Pobre Budita

por Radha Krishna das

En una reciente nota vimos cómo se formó un trío incómodo entre Aniruddha das, Virabahu das y Hridayananda das. Virabahu y Hridayananda atacaron a Aniruddha manipulando revelaciones personales que Aniruddha le había hecho a Virabahu sobre un episodio de depresión que había tenido años antes. Estos dos buscaban desacreditarlo y tildarlo de desequilibrado mental. Al final, Virabahu y Hridayananda quedaron como unos oportunistas sin escrúpulos, que sin embargo no tuvieron éxito con sus malvados planes.


Pues ahora se ha gestado un nuevo trío incómodo. En este caso repiten como involucrados Virabahu y Hridayananda, y además aparece aquí su sirviente como tercero en discordia. Déjenme presentarles la trama.

En agosto llegó a El Tambor un comentario de Advaita das, donde informaba que Virabahu le había dicho a los devotos de Sudamérica que no le prestaran ninguna atención a este blog porque “usted… se volvió budista, o sea ateo, más o menos”, refiriéndose a mí en forma por demás despectiva.

En mi respuesta mostré cómo, para variar, Elvira había tergiversado las cosas para descalificarme, tanto en lo concerniente al budismo como en el tema de los semidioses. Nos imaginamos a Virabahu corriendo preocupado por Latinoamérica gritando: “No lean El Tambor porque RK ha hecho meditación Zen y está totalmente contaminado. No cree en los semidioses, y aparte me cae mal”.

Si lo anterior indica que el valiente Virabahu busca defender a Iskcon de toda contaminación ideológica, y aquí su seguro servidor es un factor contaminante, ¿por qué entonces Virabahu no dice nada sobre Hridayananda? Si visitan la página internet de Su Gracia Divinísima Srila Howard Resnick, encontrarán en su Ridiculum lo siguiente:

CURSOS QUE HA ENSEÑADO RECIENTEMENTE

Sánscrito 1 HR2785 3 unidades.

Explorar el lenguaje sagrado del hinduismo y de muchos textos budistas. El énfasis es en adquirir la habilidad suficiente para penetrar y apreciar textos importantes.

Bueno, pues ahí lo tienen en todo su esplendor. Nuestro amigo Ojo Rojo enseña sánscrito para que, entre muchas otras cosas, podamos “explorar el lenguaje sagrado… de muchos textos budistas”.


Aquí no es que Hridayananda simplemente haya leído algún texto budista, o que haya practicado meditación budista, sino que está directamente enseñando textos budistas para que la gente pueda penetrarlos y apreciarlos.

SÓBELE LA PANZA AL BUDITA.

Esto no debería sorprendernos, pues un día Hridayananda se pone la máscara de erudito, otro la de guru, otro la de un enfermo de la panza, y otro —¿por qué no?— la de maestro de conocimiento budista. Me imagino que a través de su gran inteligencia quiere por estos medios atraer más almas condicionadas al regazo del Señor Caitanya. Para él, esto es más efectivo que dar el buen ejemplo personal y vivir en los templos con los devotos que se dedican seriamente a servir a Srila Prabhupada.

Pero lo más curioso aquí es que nunca hemos escuchado a Virabahu protestar o denunciar esto. Nunca le ha dicho a ningún devoto de Latinoamérica: “Hridayananda no es un devoto que tiene verdadera fé en Srila Prabhupada ni en los Vedas. Lleva una vida como de karmi dando cursos mundanos en la universidad, siempre anda coqueteando con las matajis, y enseña “hinduismo” y conocimiento budista, o sea ateo”.


Claro que Virabahu jamás va a hacer una declaración así. Aunque yo en lo personal considero muy degradante que Hridayananda ande enseñando cursos mundanos de textos budistas en la universidad mientras se ostenta como guru, sannyasi, GBC e incluso “acharyadeva”, Virabahu nunca dirá ni pío sobre esto. No importa lo que Virabahu realmente piense al respecto, en cuestiones de supervivencia institucional ellos actuarán como las Hermanitas Vivanco, y entonces Virabahu nunca dirá nada, aunque se tratara de decir una verdad.

Pero por otra parte nunca tendrá empacho —como no lo tuvo— para intentar descalificar a alguien, en este caso a mí, que no apoya incondicionalmente y sin críticas lo que ellos están haciendo de la institución de Srila Prabhupada. A eso ha llegado el nivel de su degradación moral, mientras se revuelcan en el fango de la contradicción sin conciencia alguna de ello.