sábado, abril 03, 2010
Janme janme prabhu sei - Parte 3
(Fotos en esta tercera parte son de los campos y cultivos pertenecientes a la finca Hare Krishna de Costa Rica.)
El devoto no es ciego
Así pues, Srila Prabhupada es un icono, un “iceberg” en la historia que apenas empieza a emerger. Está en nuestras manos mantener vivo su legado, su presencia, sus libros (“los libros de leyes para la humanidad en los próximos diez mil años”). Si bien los sastras y los acharyas hablan de la necesidad del sadhaka de ser iniciado por un maestro espiritual autorrealizado, un repaso de la historia y actuación (performance) del movimiento Hare Krishna fundado por Srila Prabhupada, dejan muy claro que las cosas han salido mal. Sin embargo, a pesar de los pesares, el movimiento sigue adelante porque está infundido del espíritu misionero de Srila Prabhupada: poderoso, vibrante, dinámico (al día de hoy, se han distribuido a nivel mundial casi 600 millones de sus libros en más de 100 idiomas y dialectos).
Entonces, como ya hemos concordado, el mantenerlo a él en el centro de las vidas de sus seguidores, demanda acciones atrevidas como la que adoptamos. El tiempo será el mejor juez de nuestro proceder. Pero como le dije a un hermano espiritual, nos reservamos el derecho que a la hora de la muerte sean el Señor Krishna y Srila Prabhupada los que nos juzguen imparcial y perfectamente, y no aquellos que o bien quisieron usurpar su excelso puesto y desbarajustaron su institución, o bien se abocaron a otro gurú, que por excelso que sea, no fue el que nos dio —con misericordia infinita— el regalo inigualable de la conciencia de Krishna.
Otra conclusión interesante es que los devotos tenemos que enfocarnos en ir alcanzando la meta de vida la humana (pañca-purusharta) por etapas o incrementos sucesivos. Tras definir la meta —amor a Krishna—, tenemos que dividirla en tramos (sraddha, sadhu-sanga, anartha-nivriti y bhajana-kriyana. Nishta, ruci, asakti, bhava y prema). Luego tenemos que focalizarnos en coronar con éxito cada etapa o tramo consecutivo, uno a la vez. Gradualmente, paso a paso, mediante la ejercitación de la fe, la perseverancia y la inteligencia, y con las bendiciones de Srila Prabhupada, los vaisnavas y de Goura y Nitai, podremos llegar a la meta final. Esta temática es la manera de lograr la victoria en cualquier empresa que merece la pena en la vida. La victoria demanda una actitud sincera y tesonera por parte de uno. Requiere de disciplina. Requiere de honestidad. Requiere de integridad. Requiere de entusiasmo moderado por la inteligencia espiritual. No hay tal cosa de “boleto gratis a Goloka Vrindavana”.
El devoto hace una elección racional
La entrega a un maestro espiritual genuino ha de estar fundamentada en una decisión racional. Si aspirantes a devotos de Krishna nos entregamos a un maestro espiritual impelidos por una decisión racional, entonces ello nos hace fuertes en el sentido de que nos volvemos seres pensantes, competentes, con confianza en sí mismos, conocedores y apoderados. Srila Prabhupada quería que sus seguidores se entregaran a la conciencia de Krishna de una manera racional. Él quería que nos apoderásemos como Arjuna. Él quería que siguiéramos sus pasos. El medio para apoderarnos es llegar a pensar de un modo independiente, con un criterio maduro e instruido. Ello significa que debemos aplicarnos a practicar diligentemente el servicio devocional a Krishna, con todo el sadhana, estudio, sacrificios y perseverancia que ello requiere. Tenemos que aceptar dicho esfuerzo como nuestro deber al parampara, porque “fe” en bhakti-yoga significa una fe racional, no fe ciega.
Srila Prabhupada condena el seguimiento ciego. Y lo condena en el contexto de un verso sumamente relevante, que habla sobre la necesidad de aceptar un gurú. En el significado del verso 4.34 del Bhagavad-gita (tad viddhi pranipatena pariprasnena sevaya / upakesyanti te jñanam jñaninas tattva-darsinah), Srila Prabhupada escribe: “En este verso se condenan tanto la adhesión ciega como las preguntas absurdas”. Durante una clase que dictó en 1976, Srila Prabhupada habló del momento en que Arjuna cuestionó la orden que le dio Krishna de que matara a Asvathama. Krishna, el gurú de Arjuna, es la Propia Suprema Personalidad de Dios; sin embargo, Srila Prabhupada aprobó la actitud de Arjuna de expresar su desacuerdo. Srila Prabhupada dijo: “Este es un devoto. El devoto no es ciego”.
En otra ocasión, Srila Prabhupada dijo:
“Bhagavat-dutas, aquellos que son goswamis, ellos respaldan todo con nyaya o lógica. Sus instrucciones no son ciegas, dogmáticas. Nyaya-kovidah. Todo, lo que dice Krishna o Su representante, no son dogmas. Los que no son representantes de Krishna, ellos simplemente dirán dogmas. Así como en cada religión hay dogmas. Pero en la religión Bhagavata, Bhagavata-dharma, no hay dogma. El Bhagavat-dharma de Sri Chaitanya Majaprabhu, el autor del Caitanya-cartamrta, Krishnadasa Kaviraja Gosvami, dice por consiguiente, que caitanyera dayara katha karaha vicara. Vicara significa que tú tan solo trata de entender el regalo del Señor Chaitanya por medio de la lógica, vicara. No sigas ciegamente. Seguir ciegamente algo, eso no es bueno. Eso no durará. Pero uno debe aceptar todo mediante la lógica. Y los sirvientes de Dios, ellos exponen todo con lógica. Caitanyera dayara katha karaha vicara. Si estudian la filosofía con lógica y argumentos… No se dejen llevar por los sentimientos.
Clase de Srila Prabhupada (California, 1971)
Siksha y diksha
Algunos argumentan que el verso 4.34 del Bhagavad-gita es una prueba que no se puede aceptar a Srila Prabhupada como maestro espiritual después de su partida. Pero leyendo cuidadosamente la traducción y el significado del propio Srila Prabhupada sobre este verso, no encontramos que él diga nada al respecto. Ni en el Srimad-Bhagavatam y ni en el Caitanya-Caritamrita, que son los libros básicos de los vaishnavas gaudiyas, encontramos ninguna prohibición específica.
El verso se divide en dos partes. La primera habla de la obligación del discípulo, y la segunda habla de la obligación del maestro. El deber del maestro es impartir conocimiento espiritual a su discípulo (upadeksyante te jñanam). Ahora bien, nadie puede negar que Srila Prabhupada continúa desempeñando esta función, incluso después de su partida. Nadie puede negarlo porque es un hecho corroborado por la experiencia directa de aquellos que leen sus libros (pratyaksa-avagamam).
En ISKCON tampoco nadie puede negarlo, porque es la experiencia de todos, por una parte. Y por otro parte, porque la mismísima autoridad máxima administrativa de la institución, la GBC, adoptó unánimemente la siguiente resolución en reunión plenaria en Mayapur en 1987:
64. A new devotee who follows the four regulative principles and chants sixteen rounds for the first six months should chant Prabhupada's pranama mantra and worship him as founder acharya of ISKCON and his siksha guru.
64. Un devoto nuevo que observa los cuatro principios regulativos y canta dieciséis rondas, debe cantar durante los primeros seis meses el pranama mantra de Srila Prabhupada y adorarlo como el acharya fundador de ISKCON y como su sikshna gurú.
La GBC decreta que Srila Prabhupada debe ser el siksha-guru para todos los devotos de la institución durante los primeros seis meses. Y Srila Prabhupada dice en el Caitanya-Caritamrita que no hay diferencia entre siksha y diksha-gurus. Esto es un hecho aceptado sin ningún reparo en el sampradaya. Si alguien está calificado para cumplir la función de siksha guru, ¿qué es lo que lo descalifica para cumplir también la de diksha? De hecho, el que no haya diferencia entre siksha-guru y diksha-guru significa que no hay diferencia en su función: upadeksyante te jnanam: impartirle al discípulo conocimiento espiritual.
La función del diksha-guru no es solamente celebrar un ritual y cambiar el nombre, sino que su responsabilidad es dar conocimiento. ¿Quién puede decir que Srila Prabhuapada no sigue haciendo esto hoy día? Se dice que la palabra diksha se compone de dos partes: di que se interpreta como divya-jnanam dadati (otorgar conocimiento trascendental); y ksha que se interpretan como kshayati samsaram (cortar los nudos de la vida materialista). ¿Quién en ISKCON puede decir que Srila Prabhupada no continúa haciendo esto?
Si en ISKCON, comenzando con la GBC, se reconoce que Srila Prabhupada es el siksha-guru de todos, entonces, ¿por qué no puede ser también el diksha-guru de aquellos que desean refugiarse en él de esa manera? ¿Por qué la GBC promulga que los nuevos devotos acepten a Srila Prabhupada como siksha-guru, pero a la vez decreta que expulsen de su misión a aquellos que lo aceptan como diksha-guru por ser “infieles a Srila Prabhupada”?
“Normalmente un maestro espiritual que constantemente instruye a un discípulo en la ciencia espiritual, posteriormente se vuelve su maestro espiritual iniciador”. Srila Prabhupada
“Generally a spiritual master who constantly instructs a disciple in spiritual science becomes his initiating spiritual master later on”. Srila Prabhupada
Es decir, en palabras de Srila Prabhupada es lo más normal que el siksha-guru se vuelva también el diksha-guru. Si los devotos lo aceptan a él como tal es porque perciben de un modo tangible que es él quien “abrió mis ojos con la antorcha del conocimiento”.
En lo tocante al discípulo, él no tiene ningún impedimento para cumplir con las obligaciones que el verso 4.34 le asigna: 1) pranipatena, 2) pariprasnena, 3) sevaya. En el significado de este verso Srila Prabhupada dice: “Ni puede uno progresar en la vida espiritual mediante el estudio independiente de libros de conocimiento”. Por eso es que no leemos independientemente, sino que leemos sus significados con fe. Esa fe se denomina pranipata (sumisión). Luego la propia lectura en sí misma se convierte en pariprasna (la actitud inquisitiva de leer para conocer la filosofía, para estar en contacto con el pensamiento y las instrucciones de Srila Prabhupada). Y cuando aplicamos sus enseñanzas en nuestra vida, eso se llama seva (servicio).
No encontramos ningún impedimento para que alguien que ha aceptado a Srila Prabhupada como su siksha-guru pueda aceptarlo también como su diksa guru. No encontramos ningún impedimento para esta fórmula: “El gurú instruye y el discípulo pone en práctica la instrucción”. No se trata entonces de pretender avanzar espiritualmente por una simple lectura independiente de sus libros. Se trata de avanzar por leerlos con fe y poner en práctica los conocimientos y enseñanzas que contienen.
“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente.” Srila Prabhupada
Otros argumentos
A veces alguien arguye: Si la iniciación en nombre de Srila Prabhupada es admisible, entonces ¿por qué no recibirla también de Srila Bhaktisiddhanta, de Srila Rupa Goswami, de Sri Caitanya Mahaprabhu o de Vyasadeva?
Primero que todo no se trata de recibir iniciación simplemente como un ritual externo. La iniciación en nombre de Srila Prabhupada tiene un contexto histórico que no existe en relación con Srila Bhaktisiddhanta ni con nadie más. Por lo tanto esta pregunta está divorciada del contexto histórico, y ello hace que el argumento carezca de peso.
Se acepta iniciación en nombre de Srila Prabhupada y no en nombre de los otros, porque fue Srila Prabhupada el que nos trajo a los otros. Fue él quien nos presentó la tradición vaishnava gaudiya, quien nos presentó a Srila Bhaktisiddhanta, a Srila Rupa Goswami, a Sri Caitnaya Mahaprabhu y a Vyasadeva. Sin Srila Prabhupada nunca habríamos desarrollado fe en los acharyas predecesores. Por lo tanto, el aceptar a Srila Prabhupada tiene una lógica y un contexto histórico, y deja la pregunta sin fundamentos, en boca de desconocedores.
Nosotros nos hemos vuelto devotos por la prédica de Srila Prabhupada, no por la prédica de Srila Bhaktisiddhanta, ni por la de Rupa Goswami. Hemos llegado a saber de ellos gracias a Srila Prabhupada. Hemos desarrollado fe en Krishna, en Caitanya Mahaprabhu y en las Escrituras de Vyasa, gracias a Srila Prabhupada. Es a Srila Prabhupada a quien podemos darle todo el crédito de om ajñana-timirandhasya, de habernos abierto los ojos a una nueva dimensión de conocimiento, de habernos puesto en contacto con Krishna y su parampara. Por consiguiente, la iniciación en su nombre es un recurso que tiene su lógica y su contexto, y no es en absoluto el disparate que la pregunta presupone.
Otra pregunta que a veces escuchamos es la siguiente: Si la iniciación en nombre de Srila Prabhuapda es admisible, entonces ¿por qué ningún acharya inició en nombre de su predecesor?
Ellos eran acharyas, por eso no iniciaron en nombre del acharyas anterior. Si alguien hubiese iniciado en nombre de su acharya previo, entonces no diríamos que es un acharya. Por lo tanto, la pregunta prácticamente no se puede hacer ya que no podríamos llamar acharya a alguien que haya iniciado en nombre de su predecesor.
Todo tiene un contexto histórico. El concepto mismo de institución organizada dentro del parampara de Caitanya Mahaprabhu es algo muy reciente. La organización religiosa de la India ha sido muy diferente de lo que se conoce en Occidente. En Occidente tenemos la famosa Iglesia Católica con toda una jerarquía muy bien organizada y estructurada. Estos elementos han estado siempre ausentes en los maths de la India. Cada math tiene su acharya, y en su momento él selecciona a su sucesor. Cosa que no ocurre en Occidente. En la historia del vaisnavismo, Srila Prabhupada ha sido en realidad el primero en establecer una institución religiosa con raíces en India a nivel mundial. En consecuencia, el contexto histórico e institucional que se vive dentro de la misión de Srila Prabhupada es diferente a lo que se ha vivido anteriormente. Por lo tanto el argumento en busca de antecedentes de algo que no tiene precedente, no tiene sentido.
Religión autoritaria Vrs. Religión humanitaria
Religión autoritaria:
La experiencia interna de los adeptos de una religión autoritaria consiste en subordinarse a un poder superior mediante una actitud de obediencia, reverencia y veneración. La razón básica por la cual el creyente se rinde no es la calidad moral de la autoridad, ni el amor ni la justicia que ésta dispensa, sino el poder que la autoridad tiene sobre el adepto. En este sistema religioso el pecado mayor es la desobediencia.
En la religión autoritaria Dios es el único propietario del amor y la razón. El hombre ora a Dios e implora su misericordia, y mientras lo hace la persona proyecta en Dios todas sus mejores virtudes y cualidades. Al final, él queda desapoderado, vacío y empobrecido. Esto conlleva a que el hombre se aliene de sí mismo. Él naturalmente intensifica sus plegarias y naturalmente se siente cada vez más desapoderado, vacío y empobrecido. Se pone en marcha un ciclo —temor y desesperación seguidos de veneración y súplica— que repite una y otra vez.
Todo este sentimiento de culpa y desprecio de sí mismo da lugar a una variedad de síntomas neuróticos. Esta es la razón principal por la que muchas personas que han experimentado las dinámicas autoritarias de una religión en particular, cortan todo vínculo con ella tras ser sometidos a psicoanálisis. No se debe caer en el error de creer que es el psicoanálisis lo que hace que la persona se aparte de la religión. Más bien, es gracias a este tratamiento que las personas caen en cuenta que la religión autoritaria había mantenido un nada saludable control sobre ellas, y que gracias a la terapia fueron capaces de detectar este mal y librarse del mismo. En vez de apoderar a las personas para que encaren el mundo y lidien con él, la religión autoritaria los reduce a entes timoratos y temblorosos; los hace que deseen evadir tanto el mundo como a sí mismos.
Puesto que todo el poder está concentrado en la autoridad, que representa a Dios, el individuo se siente impotente e insignificante. Como secuela del acto de rendirse, el adepto pierde su poder de voluntad y su integridad. Renuncia a ellos a cambio del sentimiento de sentirse protegido por un poder portentoso, cuyo representante es la autoridad de la cual ahora él forma parte. Su valía se vuelve insignificante. A decir verdad, él vale en la medida que sea capaz de creerse insignificante y desapoderado.
La vivencia subjetiva en el seno de una religión autoritaria es que la razón está supeditada al veredicto de la autoridad. Por tal motivo, la razón —la capacidad de discernir— se anquilosa paulatinamente. Un buen seguidor es aquel que subordina su voluntad a la del rebaño (la congregación de creyentes), que le dicta lo que debe pensar y hacer y lo que no debe hacer ni pensar. Con todo, el poder latente que tiene el hombre para razonar lo obliga a que dé explicaciones racionales de sus acciones. Por eso él puede, por ejemplo, creer que está actuando conforme a un sentido de justicia y según una base de conocimientos, aunque en realidad está motivado por la crueldad y el sectarismo. La persona puede llegar a creer que está obrando obedientemente, cuando en el fondo su verdadera motivación es la vanidad: la idea de creerse lo mejor.
La fidelidad al grupo que demanda la religión autoritaria hace que uno viva con un doble estándar. Un ejemplo crudo pero claro de esto es lo que el mundo presenció con el régimen nazi. Los nazis declararon que la raza judía era la hez de la Tierra y enumeraron una larga lista de quejas contra ellos. Luego impunemente procedieron a cometer toda clase de horrendas atrocidades contra ellos. Estas atrocidades sobrepasaron por mucho los supuestos agravios que se les achacaban a los judíos. Si los nazis hubiesen sido las víctimas, ellos hubieran protestado vehementemente. Este doble estándar no es sino una modalidad secular del fervor religioso. Después de todo, el nazismo no era más que la adoración del Estado, y el fervor religioso, indistintamente de cómo se evoque, es un poderoso acicate. En relación con esto, el filósofo y matemático francés Blaise Pascal (1623-1662) hizo un comentario notable: “No hay maldad que el hombre cometa tan diligente y jubilosamente, como la que perpetra en nombre de la religión”.
En la sociedad humana no hay expresión más controvertida y paradójica que la religión. La mezcla de religión y fanatismo es explosiva. Desde tiempos inmemoriales, no ha habido fenómeno social más volátil y peligroso que el fundamentalismo religioso. Los que una vez fueron amigos y hermanos, de la noche a la mañana se convierten en acérrimos enemigos por tan una sola discrepancia filosófica. De súbito se acaban “somos la misma familia”, “la unidad en la diversidad”, “la tolerancia religiosa”, el “respeto al derecho ajeno”, “el derecho humano inalienable de la libertad de culto”, “cada quien adopta el credo que se corresponde su grado de evolución”. En vez de buscar puntos de coincidencia, resaltamos la más mínima diferencia para “despedazarnos” entre sí, para satanizarnos sin la más mínima misericordia. ¡Vaya!, con razón los agnósticos tienen tantos y buenos argumentos para asegurar que la religión es el “opio del pueblo”.
Otro punto digno de mención es que según las dinámicas de una religión autoritaria, el pecado ya no es principalmente una transgresión a las leyes de Dios. El pecado es fundamentalmente una ofensa contra la autoridad. Y el castigo para esa ofensa es más severo que las transgresiones a la moral y la a norma divina. Para estas hay perdón; para la primera, no, excepto retractarse y avenirse de nuevo e incondicionalmente a la doctrina autoritaria.
Por último, la manera para alcanzar el éxito en una religión autoritaria es volverse prácticamente un seguidor ciego (un yes-man), de lo contrario, se arriesga a ser aislado del grupo. Uno tiene que perder la capacidad de pensar críticamente, que a su vez se traduce en atrofia de la razón o voluntariamente engañarse a sí mismo por el hecho de negar la voz de su conciencia.
Religión humanitaria:
Los sentimientos de desapoderamiento brillan por su ausencia en la religión autoritaria. En la religión humanitaria la vivencia subjetiva apodera al creyente. La religión humanitaria se centra alrededor del hombre y de su fuerza. El hombre debe cultivar sus poderes de discernimiento no sólo a fin de entenderse a sí mismo, sino para entender a su prójimo y el mundo circundante. Él tiene que reconocer la verdad, tanto en lo referente a sus limitaciones como en lo referente a sus potencialidades. El profeso tiene que desarrollar su capacidad de amar a los demás y, por extensión, a todos los seres vivos, por ser estos partes integrales del todo orgánico a que él mismo pertenece y de quien procede. Tiene que tener principios y normas consecuentes que lo ayuden a lograr sus metas, tanto terrenales como trascendentales. La meta del hombre en la religión humanitaria es desarrollar la mayor cantidad de fuerza, y no el grado máximo de desapoderamiento. La virtud de ésta es la autorrealización, no la obediencia ciega. La fe es la certeza de la convicción basada en la experiencia personal de pensar y sentir libre e iluminadamente. El humor que prevalece casi siempre es el gozo y la armonía.
En la religión humanitaria Dios no es un símbolo de fuerza y dominación. Y tampoco lo es la autoridad. Dios representa la elevación del espíritu, y las prácticas religiosas son una invitación para unirse a Él; actos premeditados para procurar la unión del hombre con Dios. Y la autoridad facilita esta unión (yoga). La vivencia de Dios significa que la persona experimenta felicidad; que no se aparta de la verdad y piensa que no hay mejor logro que percibirse y actuar como alma (sukham atyntikam yat tad buddhi-grahyam atindridriyam / yam labdhva caparam labham manyate nadhikam tatah. B.g 6, 21-22), y en consecuencia, se vuelve firme y libre de dudas. También significa que tiene la libertad de actuar en este mundo con certeza y con un modo deliberado, y no infundido de temor y con sumisión obtusa, que son características de las dinámicas autoritarias.
La religión humanitaria sirve al hombre para que desarrolle sus poderes de amar y razonar, y no para menoscabarlos o restringirlos. El hombre necesita de su facultad de razonar para examinarse a sí mismo y, gracias a esa introspección, librarse de sus pasiones irracionales (anarthas). Parte de ese desarrollo consiste en reconocer sus limitaciones con respecto a sus aspiraciones trascendentales. No obstante, la religión debe volverlo más competente y equipado para lidiar con el mundo, como en el caso de Arjuna tras escuchar el Bhagavad-gita. Esta respuesta apoderada fruto de la vivencia religiosa es verdadera humildad. Por su parte, la religión autoritaria enquista la auto-humillación en nombre de humildad.
En la religión humanitaria el infundir temor de ser aislado del rebaño, no es el medio que se emplea para evocar lealtad y compromiso. La lealtad se consigue apelando a nuestra naturaleza racional, mediante la persuasión, y no apelando a la autoridad, que es sinónimo de fuerza. Y esto es así porque las dinámicas humanitarias reconocen que el florecimiento de nuestra capacidad de pensar críticamente es fundamental para que tengamos éxito en distinguir la realidad de la ilusión, la verdad de la mentira. Es fundamental para ir de vuelta a casa, de regreso a Dios.
En el sistema de valores de la religión humanitaria, la definición de amor no es muy diferente a la de la filosofía de la conciencia de Krishna: “Es la capacidad de sentir preocupación, responsabilidad y respeto por las demás personas, y además poder conocerlas y desarrollar un intenso de deseo de procurarles el máximo beneficio posible”.
El poner en práctica este amor se traduce en una voluntad natural de ofrecer todos nuestros dones y virtudes para bien de otras personas, incluso si ello significa asumir serios riesgos. Srila Prabhupada ejemplificó dicha abnegación en la manera que arriesgó todo para nuestro beneficio, incluyendo su salud, porque redujo al mínimo las horas que dormía al día para poder dedicar el tiempo restante a escribir sus libros; para arrostrar la inmensa carga que era dirigir su movimiento, y para viajar literalmente sin parar por un período de más de diez años. Esto es amor que proviene de una genuina fuerza espiritual, de un alma en contacto con su ser interior, y no de alguien en permanente estado de supeditación o dependiente del dictado de superiores eclesiásticos.
Alguien pudiera llegar a pensar que debido al inviolable principio de parampara, la conciencia de Krishna es filosóficamente un sistema autoritario. Y ciertamente enfatiza la autoridad en el sentido que no anima a los devotos a especular sobre la naturaleza inconcebible del nombre, la figura, las cualidades y los pasatiempos de la Verdad Absoluta. Para conocer de estos temas, nos adherimos estrictamente a la autoridad: guru, sastra y sadhu. Sin embargo, en asuntos prácticos, se espera que discriminemos entre la materia y el espíritu viendo y analizando las cosas y sucesos a través de los ojos de las Escrituras. Esta responsabilidad demanda que desarrollemos al máximo nuestros poderes de discernimiento, y esto solo se consigue poniendo en práctica dinámicas de grupo humanitarias.
Srila Prabhupada dijo que el Señor Krishna hubiera vuelto a hablar el Bhagadad-gita si Arjuna se lo hubiese pedido. No hubo ni una pizca de dinámica autoritaria entre Arjuna y Krishna. Al final el Señor le dijo a Arjuna: “Por favor delibera bien acerca de todo lo que te he dicho, y luego haz lo que quieras”. Arjuna respondió: “Ahora estoy firme y libre de dudas. Has disipado mis ilusiones y estoy listo para pelear”. No había temor ni temblor en la humanidad de Arjuna; más bien, estaba dispuesto a enfrentarse al mundo entero. El que Arjuna se haya apoderado es el resultado directo de la conciencia de Krishna. Nosotros nos debemos sentir responsables de producir el mismo efecto en los repositorios de nuestra predicación, y en aquellos con quienes voluntariamente hemos establecido vínculos de amistad o compañerismo. Si por el contrario producimos temor e intimidación, entonces tenemos que rectificar, recomponer nuestra comprensión de la conciencia de Krishna, y hacer un esfuerzo sincero para asimilarla tal como es.
“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente.” Srila Prabhupada.
Cómo hacerle frente a la prédica “vorágine”:
(Carta de un discípulo de Srila Prabhupada, veterano y experto en el tema de dinámica de grupos: [Traducción del inglés por A.d.] )
¿Qué deben hacer los devotos y devotas cuando se topan con un predicador proselitista que ejerce una presión arrolladora que para se inicien con su maestro espiritual, al que considera “el único devoto puro que hay actualmente en el planeta”?
El problema es que esos devotos y devotas no entienden los defectos del proselitismo. Ni el proselitista ni el prosélito están acertados. Uno es fanático y el otro es manipulado. La verdad absoluta no se alcanza de esa manera.
Cuando una persona sensible a la presión social se encuentra con un proselitista encarnizado, que predica al estilo “vorágine”, lo mejor que puede hacer la persona sensible es colocar las dos manos con las palmas expuestas, a la manera de la mano derecha de Srimati Radharani. Es un mudra que en este caso indica: “¡Alto! ¡Aguarda! Deja que yo piense por mí mismo y tome mi propia decisión. Tú solamente espera.” Esa es la respuesta apropiada para los proselitistas. Y la persona sensible debe relajarse y dejar que le pase la fiebre que el proselitista le metió en la cabeza.
Luego, con la cabeza fresca, y lo más lejos posible del proselitista, la persona puede volver a pensar. Con el proselitista prendiéndole de la nuca, retorciéndole un brazo detrás de la espalda y mordiéndole los oídos, la persona no puede pensar bien. Por eso hay que mostrar el mudra: “¡Alto! ¡Aguarda!”.
Si alguien me informa que quiere iniciarse con este Maharaja o aquel Maharaja, entonces yo no digo nada. Si él ya lo ha decidido y no me está pidiendo mi opinión, ¿para qué se la voy a dar?
Pero si alguien me pide mi opinión, yo le contestaría que estudie detenidamente las Escrituras y aprenda entonces cuáles son las cualidades y características de un maestro espiritual genuino, de un sad-guru. Y que se procure la asociación de él. Y que luego, sin presiones de ninguna especie, tome libre y voluntariamente la decisión de iniciarse con él. Y si un devoto me dice que quiere ser iniciado en nombre de Srila Prabhupada, porque gracias a la devoción inmaculada de éste, a la lectura de sus libros y a la predicación de sus devotos, él adoptó el canto del maha-mantra Hare Krishna y quiere trabar un vínculo formal con él —o más bien, afianzar el nexo devocional que ya tiene con Srila Prabhupada—, entonces yo le recomendaría que en virtud de las actuales circunstancias y dada su situación particular, que reciba iniciación en nombre de Su Divina Gracia.
El argumento de que “Tienes que aprovechar la misericordia de este prominente acharya, porque es el único devoto puro que hoy día hay en la Tierra”, es un argumento ateo. A muchos les sonará extraño, pero así es. El principio es que LA MISERICORDIA DE KRISHNA NUNCA ESTÁ EN ESCASEZ. Aquel que piensa que hay que salir corriendo a recibir la misericordia de éste o aquel gurú, no entiende la misericordia de Krishna, y sin entender la misericordia de Krishna, toda la prédica que se hace es la acción propia de un devoto novato.
Verdadero teísmo es entender la misericordia de Dios. Verdadero teísmo es entender que la misericordia de Krishna NUNCA ESTÁ NUNCA ESTÁ EN ESCASEZ. Aquel que entiende esto, está a prueba de todo tipo de manipulación.
Otro tipo de ateísmo es la idea de que si tú eres discípulo del gurú más avanzado, entonces vas a avanzar más rápido, como por arte de magia o milagrosamente. No es cierto. El gurú da instrucciones. Esa es toda su función, su misericordia sin causa. No el hacer milagros. El sadhaka practica, y el milagro ocurre cuando su mente se libra de la muy arraigada tendencia a usar a los demás, del deseo de engañar y de dejarse engañar. Cuando su mente madura e instruye y, por ende, se vuelve a prueba de manipulación y del deseo de llevar agua para su molino. Cuando su mente se convence de que la misericordia de Krishna nunca está en escasez.
El argumento de que “éste es el único devoto puro” tendría valor si quien lo diera fuera omnisciente, si quien lo diera conociera a todos los devotos del planeta, sus mentes y sus corazones. Como esto no es posible, dicho argumento no debería impresionarnos en lo más mínimo.
En la India conocí a un devoto que tiene 70 años. No es miembro de ninguna institución. Es viudo. En la mañana lee el Ramayana y los ojos se le inundan de lágrimas. Luego se va a su trabajo. Labora en una tienda vendiendo mercancías que le pertenecen a un sobrino que le paga dos mil rupias [EE.UU. $ 40,00] por mes. Al atardecer regresa a su casa. Nunca se le ha cruzado en la mente el tener discípulos, ni que nadie lo mantenga, pero llora cuando piensa en el Señor Ramachandra. Me dijo en una ocasión: “Este libro me lo ha dado todo. No tengo ningún deseo sin satisfacer. Ahora solo pienso dónde me llevará el Señor en el momento de dejar el cuerpo, y le pido que sea Vrindavan, Ayodya o Varanasi”. Mientras me decía esto, la voz se le entrecortaba y se le salían las lágrimas contándome cosas muy simples del Señor Ramachandra. Nació en una familia de brahmanas y es un hombre muy sencillo, pero talvez es un devoto puro del Señor Ramachandra, como el que Caitanya Mahaprabhu se encontró en el sur de la India... Es uno de esos muchos miles de devotos que nacen y mueren...
¿Quién era más avanzado que Bhakti Pramod Puri Maharaja, la persona que vivía en la plataforma de na dhanam na janam na sundarin? Pero me contaron que un sannyasi suyo fue a Costa Rica y demostró que ser discípulo de un gurú avanzado no garantiza absolutamente nada. Lo mismo le sucedió al gurú local de ISKCON. Y también a un ex sannyasi europeo de Narayana Maharaja que gozaba de mucho prestigio.
Te dejo con estas reflexiones y con el mudra de las dos palmas hacia el frente en posición de dar una “bendición”. Una auto-bendición.
“El canto del mantra Hare Krishna no es una imposición artificial a la mente”. Srila Prabhupada.
Epílogo:
Desde que aceptamos a Srila Prabhupada como nuestro maestro espiritual, todos los días lo adoramos cantando la plegaria Sri Guru-vandana compuesta por Srila Narottama dasa Thakura.
caksu-dana dilo jei, janme janme prabhu sei
“Él es mi señor nacimiento tras nacimiento”
La deuda que el discípulo adquiere con su maestro espiritual jamás, pero jamás se puede saldar ni siquiera en ínfima parte. En lo personal, Srila Prabhupada me rescató del más tenebroso y doloroso de los infiernos. Y paralelamente, me enseño cómo alcanzar el tesoro inapreciable del servicio de Sri Guru y Gouranga: Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare / Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare. La vida ha ido puliendo poco a poco mi tosca comprensión de lo espiritual, y las inevitables vicisitudes me han servido para aferrarme con más fuerza a los pies de loto de Srila Prabhupada. Y en el ínterin, por su gracia infinita, he podido tener apenas un atisbo de lo que es el mar trascendental de la felicidad, el encanto y la hermosura: el servicio a Sus Señorías Sri Sri Radha Shyamasundar. Por lo tanto, mi único anhelo es servirlo humildemente, con cualesquiera mínimas capacidades que Krishna me dotó y me vaya a dotar …¡nacimiento tras nacimiento!
A manera de humilde contribución ofrezco a todos mis actuales y futuros hermanos y hermanas espirituales esta recopilación de mis vivencias y experiencias, con el sincero deseo de que puedan superar con mayor facilidad los escollos y dudas con los que yo me topé, y queden plenamente convencidos de que el refugio de los pies de loto de Srila Prabhupada está disponible en todo momento, en cualquier circunstancia, y en cualquier lugar de la Tierra. ¡No permitan que nadie les robe esa devoción, ese brote de amor y gratitud que afortunadamente ya sienten por Su Divina Gracia! Se los pido de rodillas: ¡no abandonen jamás y bajo ninguna circunstancia el servicio de sus santos pies! Por el contrario, mediante el seguimiento fiel y perseverante de sus divinas instrucciones, apéguense cada vez más a él de modo que al final de sus vidas puedan verlo “cara a cara” (palabras de Srila Prabhupada).
¡Toda la gloria, eternamente, a Srila Prabhupada!
Vuestro sirviente, mil veces relegado,
Aniruddha Das
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TRIBUTO A SRILA PRABHUPADA
¿Dónde estás ahora,
salvador del universo?.
Como un cisne celestial
has alzado el vuelo
concluyendo tu pasatiempo,
y dejándonos como amparo
el legado de tu ejemplo.
Te has marchado,
sin embargo, aún vives
porque tu voz, que vibra en el viento,
continuará cortando los nudos
de la ilusión y el apego.
Los santos nombres nos has legado,
y con ellos, ¡todo nos lo has dado!
Te has marchado,
sin embargo, aún vives
porque tu compasión continúa derritiendo
piedras y corazones duros como el acero;
inundando el mundo con amor a Dios,
diseminando conocimiento inmaculado.
Ahora comprendo
que la vida no termina
cuando la piel se difumina.
Tú me hiciste entender
que el cuerpo es temporal,
pero el alma, siempre inmortal.
Por tu gracia ahora comprendo
que no soy el propietario
de lo que antes pensaba que era.
Y que la ilusión del placer
se escapa entre los dedos
sin satisfacer mis deseos.
Por tu gracia puedo ver
que la Creación tiene un amo,
y que soy su servidor
y su amigo también.
¿Dónde estás?
Sé que estás ahí,
con Radha y Krishna, en Su reino.
Sé que estás aquí,
con tus palabras cuales rosas y fuego.
No tolero pensar que ya no estás más aquí,
pero cuando siento tu mano sobre mí,
y escucho tu voz que me guía,
entonces es como la Luna en la noche,
que ilumina la senda del viajante.
¿Dónde estás ahora?,
me pregunto a cada instante,
y con alivio mi mente responde:
con aquel que te sirve,
¡tú estarás aquí eternamente!.
PRAPANNA DASA
Discípulo argentino de Srila Prabhupada.
Poema compuesto en diciembre de 1977.
Etiquetas:
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1 comentario:
" Uno de los G.B.C. se convierte en un Sudra"
clase del S.B. en Geneva 1974 06-04 S.B.1-13-15.
Esta clase me la envio precisamente uno de los GBC de ISKCON y la escuche tambien directamente de S.P.
S.P. enpiesa diciendo asi como SrI Krsna Tiene sus 12 Autoridades de la Religion (los doce Maha Bhagavatas) .
de la misma manera nosotros tambien tenemos nuestro 12 GBC (S.P. acabava de formar el cuerpo del GBC y les esta diciendo a ellos que deben de tener mucho cuidado en seguir todo muy cuidadosamente y y resiben muchos veneficios buenos
"Pero si no siguen bien entonces tambien se caeran de su posicion espiritual a la de Un Sudra.
Mas bien en esta clase de Su Divina Gracia S.P.
Hace incapie en los GBC de ISKCON.
"COMO SE CONVIERTE O VUELVE U SUDRA DE NUEVO"
S.P. Cominza diciendo toda la Historia completa de cuando Yamaraj, el superintendente de la muerte se convierte en Vidhura en este mundo devido a una ofenza . material,Vidura es hijo de una sirvienta y en este mundo es considerado como hijop de una sirvienta como si fuede un sudra, etc. asi de la misma manera los GBC de ISKCON. deben tener mucho cuidado en no caerse ,cometer ofenzas etc.
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