El Caso de Chota Haridasa

por Radha Krishna das

El comportamiento de un sannyasi está sujeto a lineamientos, y hay una tradición que nos señala lo que un sannyasi vaisnava debe ser. Cuando yo era un sannyasi, yo sabía bien el tipo de comportamiento que debía seguir. Así que cuando comprendí que no estaba dando el ejemplo ideal de un sannyasi, sin que nadie me presionara decidí dejar de llamarme "Swami", en vez de imponerle a la comunidad vaisnava un ejemplo que no correspondía al ideal.

Desafortunadamente esto no ocurre en la mayoría de los casos en Iskcon, y parece que tampoco en Vrinda. Vimos ya el caso de Paramgati, quien a pesar de ser descubierto como un depredador homosexual de sus mismos discípulos, pretendía permanecer como sannyasi y guru si lograba salirse con la suya. Afortunadamente eso no ocurrió.

Tenemos también el caso de Gunagrahi, quien se volvió adicto a los videos pornográficos xxx, pero que en vez de abandonar su postura falsa de sannyasi, se mudó a Latinoamérica donde nadie conocía su pasado. Aquí ya fue descubierto robando fondos de los templos y jugando en casinos. Sin embargo, sigue luchando para que lo nombren guru y GBC. No quiero extender mucho esta explicación, pero es muy claro que la gente prefiere mantener una postura falsa de sannyasi, guru y líder espiritual si el sistema se los permite.

En el caso de Paramadvaiti, él crea sus propias normas de sannyasi y guru. Como es el líder de su propio grupo, y no sigue a ninguna autoridad superior real que lo ubique como un simple estudiante de la divinidad, puede actuar caprichosamente en violación a principios elementales de la vida de sannyasa, sin oposición alguna dentro del microcosmos Vrinda.

Pero las normas de sannyasa existen, y deben ser seguidas por todo aquel que quiera usar el título de Swami o Goswami. Estas normas se encuentran en textos específicos sobre el tema, como el Samnyasa Upanisad, o en relatos vaisnavas de la vida de sannyasis ejemplares, o en instrucciones sobre la vida de un sannyasi. Contamos además con el ejemplo de nuestros maestros vaisnavas. Todo lo anterior crea un cuadro muy claro sobre lo que debe ser un sannyasi, y sus tratos con el sexo femenino.

En el Caitanya Caritamrta encontramos varios pasajes excelentes que nos pueden ayudar a definir el comportamiento de un sannyasi. Uno de ellos es el de Chota Haridasa, y se encuentra en el Antya Lila, capítulo 2.

La narración inicia cuando Bhagavan Acharya invita al Señor Caitanya a comer a su casa, y se pone a preparar el festín. Le pide a Chota Haridasa, quien era un renunciante y cantante de kirtan, que fuera a casa de Madhavi-devi por un arroz que necesitaba.

Más tarde, cuando Sri Caitanya estaba disfrutando la comida, le preguntó a Bhagavan Acharya quién había traído el arroz. Luego, al regresar a Su casa, le ordenó lo siguiente a Su asistente, Govinda: "De hoy en adelante, no permitas que Chota Haridasa venga aquí". En otras palabras, estaba desterrando a Chota Haridasa de Su presencia.

Cuando los asociados del Señor Caitanya le preguntaron el motivo de su rechazo, Él contestó:

"No puedo tolerar ver la cara de una persona que ha aceptado la orden de vida de renunciante pero que continúa hablando íntimamente con una mujer".

El oportuno significado que Srila Prabhupada da a este verso es:

"Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura comenta que saralata, o la sencillez, es la primera calificación del Vaisnava, mientras que la duplicidad, o comportamiento ladino, es una gran ofensa en contra de los principios del servicio devocional. Al avanzar en la conciencia de Krishna, uno debe gradualmente sentir disgusto por los apegos materiales y apegarse cada vez más a servir al Señor. Si uno no está realmente desapegado de las actividades materiales pero se proclama avanzado en el servicio devocional, estará engañando. Nadie estará contento viendo tal comportamiento".

Y continuó el Señor Caitanya:

"Los sentidos se adhieren de forma tan poderosa a los objetos de su disfrute, que hasta la estatua de madera de una mujer atrae incluso a la mente de una gran personalidad santa. Uno no debe sentarse cerca de su propia madre, hermana o hija, pues los sentidos son tan impetuosos que pueden atraer incluso a una persona de conocimiento avanzado. Existen muchas personas con pocas posesiones que aceptan la orden de vida de renunciante como si fueran monos. Van de aquí para allá dedicados a complacer los sentidos, y hablar íntimamente con mujeres".

Aquí la enseñanza es muy clara. Un sannyasi debe abandonar todo trato personal e informal con las mujeres. De eso se trata el voto de renunciación y celibato. Chota Haridasa es descrito aquí como un vairagi, un renunciante, y el Señor Caitanaya esperaba de él un comportamiento concordante. Y ese también fue el entrenamiento que recibimos de Srila Prabhupada: Un sannyasi no tiene tratos personales con las mujeres.

En este relato se describe dos veces la violación cometida por Chota Haridasa: "...continúa hablando íntimamente con una mujer", y "...hablar íntimamente con mujeres". ¿Qué es "hablar íntimamente"?

Para responder esto, primero debemos saber quién era Madhavi-devi. Allí mismo se le describe como: "...una dama mayor que siempre efectuaba austeridades. Ella era muy avanzada en el servicio devocional". Además se explica esto: "Sri Caitanya Mahaprabhu aceptaba que ella había sido con anterioridad una asociada de Srimati Radharani". En otras palabras, ella no era una bhaktina de Vrinda, ni una mujer ordinaria, y su dedicación devocional y hasta su edad hacían imposible cualquier desviación con Chota Haridasa.

Entonces, ¿qué pasó? El simple hecho de que Chota Haridasa le pudiera haber preguntado o dicho algo que no estuviera estrictamente relacionado con la entrega del arroz, fue suficiente para causar la ira del Señor Caitanaya.

Con esta referencia, ¿cómo vamos a calificar los "agarrones", los "arrimones", y las embarradas de cara de Paramadvaiti, mientras retoza con las damiselas de Vrinda? Muy simple, los debemos calificar como desviaciones del comportamiento recto del sannyasi. Y son especulaciones adicionales a las innumerables especulaciones que Paramadvaiti ha instituído en Vrinda en nombre del bhakti.

La narración sobre Chota Haridasa también contesta la neurótica pregunta de Maria: "¿Se te ocurrió alguna vez pensar que las fotos que seleccionaste para el blog demuestran el amor paternal de Paramadvaiti Swami hacia sus hijas espirituales?".

Bueno, la narración que vimos aquí da una respuesta muy clara: "Uno [un sannyasi] no debe sentarse cerca de su propia madre, hermana o hija, pues los sentidos son tan impetuosos que pueden atraer incluso a una persona de conocimiento avanzado". Lo siento Maria, pero tus observaciones sentimentalistas no tienen peso. Prefiero las palabras de Sri Caitanaya Mahaprabhu.

Y seamos francos, las féminas que aparecen en los "arrimones" no son las hijas espirituales de Paramadvaiti. Son buscadoras espirituales muy vulnerables, a quienes se les ha hecho creer que Paramadvaiti representa dignamente a Srila Prabhupada, y quienes --sin darse cuenta-- se están prestando a ridículos, a avances lujuriosos, y a invenciones fantasiosas sobre lo que es el bhakti y el amor.