Paramadvaiti y sus Sannyasis

[Llegó a El Tambor Rugiente el siguiente artículo. Es un testimonio en primera persona de Gouri das, sobre la dinámica de los sannyasis de Vrinda.

Hay una observación muy importante que hacer aquí. Quizá partidarios de Vrinda digan que Iskcon en tiempos de Srila Prabhupada también experimentó problemas con el comportamiento de varios sannyasis.

Esto es verdad, pero al mismo tiempo hay grandes diferencias entre los dos. Bajo la guía de Srila Prabhupada teníamos perfectamente claro cuál era el estándar de la vida de sannyasi, y el Fundador Acharya daba su ejemplo personal. En Vrinda hoy las desviaciones a nivel sannyasa se han institucionalizado, y nadie parece conocer los parámetros establecidos por Srila Prabhupada y la sucesión discipular.]

por Gouri das

En el pasado, Paramadvaiti escribió muy orgulloso su libro “En búsqueda de la pureza”, acusando todo el caos que estaba aconteciendo en Iskcon y señalando la caída de gurus y sannyasis, sin pensar que un día él también podría resbalarse o caerse, o que se le caerían sus propios sannyasis. Antes de que yo me fuera de Vrinda ya lo escuchaba decir que “donde no se caen sannyasis es porque no hay”, otra de sus frasecitas sutiles para tapar la verdad del por qué se caen sus sannyasis. Una vez lo escuché decir algo peor aún: “que todos los sannyasis que se le cayeron en Vrinda, siguen con él más rendidos que cuando eran sannyasis, algo que no ocurrió con Srila Prabhupada ni con Sridhara Maharaja, pues ellos se perdieron del todo”. Esto demuestra que él si se cree invulnerable y muy superior a nuestros grandes y verdaderos acaryas. Y así como prabhu Astika lo ha escuchado llamar de “bruja” a alguna invitada en su conferencia, así muchos aspirantes a devotos le hemos escuchado estas expresiones impropias de una persona educada, y qué decir de un guru; y en la madrugada, cuando se supone que debería estar sumergido en el maha mantra.

Es fácil poner en evidencia la desviación de Paramadvaiti y Atulananda, sólo tenemos que remitirnos a los libros, clases y enseñanzas de nuestro bienqueriente Srila Prabhupada. Tal como el Tambor Rugiente nos lo está recordando a todo momento, el canto de las 16 rondas del maha mantra es nuestro servicio devocional principal, lo repiten todos los acaryas, es lo que Sri Caitanya M vino a entregar al mundo. Pero estos dos gurus de Vrinda cambiaron esta instrucción, y la prédica fue y es hasta la fecha la siguiente: “el canto del maha mantra es para pedir servicio devocional”; por lo tanto, creen que el canto del maha mantra NO es servicio devocional, que gopi bhava se va a lograr sólo por hacer esa otra clase de servicio desinteresado (karma yoga) que ellos como locos están dando a toda la gente que se acerca, creyéndose revolucionarios, que dieron con la “papa”, la ultra revelación, que eso es mejor en lugar de estar sentados ociosos cantando el maha mantra o estudiando los libros de nuestros predecesores. Porque claro, este servicio que prestan los devotos y madres les rinde ganancias, que es lo que ellos quieren, ya que “cada devoto les cuesta una gran inversión” (así los hemos escuchado decir), y al mismo tiempo les favorece a su expansionismo y fama.


Vamana Maharaja me decía, cuando él y yo estábamos en el Seva de Bogotá: “Los devotos en Vrinda no están interesados en bhakti, ellos están más interesados en la revolución de la cuchara y cines conscientes…” Y me contaba que cada vez que llegaba a Vrindavan se “escapaba” a escuchar el hari-katha de Srila Narayan Maharaja, siempre había alguien que le traducía y le ayudaba a comprender. Ya era un hecho que él ya no estaba encajando con Vrinda. Cómo no comprender que luego querría casarse, que finalmente estaría perdido, y ahora no sé donde está. (En la imagen superior podemos ver a Vamana detrás de Srila Narayan Maharaja, y de paso, también está otra devota de Vrinda, la madre Saranagati dd que ahora vive en el Cuzco, Perú.)


Maharaja Hrsikes comenzó igual que su guru a incursionar por sus propias especulaciones, se había dedicado a usar los agnihotras para curar a las almas, también daba masajes a las damas que pagaban muy bien por ser tratadas por un sannyasi. Tal como dice prabhu Radha Krsna: “Los agarrones es una práctica que la siguen en Vrinda”. En Medellín los devotos suelen preparar sus “discotecas conscientes” para bailar entre hombres y mujeres, nada que envidiar a una discoteca común y corriente. Todos estos asuntos provocaron la caída de Hrsikes. Tambíen él, cuando estaba en Vrindavan, India, se “escapaba” para escuchar el hari-katha de Srila Narayan Maharaja. Me he enterado que de nuevo Paramadvaiti le dio sannyasi, hay que ver quien da a quien y qué valor tienen esas ceremonias. (En la imagen de arriba, Hrsikes se encuentra en el extremo derecho.)

También tenemos a Maharaja Vaisnava, éste se creía invulnerable igual que su guru; solía pasearse en las piscinas con su traje de baño diminuta como una tanga, frente a las madres de sari que lo miraban embobadas. Y cuando hubo alguien que advirtió el peligro, le taparon la boca diciéndole que él era un alemán, de mente abierta, sano, sin malicia. Vaisnava tenía una web personal porque era o es músico, en esa web él se mostraba como un karmi más; lo típico de Vrinda, de esconderse y engañar a la gente. Éste swami tenía ensayos privados con las madres jovencitas que confiaban en las instrucciones del sannyasi, hasta que sucedió lo que tenía que pasar. Él envió una carta a la familia Vrinda diciendo que había sido bendecido por Krsna, con una linda y dulce esposa. Hoy sé que se separó de esta madre porque ella tiene cáncer. De nuevo está pidiendo sannyasi y Paramadvaiti ya consintió, así que en cualquier momento lo tendremos de nuevo en sus antiguas andanzas.

Antes de ellos está la historia de Maharaja Govinda, el chileno. En Antofagasta se realizaban los viernes conscientes con cine, champan devocional, pizza y “prédica” que terminaba a las tres de la mañana del sábado. Qué pasó con este maharaja? Pues lo mismo, se fue con una de las amigas de Krsna que asistían a esas noches de bohemia. Me contaron que ahora vende empanadas de carne con su mujer.

La historia es larga y hay muchos detalles, pero ahora sólo les he presentado unas pocas líneas para reflexionar que la desviación de Paramadvaiti y Atulananda es seria aunque los incautos digan que no, después no digan que no fueron avisados.