desaparece, pues es un problema del dueño de la franquicia.
5. ¿Cometí un error o traición al informarles en Colombia sobre la presencia de Jayapataka allá? Ya indiqué arriba que no lo creo, y no creo que actuando como lo hicieron Hridayananda y Jayapataka se fuera a resolver ningún problema. También es poco probable que aunque Jayapataka hubiera llegado al templo y hablara con los presentes, los hubiera convencido de abandonar a Alanath. El Maharaja llevaba trabajando en Colombia seis años y los devotos lo apoyaban totalmente. Es más, algunos eran más radicales que él y le cuestionaban su tibieza en este conflicto.
6. Al decir que llamé a mi oficina en Los Angeles y les pedí que le avisaran a Alanath sobre el complot, significa que le llamé a Virabahu y le conté todo el plan macabro. Le pedí que le llamara a Alanath y lo previniera sobre lo que estaba por suceder. Virabahu le llamó, pasándole mi recado. O sea, en algún momento de su vida Virabahu cuestionaba el establishement, pero creo que eso se acabó cuando él mismo se volvió el establishment.
1 comentario:
HARE KRISHNA
reciban un cordial saludo de mi parte, mi nombre es Juan, y vengo profundizando en las enseñansas de el Gita del Srimad y de Prabhupada hace poco tiempo y mi fe se ha venido fortaleciondo con estas reveladoras escrituras,me parece muy decepcionante ver este documental pero es la misma historia del cristianismo, que si uno lo conoce en realidad se da cuenta que es el hombre el cochino rastrero y no la sagrada y elevada religion, "curas" que se proclaman cristianos y son todo lo opuesto a las enseñansas de CRISTO y ahora lo mismo "gurus" que se proclaman visnavas y son todo lo opuesto a las enseñansa de KRISHNA, pero quiero agradecer al autor de esta pagina por revelar y denunciar la falsedad de estas personas que dejan en muy bajo el gran nombre de la majestuosa tradicion vaisnava, como dije en un comienzo soy muy nuevo en estas enseñansas y quedo con la pregunta:donde encuentro un maestro espiritual genuino que pueda ayudarme a cumplir con la orden de los sastras de ser discipulo de un alma aurorrealizada
tambien tengo algo que no me entro de esta pagina y es el hecho de que a Paramadvaiti se le deja la impresion de ser un buen guru, cosa que si creo, pero en el documento de gurus de peluche se lo critica, entonces es o no es Paramadvaiti un maestro fidedigno?
yo vivo en cali colombia y asisto a un templo de vrinda de donde se el es el fundador y ahi se predica el Maha Mantra el hecho de que no somos este cuerpo las enseñanzas del Guita y del Baghavatam
aun no tengo un maestro espiritual y soy nuevo en esto si algun devoto sincero y avanzado me puede aconcejar al respecto le estare agradecido mi mail es juanllavi@hotmail.com
que DIOS los bendiga
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