por Astika das
En mi más reciente viaje a Saltillo, Coahuila, visité la escuela donde enseña inglés mi hija Krishna devi dasi. Ella vivió muchos años en Canadá, pero nunca tuvo mucha simpatía por el clima y las costumbres de ese país. Volvió hace poco más de un año a Saltillo, que es su tierra natal, y consiguió trabajo como profesora de idiomas en esa escuela primaria y secundaria. La propietaria del plantel es mi sobrina, lo mismo que la directora académica. Una prima mía es la que atiende la cafetería. O sea, la escuela es prácticamente un clan familiar.
El día que llegué a saludar a Krishna dasi, la directora académica me pidió que al día siguiente --el Día de las Madres-- le diera una conferencia sobre la India a un grupo mixto de secundaria. Yo me sentí halagado por la invitación mientras ella hablaba del provecho que podían sacar los estudiantes de mis 20 o 25 viajes a India --avalados por los sellos de mi pasaporte.
Me puse a meditar acerca del tema de la conferencia. ¿Qué interés pueden tener los adolescentes mexicanos acerca del P.I.B. de la India?, ¿o de la eterna contienda entre hindúes y musulmanes?, o de las constantes luchas entre India y Paquistán?
De pronto se me prendió el foco: representaría la obra de teatro acerca de Prahlad Maharaj e Hiranyakashipu. De esa manera los estudiantes entrarían en contacto con la verdadera India, la India que se presenta en el Séptimo Canto del Srimad Bhagavatam. Me llenó de júbilo ser capaz de predicar el mensaje de Krishna a aquellos adolescentes confundidos y atemorizados por la ola de violencia que actualmente se vive en el norte de México.
La directora académica, con la seriedad que la caracteriza, me advirtió que solamente tenía treinta minutos para hacer mi exposición, pues después de ese tiempo ellos tenían que concentrarse en otras actividades relacionadas con el 10 de mayo.
EL MENSAJE DE PRAHLAD MAHARAJ RECORRE TIERRAS NORTEÑAS
Cuando yo era el director del gurukula, muchas veces animé las fiestas dominicales del templo con la obra de teatro de Prahlad Maharaj. Pero eso era más sencillo pues contaba con un amplio elenco de actores, formado por los niños del gurukula. Contábamos con vestuario, raquítico por cierto, pero a fin de cuentas vestuario. Y contábamos con un rudimentario equipo de sonido.
En cambio, ahora yo viajaba acompañado por Omar Kalki das, el hijo de mi hermano espiritual Ritu Raj, quien ignora completamente la filosofía de la conciencia de Krishna, no asistió al gurukula, jamás ha asistido a un solo Ratha Yatra, e ignora completamente el Séptimo Canto del Srimad Bhagavatam --y por consiguiente desconoce quién es Prahlad Maharaj e Hiranyakasipu.
Por la noche, hice un sketch de la obra, si es que así se le puede llamar a unos apuntitos de media página donde esbozaba los puntos cardinales de la obra. Al día siguiente, el 10 de mayo, me levanté a la hora de Brahma Muhurta, sin hacer ruido para no despertar a Kalki das, me vestí y subí a la terraza del hotel donde hay una alberca. El viento soplaba fuertemente. En el silencio absoluto de la madrugada solamente se escuchaban los gemidos del viento. Recordé que en el Srimad Bhagavatam se dice que el viento aulla por temor a Krishna. Yo caminaba alrededor de la alberca cantando Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare; Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare. Me sentía henchido de gozo. “¡Qué generoso es conmigo Srila Prabhupada --pensaba--, me da todo y ahora me está dando la oportunidad de glorificarlo y glorificar a Nrisimadeva a unos días de Su aparición.”
Sin embargo sentía miedo, pues no soy actor, no tengo buena voz, soy tímido, y tenía que representar varios papeles frente a un grupo de adolecentes. Tenía que actuar como el gran demonio Hiranyakashipu, como su hijo el devoto Prahlad Maharaj, y como los profesores demoniacos Sanda y Amarka.
Me sentía desfallecer. Sin embargo, recordaba aquel verso "mukam karoti vacalam", que gracias a la misericordia del maestro espiritual “los mudos pueden decir discursos elocuentes y los cojos pueden subir montañas". “Dame fuerzas para representarte como te lo mereces” --le pedí a Srila Prabhupada. Desde la valla de metal de la terraza del hotel veía la paz que a esa hora reinaba en Saltillo. Me sentía muy afortunado de tener un maestro espiritual como Srila Prabhupada, quien me enseñó a disfrutar esas horas de la madrugada cuando todo mundo se halla atrapado en las redes de la ignorancia.
Me sentía desfallecer. Sin embargo, recordaba aquel verso "mukam karoti vacalam", que gracias a la misericordia del maestro espiritual “los mudos pueden decir discursos elocuentes y los cojos pueden subir montañas". “Dame fuerzas para representarte como te lo mereces” --le pedí a Srila Prabhupada. Desde la valla de metal de la terraza del hotel veía la paz que a esa hora reinaba en Saltillo. Me sentía muy afortunado de tener un maestro espiritual como Srila Prabhupada, quien me enseñó a disfrutar esas horas de la madrugada cuando todo mundo se halla atrapado en las redes de la ignorancia.
PRAHLAD MAHARAJ EN ESCENA
La cita era a las 7.30 am. Yo llegué al estacionamiento a las 7.20. Ni siquiera la directora académica, “que es tan puntual”, había llegado. En eso se apareció mi hija Krishna dasi, quién me preguntó si había tenido tiempo de preparar la conferencia. “Por supuesto”, le respondí.
De coches muy nuevos bajaban adolescentes que efusivamente se despedían de sus padres. En las inmediaciones del plantel felicitaban cariñosamente a las maestras que eran madres. “Eso, me dijo Krishna dasi --mientras señalaba hacia una adolescente que felicitaba de abrazo a las profesoras mamás--, nunca lo verás en Canada. Allá todo es muy frío. Acá todo es tan diferente..”
En eso llegó la directora del plantel y nos pidió que pasáramos al auditorio del plantel donde se celebraría la conferencia. Para hacer la cosa más familiar, habían retirado las sillas del auditorio. Cerca de cien personas, entre adolescentes, maestros, y personal del plantel, estaban despatarrados sobre el piso del auditorio. La directora me presentó ante la audiencia como su tío, e hizo una breve y halagüeña semblanza sobre mi persona.
Yo le pedí al auditorio que no fuera muy severo conmigo, pues en lugar de conferencia iba a representar una obra de teatro en la que se necesitaba vestuario, varios actores, música, escenario, etc. pero que contaba con la imaginación joven, fresca y poderosa de ellos para llenar todos esos vacíos….y manos a la obra.
Imitando los desplantes pretenciosos de Hiranyakasiphu, hablé acerca de la necesidad de preparar a los estudiantes para que se convirtieran en grandes demonios. Aclaré que Hiranyakasiphu significa "cama suave y oro", que es lo que desean los demonios --tener mucha riqueza y disfrutar de la vida sexual. Y para que su hijo Prahlad se hiciera su digno sucesor, lo mandó al gurukula de Sanda y Amarka.
Sin embargo, Prahlad era un devoto puro de Krishna y rechazó las enseñanzas de sus maestros como demoniacas. Prahlad les insistió que el propósito de la vida humana no es disfrutar la materia sino glorificar al Señor Krishna.
A pesar de que hacía mucho tiempo que no representaba esa obra ni leía el Séptimo Canto del Srimad Bhagavatam, la audiencia estaba completamente abismada con mi actuación. Cuando representé a Sanda y Amarka y con voz destemplada gritaba: “¡¡¡Qué haces imbécil --refiriéndose a Prahlad Maharaj-- te has vuelto loco!!!”, los adolescentes se desternillaban de risa. De vez en cuando volteaba hacia el fondo del auditorio y veía como Krishna devi dasi me veía completamente extasiada.
ALGO DE MORCILLA ERA NECESARIA PARA AMENIZAR LA OBRA
Al final de la obra le explique a la audiencia que el origen del temor que actualmente se siente en el norte de la República es debido a que la gente ha olvidado la relación eterna que tiene con Dios. Las escuelas se han volcado hacia afuera, pues enseñan que A x A es A cuadrada, o que A más A son 2A. Pero no enseñan sobre nuestra naturaleza espiritual, y que el cuerpo físico es solamente la cubierta exterior. Debido a eso hay tanta desesperanza, tanta ansiedad, tanto robo.
ALGO DE MORCILLA ERA NECESARIA PARA AMENIZAR LA OBRA
Al final de la obra le explique a la audiencia que el origen del temor que actualmente se siente en el norte de la República es debido a que la gente ha olvidado la relación eterna que tiene con Dios. Las escuelas se han volcado hacia afuera, pues enseñan que A x A es A cuadrada, o que A más A son 2A. Pero no enseñan sobre nuestra naturaleza espiritual, y que el cuerpo físico es solamente la cubierta exterior. Debido a eso hay tanta desesperanza, tanta ansiedad, tanto robo.
Durante toda la conferencia los adolescentes estuvieron completamente extasiados. Al final de mi presentación, mí sobrina le preguntó a la audiencia que si en alguna ocasión anterior habían presenciado una conferencia similar. Al unísono la audiencia respondió que no. Entonces le pidió a la audiencia que aprovechara mi presencia para formularme todas las preguntas que quisieran.
Un estudiante expresó que estaba sorprendido de las palabras tan raras que yo profería; otro dijo que le llamaba la atención el mechón de pelo que colgaba detrás de mi cabeza; una profesora me agradeció mucho mi participación y preguntó cuál era la diferencia entre el cristianismo y el Hare Krishna. Yo, como había prometido, paré mi representación a la media hora, pero fue la directora quien rompió lo pactado, pues sus comentarios motivaron al auditorio a que la discusión se prolongara por más de una hora y media.
LA REACCIÓN DE KRISHNA DASI
Ese mismo día, por la noche, mi esposa Bimala devi dasi le llamó a Krishna dasi para felicitarla por el día de las madres. Krishna dasi le comentó a Bimala que estaba completamente impresionada por mi actuación, por mi mensaje. Y que durante todo el tiempo que duró su clase siguiente, los estudiantes la estuvieron bombardeando con infinidad de preguntas, tales como: ¿Qué significa Krishna? ¿Dónde aprendió su papá todas esas cosas? ¿En la actualidad se enseñan todas esas cosas en India? Más tarde, Krishna dasi me comentó que los adolescentes quedaron marcados para toda su vida con la conferencia sobre la India que escucharon el día de las madres.
Ese mismo día, por la noche, mi esposa Bimala devi dasi le llamó a Krishna dasi para felicitarla por el día de las madres. Krishna dasi le comentó a Bimala que estaba completamente impresionada por mi actuación, por mi mensaje. Y que durante todo el tiempo que duró su clase siguiente, los estudiantes la estuvieron bombardeando con infinidad de preguntas, tales como: ¿Qué significa Krishna? ¿Dónde aprendió su papá todas esas cosas? ¿En la actualidad se enseñan todas esas cosas en India? Más tarde, Krishna dasi me comentó que los adolescentes quedaron marcados para toda su vida con la conferencia sobre la India que escucharon el día de las madres.
CONCLUSIÓN
Estoy en un aprieto. Si continúo haciendo eventos como este, y escribo en diarios y revistas, más gente mostrará interés en la conciencia de Krishna. Y si me preguntan dónde profundizar más en las enseñanzas de Srila Prabhupada, no estoy confiado en remitirlos a instituciones como ISKCON o VRINDA, donde han hecho una parodia de sus enseñanzas y han elevado a gente corrupta e inepta al rango de gurus y santos.
3 comentarios:
me ha encantado el articulo felicidades, que fuerza llegar a un colegio y representar algo tan elevado yo tambien me preocuparia de no mandar a los muchachos a un lugar donde puedan sufrir, quizas si sigue la relacion habria que informarles de una forma objetiva
Como todo en el mundo de la fama, tarde y temprano esta se acaba.Creo que llego su hora!...ya tuvo sus 5 minutos, gracias a las criticas de grandes devotos.
Primero se fue la fama, segundo su fe, tercero la inteligencia, cuarto el sukriti,al final terminara solo pidiendo perdon a krishna.
Que perdida de tiempo!
Astika Prabhu, Dandavats. Yo tambien con consciencia clara no puedo recomendar que personas se entregan al ISKCON de hoy dia. Pienso que Srila Prabhupada tambien antes de salir de la India tampoco podia mandar gente interesada a la Gaudiya Math. El tuvo lo necesario para empezar de nuevo y hizo un milagro. Pienzo que tenemos que pedir le a Srila Prabhupada que nos da lo necesario para poder empezar de nuevo. Hay que seguir en sus pasos...
Kurma rupa dasa
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