domingo, abril 10, 2011

El Santo Nombre revela la forma y la morada de Krishna


El Santo Nombre revela
la forma y la morada
de Krishna

(Del "Saranagati".)

por Srila Saccidananda Bhaktivinoda Thakura

Mi corazón es como un desierto que siempre está caliente por estar expuesto a los ardientes rayos del Sol. Esa es mi condición mental interna. El deseo de conseguir cosas perecederas no ha podido satisfacerme, ya que por naturaleza esas cosas producen muerte. Y no uno ni dos, sino millares de tales deseos mortales se han anidado en mi mente. Por ello, mi subconsciente siempre está quemándose. Ésa es mi situación. Sin embargo, por la gracia de sadhu y guru, el Santo Nombre de Krishna —con Su infinito potencial— ha entrado a través de mis canales auditivos y ha llegado al plano de mi corazón. Y ahí, con una esperanza excepcional, con infinitas y auspiciosas posibilidades, ha bañado mi corazón con una nueva variedad de néctar.

Ese sonido ha generado en mí una nueva esperanza. Luego, por la fuerza, sale del corazón y va hacia la lengua. No es que mi lengua haga esfuerzo alguno para emitir tal sonido. No. Lo que salió del corazón de un santo inmaculado, recorrió mis oídos y entró en mi corazón, por la fuerza apareció en mi lengua y empezó a danzar.

Ése es el Santo Nombre verdadero. Desciende desde lo alto. No puede ser proferido por ninguna lengua material. Proviene de arriba. Y gracias a un representante genuino del Absoluto, llega al corazón a través del oído. Una vez que el corazón lo acoge con afecto, el santo nombre bruscamente aparece en la lengua y empieza a danzar. Con mucha fuerza se sitúa en la punta de la lengua y, en seguida, ese dulce sonido comienza su danza.

Aquí se han descrito los efectos reales que produce el Nombre divino. Si es el Nombre es verdadero, si tiene vida, la voz se entrecortará, el cuerpo se pondrá a temblar y las piernas no podrán sostener el cuerpo. A veces los vellos se erizarán y un chorro de lágrimas empapará el cuerpo. Otras veces la piel experimentará cambios de color, y además, no podremos detectar ningún vestigio de actividad mental o de la conciencia.

Puede que hasta caigamos desmayados. Parecerá que el cuerpo y la mente están siendo atacados, sacudidos y acometidos de distintas maneras.

Aparentemente se percibirá que muchos problemas surgen en el cuerpo y la mente; sin embargo, el corazón está desbordante de gozo, derramando un tipo particular de jugo dulce y desconocido. En ocasiones el devoto piensa: “Estoy en un océano de néctar. Toda mi existencia está sumergida en un océano de líquido nectarino. Estoy fuera de sí. No puedo entender dónde estoy. ¿Dónde estoy? ¿Qué es esto? ¿Qué me ha sucedido? ¡Esta experiencia casi me ha hecho enloquecer! ¿Acaso he perdido la razón? ¿Qué le ha sucedido a mis experiencias pasadas, a mi seriedad, a mi gravedad? ¡¿Qué ha pasado con ellas?! ¿Qué soy ahora? Un agente extraño me ha transformado diametralmente. Soy un muñeco en manos de una tremenda fuerza, fuerza que también es muy afectuosa conmigo. No puedo entender cómo es posible que gracias a mi fe haya entrado en este ambiente vasto y desconocido, el cual nunca he experimentado antes. Y, finalmente, tras tener dicha vivencia, caigo en la cuenta de que estoy embelesado. Todo mi ser, por dentro y por fuera, ha sido capturado por una fuerza particularmente dulce. No puedo evitar ser presa de ese poder dulce. No puedo describir apropiadamente todo esto. Vine a refugiarme en Él y aceptarlo como mi guardián; no obstante, con Sus manos ahora me trata de esta manera despótica e inmisericorde.

Pese a ello, percibo que todo es muy placentero; es una sensación que está más allá de mis experiencias anteriores. ¿Qué es esto? ¡No puedo resistir más! Estoy totalmente cautivo. Que mi destino se vaya adondequiera. No puedo emerger. Estoy cautivo en las manos de un dulce amigo; he sido privado de toda mi independencia. No tengo otra opción sino rendirme. Soy incapaz de describir mi verdadera condición.

Me doy cuenta de que Él es un autócrata. Siempre hará lo que Le plazca. Como no me es posible oponer resistencia alguna, tengo que rendirme. ¡Permítaseme cooperar para hacer lo que a Él Le plazca! Como sea, me doy cuenta de que la dulzura del Nombre es condensada como una flor que se está abriendo, y que torrentes sumamente exquisitos de dulce fluyen de Él. Dentro de Sí, el Santo Nombre contiene muchísimas variedades de dulces corrientes, con todo y Sus respectivas formas. Además, Él Se expresa de diferentes maneras maravillosas. A veces Él manifiesta un tipo peculiar de color y figura, pero luego los hace desaparecer.

Muchísimos aspectos encantadores le son mostrados a mis ojos interiores, y en seguida, Él me obliga a rendirme al pie de dicho altar. Él muestra Su forma completa, la que manifiesta en Vrindavan, durante Su Vraja-lila con Radharani, y luego me lleva a dicho paraje. Entonces me doy cuenta de que estoy rodeado de Sus peculiares objetos de uso personal, todos muy dulces y amorosos. A continuación, Me dice: “¡Mira!, ¡tengo muchas cosas maravillosas! Este es tu hogar. No soy una fantasía, sino la realidad concreta. Te percatarás de que aquí el ambiente es muy dulce y favorable. Estás destinado a vivir aquí”. Noto que Él se relaciona de diversas maneras con Sus allegadas y allegados, con los cuales intercambia diferentes rasas. Así mismo, reparo en que tengo otro cuerpo que ha emergido del que tenía antes, y al cual se le ha asignado un cargo permanente para que Lo pueda servir aquí.

¡Ah, qué estupenda es la nueva vida que he encontrado aquí! Por último, me doy cuenta de que todos mis pensamientos relacionados con mis experiencias y vida pasadas han desaparecido. Y es la verdad: ¡mi verdadera vida está aquí! Este estado existencial es la realidad; la vida que terminó era una farsa. Acto seguido, me percato de que el canto del Santo Nombre me infunde nuevos ánimos, así como un nuevo derrotero y una nueva esperanza. Cualquier cosa que queramos, cualquiera que sea nuestra aspiración interna, el Santo Nombre nos la provee. Si cantamos el Nombre, todos nuestros anhelos internos serán satisfechos. El Nombre es eterno, lo más puro de lo puro, y está pletórico de éxtasis.

Ahora me doy cuenta de que he sido totalmente transformado. En virtud de ello, mi anhelo más hondo es el siguiente: que todo aquello que vaya en contra del dulce Nombre desaparezca eternamente del mundo. Si algo se llega a oponer a esta dulce vida, que desaparezca, y, si es necesario, ¡ofrendaré mi vida para hacer que desaparezca del mundo para siempre! Así otros podrán disfrutarla a su entera satisfacción. ¡Ningún obstáculo debe impedir este logro de la vida! No tiene parangón. Así pues, que todos vengan aquí, y, de ser necesario, yo me sacrificaré para acabar con cualquier forma de oposición, de modo que todos puedan, suavemente, pacíficamente y sin ningún peligro, disfrutar esta vida gozosa, dulce y absoluta.

[Traducción: Aniruddha das.]

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