miércoles, marzo 30, 2011

Discurso Fraudulento

por Astika das

Prabhu X me telefoneó el pasado domingo en la mañana desde la Central de Autobuses del Norte. Me informó que acababa de volar de Suramérica a México, y que iba a tener que esperar cerca de 10 horas para que saliera su autobús a Monterrey. Yo me encontraba reposando después de un largo viaje de negocios que duró dos semanas, e invité a Prabhu X a la griha y disfrutara las delicias culinarias de mi esposa, Bimala devi dasi.

Llamo al protagonista "Prabhu X" --y no por su verdadero nombre-- porque me dejó entrever que teme represalias si aparece su verdadero nombre en El Tambor Rugiente. Prabhu X trabajó con Paramadvaiti durante varios años en Suramérica y se asoció muy de cerca con él.

Una vez que Prabhu X llegó a mi casa, le pregunté si estaba enterado de las notas que han aparecido en El Tambor sobre Vrinda y Paramadvaiti, y me sorprendí mucho cuando me dijo que solamente había escuchado algunos comentarios al respecto. Su respuesta me confirmó que muchos devotos se sienten tan lastimados después de su experiencia institucional en Iskcon, Vrinda, etc., que caen en una especie de amnesia para borrar esa etapa tan desagradable de su vida, aunque su recuerdo devocional personal sea positivo.

Llevé a Prabhu X a la computadora. Le impresionó grandemente ver las imágenes de su ex-guru abrazando a sus discípulas y poniéndoles betún en la cara. Pero, sin duda, lo que más le sorprendió fue ver la imagen del murti de Paramadwaiti. “¡¡¡¿Qué es eso?!!!” --me preguntó completamente extrañado. "Es el murti de Bhakti Aloka Paramadwaiti Swami" --le respondí.


Sin poder dar crédito a sus ojos, Prabhu X se empinaba hacia la pantalla de la computadora tratando de ver mejor la imagen. Al final soltó una sonora carcajada mientras decía: “Pero esta es una reverenda mamada. Y además el rostro con barba y con lentes es horrible. Es la caricatura de un personaje fascista, y desafortunadamente representa lo que la persona verdaderamente es.”

Yo lo interrumpí diciéndole que lo de menos era la calidad de la talla, y que lo intolerable era el hecho de que permitiera la existencia de esa figura --bien hecha o mal hecha-- en un altar de Vrinda, la que presuntamente es una organización vaisnava.

UN ANALISIS SICOANALÍTICO

Prabhu X comenzó a desarrollar su interpretación sicológica de lo que estaba atestiguando: “Esta murti, los cachondeos con las discípulas, y el notable afán de grandeza, no son otra cosa que un deseo sexual reprimido. Él no tuvo la vida sexual que deseaba y por eso hoy vemos tanto circo alrededor suyo. Sin embargo, continúa reprimiéndose para no perder su prestigio de sannyasi. Srila Sridhara Swami dice que el deseo de pratistha, de prestigio falso, es más poderoso que el deseo sexual.”

Prabhu X dio varios detalles de las confesiones que Paramadvaiti le hizo sobre su propia sexualidad, los cuales no reproduciremos aquí para no caer en sensacionalismos. Sin embargo, es sorprendente que un sannyasi, luego de haber sido un Swami durante años, siga teniendo remembranzas de su historial sexual. Y lo anterior no me extraña, pues a mí también me tocó escuchar a Paramadvaiti haciendo alarde de sus proezas sexuales del pasado.


Interrumpí el discurso de Prabhu X para preguntarle algo que me ha mantenido intrigado por mucho tiempo: “¿Cómo es posible que Paramadvaiti se mantenga célibe sin cantar rondas? Muchas veces le ví platicando a solas en la terraza de mi casa con muchachas jóvenes, y ese comportamiento es antagónico con las enseñanzas de Bhaktisiddanta Saraswati Thakura.”

Es sabido que Bhaktisiddhanta era muy estricto con la disciplina de sus sannyasis respecto al sexo opuesto. Él sostenía que era muy peligroso que un sannyasi se asociara a solas incluso con su propia madre, y les advertía que ni siquiera debían ver una forma femenina esculpida en madera.

Prabhu X me interrumpió para decirme: “Paramadvaiti siempre ha odiado a las mujeres pensantes. Odiaba a la ex-esposa de Atulananda, y odiaba a varias madres que cuestionaban lo que él decía. A él le gustan más las matajis que no piensan. En el asrama de Javier Prado, en Lima, Peru, he visto cerca de 20 cholitas. En Perú las llaman natachas, que son como las gatitas de México. Andan con sari pero cargan escapularios, dijes y afiches de sus gurudevas. Son completamente naquitas.”

El discurso de Bhakta X acerca del asrama en Javier Prado me hizo evocar a tres inquilinas de ese asrama que me abordaron durante uno de mis viajes a Lima. Ellas se quejaban de que eran tratadas peor que presidiarias. Según ellas, las instalaciones físicas de la casona donde vivían parecían más un campo de concentración que un asrama; sin embargo, en la reciente carta de Paramadwaiti, reseñada aquí en El Tambor, dice él que ellos ven a las matajis como diosas de la fortuna, como nuestras verdaderas madres.

EL DISCURSO FRAUDULENTO

Prabhu X me dijo entones: “Yo estoy en desacuerdo con la forma en que Paramadvaiti y Atulananda están desviando el movimiento de Srila Prabhupada. Pero eso no es lo que más me aterra. Lo que más me aterra, lo que a mí me parece un crimen de lesa humanidad, es la forma con que los gurus de Vrinda --Paramadwaiti Swami y Atulananda-- condicionan a sus discípulos, los convierten en robots, en entes no pensantes. Esto es diametralmente opuesto a las enseñanzas de Srila Prabhupada".

Y Prabhu X tiene razón. Lo que vemos en Vrinda contradice esa excelente carta de Srila Prabhupada a Karandhara Prabhu, de 1972, en la que dice: “La misión del movimiento Hare Krishna es preparar hombres que piensen de forma independiente, que sean capaces en cualquier circunstancia, tanto en asuntos de orden práctico como en asuntos de orden intelectual, no se trata de promover la burocracia. Cuando entre la burocracia todo se acabará. Es necesario que siempre haya esfuerzo y trabajo individual, responsabilidad, un espíritu competitivo, y no que alguien domine y distribuya los beneficios y los demás solamente obedezcan y reciban caridad. No.”

En alguno de sus libros, Srila Sridhara Swami dice que los devotos debemos ser como los astros del firmamento y brillar por nosotros mismos --dentro del marco de las enseñanzas vaisnavas puras. Esa es la actitud natural de un verdadero padre, de un verdadero maestro, quien desea que su discípulo lo supere. Ese no es el caso en Vrinda. Ahí las únicas luminarias son Paramadwaiti Swami y Atulananda Gurudeva.


Esa actitud de completa dependencia, ciega y sentimental, que los miembros de Vrinda tienen hacia Paramadvaiti, la he podido constatar una y mil veces aquí en México. Los devotos no tienen vida propia ni crecimiento propio. Siempre están suspirando porque venga un guru. Cuando yo visitaba Vrinda, siempre algún devoto me decía: “Gurudeva va a venir en abril.” Y yo pensaba: ”Y de aquí a abril, ¿qué vas a hacer tú, tarado?"

Paramadwaiti Swami siempre se me ha figurado como alguien que quiere crear dependientes, en vez de personas libres con capacidad de raciocinio. Y este es el crimen de lesa humanidad al que se refiere Prabhu X. Los líderes de Vrinda mantienen a sus seguidores en una ceguera sentimentalista en la que ya no razonan ni cuestionan lo que está pasando allí. En consecuencia sus dirigentes pueden inventar cualquier especulación sin que nadie se siente a razonar sobre su validez dentro del parampara vaisnava.

Esta convicción que tengo al respecto se ha ido desarrollando a través del tiempo. Una experiencia que tuve en este sentido es muy ilustrativa. Bodhayan Maharaja en una ocasión visitó México por invitación de Paramadvaiti, y vino como representante del WVA. Eso fue hace como 9 o 10 años. Como ustedes saben, él es en la actualidad el acharya sucesor en la misión de Srila Bhakti Pramode Puri Maharaja.

Yo había conocido al Maharaja durante mis visitas al asrama de Srila BP Puri Maharaja, y sabía que había llegado a México, aunque por cuestiones de trabajo no había podido ir a verlo. Tres días después me llegó de repente una llamada de Bodhayan Maharaja. "Astika Prabhu, por favor sáqueme de este asrama. Necesito asociarme. ¿Me permite ir a su casa?".

Bodhayan Maharaja.

"Aquí los devotos todo el día me dan reverencias, y eso me provoca sexualmente. Ellos no entienden lo que es un sannyasi, no saben los riesgos que pasa un sannyasi". Me dijo que todo eso lo estaba haciendo sentirse débil y que necesitaba otro tipo de asociación que no fuera de pleitesía.

Le dije que estaba encantado de que viniera a mi casa, y así fue. Lo trajo Bhagavatamrta y estuvimos conviviendo durante el día.

El punto relevante aquí es que la observación de Bodhayan Maharaja sobre el ambiente de Vrinda concuerda con el de una institución enfocada a crear seguidores de las estrellas carismáticas, y no tanto seres intelectualmente independientes y con capacidad de crítica. Si fuera así encontrarían mucho que criticar y mejorar en Vrinda con base en las pautas que Srila Prabhupada nos dejó.

Sé que Bodhayan Maharaja ha verbalizado sentir aprecio por la labor de Paramadvaiti, aunque este no ha sido recíproco. Pero también sé que Bodhayan Maharaja jamás haría en su institución lo que vemos en la institución de Paramadvaiti: Murtis de sí mismo, conciertos de rock y salsa, abrazos a las devotas, cucharas redentoras, terapias periféricas, indiferencia al canto de la japa, mahamantras diluidos al español, ukuleles, etc. Eso habla más que cualquier palabra.

martes, marzo 29, 2011

¡Él no tiene excusa!


por Aniruddha das

En la intimidad de una conversación, Panchadravidra Maharaja (hoy, Bhakti Pavan Janardana Swami) me dijo indignado: “¡Él no tiene excusa ahora! ¡Él no tiene excusa ahora!” [He has no excuse now! He has no excuse now!]. Me lo repitió dos veces para ser enfático. Y luego prosiguió: “¡Él no tiene ningún derecho de asociarse con D.! Srila Prabhupada personalmente lo regañó en público por asociarse íntimamente con una mujer. ¡Él ya era un sannyasi, y Srila Prabhupada le impartió una instrucción directa para que no se volviera a asociar íntimamente con mujeres!”

Para ese entonces, yo era uno de los testigos de la relación que el sannyasi aludido —que a la sazón se desempeñaba como supuesto “acharya” y flamante GBC de Florida y de buena parte de Latinoamérica— ilícita y libidinosamente mantenía con una discípula suya oriunda de Brasil. El sannyasi no tuvo escrúpulos de literalmente imponer esta relación a todos los vaisnavas que vivían en el templo. Cuando en una ocasión yo, con las mejores intenciones, le advertí que todos los devotos y devotas estaban turbados y sinceramente preocupados por la manera tan mundana e íntima cómo se relacionaba con esta joven y atractiva discípula, él me respondió: “Eso lo dices tú porque estás proyectando tu mentalidad materialista en mí. Estando tú en mi lugar, ¡tú seguramente la querrías disfrutar!” A alguien a quien tanto la soberbia como el deseo de complacer los sentidos ha cubierto la inteligencia, ¡ni los mismos dioses pueden persuadirlo de no recurrir en sus malas andanzas!

En un intento de mitigar el clima de crispación que prevalecía en la comunidad, el sannyasi le ordenó a un discípulo con mentalidad ovejuna que se casara con ella. Ella no quería para nada casarse con él; no obstante, para tratar de cumplir la “orden” de su “gurudeva”, pidió un compás de espera para relacionarse con el “novio” que le habían encajado. Al cabo de unas semanas, la muchacha, con mucho amor propio y perspicacia, le dijo al sannyasi: “¡Este hombre es poco menos que un sonso! Yo espero más de un hombre…”.


El sannyasi una vez más cogió en el aire la insinuación que le hizo la discípula. En realidad estas insinuaciones, sutiles y saturadas de argucia femenina, eran lo que verdaderamente alimentaba la atracción de aquel por ella. Antes de presentarse ante su gurú (en muchas ocasiones, por períodos que rebasaban las 8 horas al día), ella se acicalaba muy bien (con saris de seda y cholis muy escuetos) para realzar su hermosura. Tras rechazar de plano al J. das, el sannyasi le pidió a su secretario personal que se desposara con ella, aceptándola como segunda esposa. Este secretario siempre ha sido un yes-man, así que en un “noble” intento de acallar el escándalo que se hacía cada vez mayor, no muy convencido, pero leal al fin, aceptó la “instrucción” de su también “gurudeva” (si bien recibió primera iniciación de Srila Prabhupada).

Yo fui el encargado de ir a procurar los enseres y demás parafernalia para celebrar el “sagrado” yajña. Recuerdo bien ir a un parque de golf cercano para cortar ramas de mango y hojas de plátano. Una vez arreglado el altar de sacrificio, un frívolo y confabulado Bir Krishna Goswami ejecutó la ceremonia de matrimonio.

Pero claro, todo era una pantomima. Previo a la consumación del matrimonio, el sannyasi advirtió categórica y terminantemente a su secretario de que no podía convivir íntimamente con su nueva esposa. No podía haber sexo. ¡Era un matrimonio de sacrificio para ambos contrayentes! Para promover el avance espiritual de ella. La única razón de ser de la chica era convertirse en objeto de placer “trascendental” para el sannyasi.

A la que casi se le cae el mundo encima fue a la primera y legítima esposa del secretario. Una devota muy seria. Poco después de la “boda”, en varias ocasiones la vi llorando. De hecho, entró en un estado de depresión.

Cuando esta devota, la casta esposa del secretario, no pudo tolerar más que su marido siquiera hablara a solas con la sacrificada, amenazó terminar la relación con su marido y largarse. De inmediato se adoptaron medidas de control de daños: el sannyasi dio por finiquitado el matrimonio espurio para satisfacción de todas las partes implicadas.


[El sannyasi orquestó un tercer matrimonio consecutivo de la devota. ¡Vaya, qué manera de instaurar el sanatana-dharma! Pero los detalles de este episodio los dejamos para otra ocasión, si merece la pena. Baste con lo dicho].

Con todo, el sannyasi jamás renunció a seguir relacionándose íntima y lascivamente con La Chica de Ipanema, lo cual es una paradójica verdad, toda vez que ella nació en Rio de Janeiro…

Cuando Panchadravida Maharaja me hizo el comentario anotado al principio, yo estuve totalmente de acuerdo con él. De hecho, “la atracción fatal” entre el sannyasi y su discípula eran la comidilla de todo el mundo, incluso, de aquellos allende de la zona. Para hacer esta descripción más autoritativa e irrefutable, he de contarles que el propio sannyasi me narró personalmente el episodio de cómo Srila Prabhupada lo regañó en público por haber hablado a solas con una mujer. Para conocimiento y beneficio de todos aquellos que han adoptado o adoptarán la sagrada orden de sannyasa, a continuación les relato la anécdota, o más bien, la memorable lección que impartió yuga-acarya Srila A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada:

El evento tuvo lugar durante las reuniones anuales de la GBC del año 1976. Poco antes de amanecer, Srila Prabhupada, junto con un grupo escogido de discípulos, salía del complejo de Mayapur Chandrodaya para dar sus caminatas matutinas. En un día en particular, el sannyasi de nuestra historia –—que para ese entonces fungía como GBC para Latinoamérica—, amaneció con una fiebre muy alta. Por tal razón no pudo participar en la caminata, como solía hacerlo.

Una devota venezolana estaba muy pendiente de que el sannyasi cumpliera con el ofrecimiento que le hizo en lo relacionado con recomendarla a Srila Prabhupada para que le confiriera primera iniciación. Era esencialmente para recibir esa iniciación que ella había hecho el largo viaje a India. Como había arribado al santo dhama el día anterior, la madre diligentemente se dio a la tarea de localizar al sannyasi para informarle de su llegada y, de paso, recordarle que por favor la incluyera en la lista de devotos que recibirían primera iniciación el día de Goura-Purnima.

Con el propósito de localizar al sannyasi, la madre se acomodó en las afueras del templo, en un punto lo suficientemente bueno como para identificar a todos los que componían el grupo que esa mañana en particular acompañó a Srila Prabhupada a dar su caminada por las pintorescas veredas aledañas a Mayapur Chandrodaya Mandir. Tras verificar que el sannyasi no estaba presente en el grupo, ella proactivamente decidió indagar al respecto Un devoto le dijo que una buena idea era que tratar de encontrar al sannyasi en su dormitorio, ubicado en el que hoy se conoce como edificio “Loto” [Lotus building]. Este edificio era la infraestructura residencial que albergaba no sólo los aposentos de Srila Prabhupada, sino los cuartos de todos los GBCs, sannyasis y demás directivos del movimiento fundado por Srila Prabhupada.


La madre llegó a la entrada del edificio, donde empiezan las gradas que conducen al segundo piso. Trató de ingresar, pero un fornido brahmacari se lo impidió: “Aquí solamente entran Srila Prabhupada y los sannyasis”. Entonces la madre le explicó su situación al brahmacari. Humildemente le pidió que por favor fuera al dormitorio del sannyasi para averiguar si éste se hallaba ahí o no. El brahmacari asintió. Tras tocar la puerta, el brahmacari pudo comprobar que el sannyasi efectivamente se encontraba recluido en el cuarto, padeciendo una fiebre muy alta. Seguidamente le explicó el motivo de haberlo importunado. El sannyasi respondió: “Dile a la dama que en unos segundos bajó para hablar con ella”.

Dicho y hecho: el sannyasi se abrigó apresuradamente y caminó hasta el descanso de las gradas del primer piso. Desde allí le indicó a madre que subiera. Ella subió unos cuantos escalones, y él bajo otro tanto. Y allí, teniendo como testigo al brahmacari y quizás a un par de devotos más, el sannyasi trabó una corta conversación en español con la madre. Una acción aparentemente inocua. Ninguna mala intención ni de ella ni de él. Unos breves namaskara y reiteración de pedido por parte de la madre, y un saludo de bienvenida y asentimiento por parte del sannyasi.

Cuando Srila Prabhupada regresó con su comitiva a la entrada del edificio “Loto”, el brahmacari, ni tardo ni perezoso, aprovechó la dorada ocasión no sólo para tener el néctar de comunicarse personalmente con Su Divina Gracia, sino para informarle de la que él asumía era una infracción por parte del sannyasi. ¿Qué diantres se habían dicho en un idioma que desconocía?

“What!! —exclamó Srila Prabhupada con su voz de trueno—. ¡Llama de inmediato a _____ Maharaja!”.

El sannyasi, semidormido y sorprendido, llegó a toda prisa ante Srila Prabhupada y le ofreció respetuosas reverencias a sus pies. Mientras estaba encuclillado ofreciendo reverencias y musitando el pranama-mantra de Srila Prabhupada, éste súbitamente, ante la mirada expectante de todos los devotos acompañantes, ¡alzó su tridanda y la dejó caer con fuerza hacia la parte posterior de la cabeza del sannyasi! Justo un instante antes de asestar el golpe, Srila Prabhupada detuvo a secas el movimiento descendiente de su vara (en realidad, son tres, pero amarradas y forradas con una banda de tela anaranjada). El sannyasi, atónito y todavía de rodillas, reparó cómo Su Divina Gracia había simulado un porrazo en su cabeza.

Acto seguido, Srila Prabhupada comenzó a fustigar fuertemente al sannyasi delante de todos: “¿¡Eres un sannyasi y hablas a solas con una mujer!? ¡Esto es imperdonable!...” Srila Prabhupada le dedicó una reprimenda de padre y muy señor mío.

Inicialmente, tras escuchar las primeras frases de Srila Prabhupada, el sannyasi trató de interrumpir: “But, Srila Prabhupada, I just…”. Pero para Srila Prabhupada no había excusa válida. Y por ello prosiguió su enconada reprensión. “¡Un sannyasi jamás debe hablar íntimamente con una mujer! ¡Chaitanya Mahaprabhu prohibió que un sannyasi se asociara con el sexo opuesto. Incluso Chotta Haridas, que es un asociado eterno del Señor, fue expulsado…” Srila Prabhupada, el guardían del sannyasa-dharma, impartió una imperecedera lección no solamente al sannyasi, sino a los demás sannyasis que estaban a su alrededor. A decir verdad, ¡a todos los sannyasis de la posteridad!


A pesar de tremendo regaño; a pesar de ser específica y personalmente instruido por Srila Prabhupada de la imposibilidad de un sannyasi de relacionarse íntimamente con mujeres, este sannyasi no tuvo ni la integridad, ni la decencia, ni el dominio de sí para acatar la orden de acharya más excelso que haya pisado la faz de la Tierra.

Después del incidente de Mayapur, este mal llamado sannyasi siguió y sigue relacionándose íntimamente con mujeres. ¡Ah!, pero, ¡cómo le gusta recibir la alabanza y adoración reservadas únicamente al paramahamsa, al devoto puro del Señor! Un devoto argentino que vive en Alachua me contó cómo en 2008 personalmente vio al mentado sannyasi caminando a solas con una fémina. El devoto acababa de aparcar su coche en el estacionamiento de un banco ubicado en la periferia de Gainsville. El sannyasi supuso que jamás lo pillarían en un sitio tan apartado.

Sin embargo, cuando el sannyasi vio que el devoto argentino salía de su coche, digamos como a unos veinte metros de distancia, abruptamente dio un giro de 180º y dirigió sus pasos en la dirección opuesta. Dejó que la mujer entrara sola en el banco para realizar la transacción. Tras salir del banco, y creyendo equivocadamente que el devoto no lo había visto, el sannyasi de nuevo, descaradamente, volvió a colocarse a un costado de la mujer y prosiguió su marcha campante. Como que si nada. Y, ¡éste es el maestro espiritual cuya fotografía adoran al pie del altar sus seguidores ciegos! ¡Qué patraña! Encima, ¡con la aprobación e indolencia de la corrupta y acomodaticia GBC, incluyendo, claro, a Guru Prasad Swami! ¡Oh, qué has hecho Maya-devi! Como dice una vieja y linda canción que compuso Havi (venezolano también): “¡Te llevaste el amor!, ¡no dejaste pureza! ¡Mira lo que has hecho, Diosa!”

Para finalizar. El nombre del supuesto sannyasi —vergüenza para Srila Prabhupada y toda nuestra honorable sucesión discipular—, es: Hridayananada das.

El nombre de la devota que inadvertidamente, cual instrumento en manos del destino, dio lugar a la lección magistral que impartió Srila Prabhupada, es: Nitya lila devi dasi.

¡Todas las glorias al glorioso yuga-acarya que hizo realidad el deseo más querido (mano-bhistam) de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura, las maravillosas y auspiciosas profecías de Srila Bhaktivinoda Thakura, y las palabras de la Propia Suprema Personalidad de Dios, Sri Chaitanya Mahaprabhu, de que el Santo Nombre de Krishna sería cantado en todos los pueblos y aldeas de la Tierra, Srila A.C. Bhaktivedanta Swami Maharaja Prabhupada!

domingo, marzo 20, 2011

¡Válgame Dios!

por Radha Krishna das

Hemos estado viendo en fechas recientes la serie de tropiezos en los que han incurrido Vrinda y Paramadvaiti Swami, hasta el punto en que los podemos considerar una a-sampradaya.

Nos tocó ver hace poco la "deidad" de Paramadvaiti que se adora en Ecuador: regodordeta, anaranjada y hasta barbona, para que no la confundamos con Atulananda.

Ahora ha llegado a la redacción de El Tambor evidencia de una nueva ocurrencia de Vrinda, la que nos pone a pensar si estos cuates tienen algún límite.

El tema de controversia se encuentra en un video de Vrinda tomado en la finca Jardines Ecológicos Varsana, de Colombia.


Al principio todo se ve muy normal en el video, y vemos a un entusiasta Paramdvaiti con su acordeón dirigiendo un kirtan-bhajan-canto.

En medio de la euforia, la cámara hace un paneo hacia las Deidades --Sri Gouranga y Sri Sri Radha Vrajesvara.

Foto oficial de las Deidades.

En el altar se ven las tres Deidades. Este tipo de instalación --en la que aparecen Radha y Krishna juntos con una Deidad de Gouranga-- es muy común en la Gaudiya Math.

Pero lo que no es común, excepto en Vrinda, es ponerle sombreros karmis a las Deidades.

Imagen del video. Sri Vrajesvara usando sombrero estilo Panamá.

En efecto, y aunque ustedes no lo crean, las Deidades de Vrajesvara y de Gauranga usan sombreros estilo "Panamá". Este sombrero es un favorito de los dandis, galanes y turistas que viajan a Centroamérica y el Caribe. Seguramente ustedes los han visto en fotos y películas.

¿Es correcto que el Señor Krishna sea presentado en el altar con semejante sombrero? ¿Es normal que el Señor Gouranga sea arreglado con un sombrero de ese tipo?

Imagen borrosa por la velocidad en que se mueve la cámara. Pero podemos distinguir a Sri Gouranga también con sombrero estilo Panamá.

Consultamos a dos eruditos pujaris que han residido en India durante años, y su respuesta contundente fue que no solamente es incorrecto hacerlo, sino que representa una verdadera ofensa en el proceso de adoración a las Deidades.

Aunque a veces se puede llegar a ofrecerles a las Deidades algo distinto, ya sea en el bhoga (los alimentos), en Su vestido, o en la decoración, lo importante es que no exista una connotación mundana que haga ver como material el proceso de adoración a las Deidades.

Pero esto no debería de impresionarnos. Si Paramadvaiti usa un sombrero de paja todo el tiempo, y además se salta las normas vaisnavas en cuanto a la japa, el kirtan, el comportamiento del sannyasi ante las mujeres, etc., ¿qué nos sorprende que en Vrinda las Deidades usen sombreros estilo Panamá?

No sé por qué, pero Vrinda me recuerda cada vez más el show del payaso Pestañita.

sábado, marzo 19, 2011

Gour Purnima 2011


[Con motivo de la celebración de la Aparición del Señor Caitanaya, les presentamos aquí la narración que hizo Krsna das Kaviraja Goswami en el Caitanya Caritamrta, Adi, 13, 8-43. Traducción interna de El Tambor Rugiente.]

8. El Señor Caitanya Mahaprabhu, quien advino en Navadvipa, fue visible durante cuarenta y ocho años disfrutando Sus pasatiempos.

9. El Señor Sri Caitanya Mahaprabhu apareció el año 1407 de la era Saka (1486 d.C.), y desapareció de este mundo el año 1455 (1534 d.C.).

10. El Señor Caitanya vivió durante veinticuatro años en el grhastha-asrama (la vida de familia), siempre dedicándose a los pasatiempos del movimiento Hare Krsna.

11. Después de veinticuatro años aceptó la orden de vida de renunciante, sannyasa, y residió veinticuatro años más en Jagannatha Puri.

12. De esos últimos veinticuatro años, Él pasó los primeros seis recorriendo India continuamente, a veces en India del sur, a veces en Bengala y a veces en Vrindavana.

13. Durante los restantes dieciocho años permaneció continuamente en Jagannatha Puri. Por cantar el nectáreo maha-mantra Hare Krsna cubrió a todos con una inundación de amor a Krsna.

14. Los pasatiempos de Su vida familiar se llaman el adi-lila, o los pasatiempos originales. Sus pasatiempos posteriores se conocen como el madhya-lila y el anthya-lila, o los pasatiempos intermedios y finales.

15. Todos los pasatiempos del Señor Caitanya durante Su adi-lila fueron registrados en forma sumaria por Murari Gupta.

16. Sus pasatiempos posteriores [el madhya-lila y anthya-lila] fueron registrados como notas por Su secretario, Svarupa Damodara Gosvami, y guardadas así dentro de un libro.

17. Por ver y escuchar las notas que tomaron estas dos grandes personalidades, el Vaisnava, el devoto del Señor, puede conocer estos pasatiempos, uno tras otro.

18. Dentro de Sus pasatiempos originales hay cuatro divisiones: balya, pauganda, kaisora y yauvana (infancia, niñez temprana, niñez posterior y juventud).

19. Ofrezco mis respetuosas reverencias a la noche de luna llena del mes de Phalguna, un momento auspicioso lleno de síntomas auspiciosos, cuando el Señor Sri Caitanya Mahaprabhu advino con el canto del santo nombre, Hare Krsna.

20. Cuando el Señor nació la noche de luna llena del mes de Phalguna, hubo también por coincidencia un eclipse lunar.

21. Todos estaban con júbilo cantando el santo nombre del Señor --"¡Hari, Hari!"-- y así el Señor Sri Caitanaya Mahaprabhu apareció, después de ocasionar que apareciera el santo nombre.

22. Al nacer, durante Su infancia, y en Su niñez temprana y posterior, y también en Su juventud, el Señor Caitanya Mahaprabhu, por diversas acciones indujo a la gente a cantar el nombre de Hari [el maha-mantra Hare Krsna].

23. En Su infancia, cuando el Señor lloraba, paraba de inmediato si escuchaba los santos nombres de Krsna y Hari.

24. Todas las damas amigas que venían a ver al niño cantaban los santos nombres, "¡Hari, Hari!", cuando el niño empezaba a llorar.

25. Cuando todas las damas veían cosa tan divertida, gustaban reír y Le llamaban "Gaurahari" al Señor. A partir de entonces Gaurahari fue otro nombre Suyo.

26. Su infancia duró hasta la fecha del hate khadi, el inicio de su educación, y a la edad desde que terminó Su infancia hasta que Se casó se le llama pauganda.

27. Su juventud inició con su matrimonio, y durante Su juventud indujo a todos en todas partes a cantar el maha-mantra Hare Krsna.

28. Durante Su edad pauganda Se volvió un estudiante serio y también instruyó a discípulos. De esta forma acostumbraba a explicar el santo nombre de Krsna por doquier.

29. Al impartir un curso de gramática [vyakarana] y explicarlo con notas, Sri Caitanaya Mahaprabhu le enseñaba a Sus discípulos las glorias del Señor Krsna. Todas las explicaciones culminaban en Krsna, y Sus discípulos las entendían muy fácilmente. Así, Su influencia fue maravillosa.

30. Cuando el Señor Caitanya Mahaprabhu fue estudiante, le pedía a todo con quien Se encontrara que cantara el maha-mantra Hare Krsna. Fue así que inundó todo el pueblo de Navadvipa con el canto de Hare Krsna.

31. Justo antes de Su vida de juventud Él inició el movimiento de sankirtan. Él solía bailar en éxtasis de día y de noche con Sus devotos.

32. El movimiento de sankirtan iba de una parte del pueblo a la otra, pues el Señor iba por doquier llevando a cabo kirtan. Así inundó al mundo entero distribuyendo el amor de Dios.

33. El Señor Caitanya Mahaprabhu vivió veinticuatro años en el área de Navadvipa, e indujo a toda persona a cantar el maha-mantra Hare Krsna y así fusionarse en el amor de Krsna.

34. Después de que Sri Caitanya Mahaprabhu aceptó la orden de vida de renunciación, permaneció Sus restantes veinticuatro años en Jagannatha Puri con Sus devotos.

35. Seis de esos veinticuatro años en Nilacala [Jagannatha Puri] distribuyó amor de Dios cantando y bailando siempre.

36. Durante esos seis años viajó por toda India, empezando en Cabo Camorín y pasando por Bengala hasta Vrindavana, cantando, bailando y distribuyendo amor de Krsna.

37. Las actividades del Señor Caitanaya Mahaprabhu durante Sus viajes después de que aceptó sannyasa son Sus pasatiempos principales. Sus actividades durante Sus restantes dieciocho años se llaman el antya-lila, la porción final de Sus pasatiempos.

38. Durante seis de esos dieciocho años que permaneció continuamente en Jagannatha Puri, ejecutó kirtana de manera regular, e indujo a todos los devotos a amar a Krsna con solo cantar y bailar.

39. Los restantes doce años de Su estancia en Jagannatha Puri le enseñó a todos a saborear el dulce éxtasis trascndental del amor de Krsna saboerándolo Él mismo.

40. Noche y día el Señor Caitanaya Mahaprabhu sentía separación de Krsna. Manifestaba síntomas de esta separción llorando y hablando de forma muy incongruente, como un loco.

41. Así como Srimati Radharani habló incongruentemente cuando estuvo con Uddhava, también Sri Caitanaya Mahaprabhu Se deleitaba noche y día con ese lenguaje extático del humor de Srimati Radharani.

42. El Señor acostumbraba leer los libros de Vidyapati, Jayadeva y Candidasa, disfrutando sus canciones con Sus asociados de confianza, como Sri Ramananda Raya y Svarupa Damodara Gosvami.

43. Sintiendo separación de Krsna, Sri Caitanaya Mahaprabhu disfrutaba todas estas actividades extáticas, y así satisfizo Sus propios deseos.

jueves, marzo 17, 2011

Palabras del Verdadero Acharya


por Radha Krishna das

Estamos en medio de una discusión sobre los estándares que existen en Vrinda como resultado de las enseñanzas y el ejemplo de su Fundador Acharya, Paramadvaiti Swami. Aquí la reflexión más importante es si éstos corresponden a las enseñanzas y el ejemplo de Srila Prabhupada.

Lo anterior es crucial, pues Paramadvaiti se presenta como acharya sucesor genuino de Srila Prabhupada, y también de Srila Sridhara Maharaja y de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura. Para rematar, Paramadvaiti basa su autoridad precisamente en este punto: ser el representante ideal de las enseñanzas de Srila Prabhupada.

Atulananda, el fiel lazarillo de Paramadvaiti, ilustra lo anterior en una carta suya del pasado 11 de marzo: "El espíritu de Prabhupada fue amplio y revolucionario, y ese es el mismo espíritu que yo siento que corre por las venas de mi hermano espiritual Gurudeva Paramadvaiti. He conocido a muchos vaishnavas, y puedo decir que en él es donde encuentro mejor representado a mi maestro espiritual, sin ánimo de ofender a nadie".

¿Será realmente así? Haciendo a un lado la pantalla propagandística, la cual puede crear una fachada de autenticidad --pero finalmente sin trasfondo--, debemos ver si realmente Paramadvaiti está representando dignamente a Srila Prabhupada.

Aclaremos algo. No estamos presionando aquí para que Paramadvaiti represente fidedignamente a Srila Prabhupada. Él puede hacer lo que quiera. El mundo moderno es muy libre, tolerante y ocurrente. Él puede seguir los pasos de Osho, de su amigocho Siddhaswarupananda, del ratón Miguelito, o de sus propias divagaciones mentales.

A nosotros aquí en El Tambor solo nos interesa Paramadvaiti a la luz de las enseñanzas de Srila Prabhupada, porque Paramadvaiti se promueve como representante de Srila Prabhupada --quizá el mejor de todos.

El problema es que muchos que han estado cerca de Paramadvaiti están convencidos de que se queda corto en este rubro. Y un análisis de sus enseñanzas y programas nos confirma lo anterior. La misión Vrinda tiene tremendas carencias para representar dignamente las enseñanzas de Srila Prabhupada, y las sustituye con verborrea, actividades karma-kandha, una gran sonrisa y muchos abrazos a las féminas de la organización.

En las cuestiones fundamentales de la práctica espiritual, ni Vrinda ni Paramadvaiti parecen seguir correctamente las enseñanzas de Srila Prabhupada. Lo anterior se me hizo más evidente luego de ver un video en el que discípulos de Srila Prabhupada hacían remembranzas suyas.

Existe un proyecto llamado Illumination Television, que distribuye una colección de entrevistas llamada "Memories of Srila Prabhupada" (Recuerdos de Srila Prabhupada"). En el reciente video promocional del capítulo 51, aparecen testimonios de dos discípulos de Srila Prabhupada que ilustran bien la actual discusión relativa a Paramadvaiti y Vrinda.


En el primer testimonio aparece Laxmimoni devi dasi, quien dice esto:

Y entonces [Srila Prabhupada] inició una conversación. Le preguntó a toda la audiencia, le preguntó a los devotos presentes: “¿Están todos cantando sus 16 rondas?”. Hizo esta pregunta de súbito. Dijo: ¿”Están todos cantando sus 16 rondas?”. Todos se quedaron callados. Nadie dijo nada. Entonces hizo la pregunta de nuevo: “¿Están seguros de que están cantando sus 16 rondas?”. Algunas manos se levantaron aquí y allá: “Bueno, quizá yo no".

Había un devoto particular que años después, quizá por esto, me enteré que era Bhakta das Prabhu, quien estaba en una escalera de mano, pintando, junto al vyasasana de Srila Prabhupada, en la puerta de entrada. Levantó la mano y dijo: “Srila Prabhupada, estoy trabajando duro para que el templo de Krishna esté bonito, y a veces solo duermo 4 horas de noche”.

Srila Prabhupada le contestó: “Entonces, duerme 2 horas, pero debes ingeniártelas para cantar tus 16 rondas”. Y continuó diciendo: “No es muy difícil, solo una hora en la mañana y una hora en la noche. ¿Cuál es la dificultad?” Y dijo: “Maya está en la parte posterior de Krishna. No es necesario que salgas a buscar a Maya. Con solo olvidar a Krishna, Maya estará allí”.


Lo anterior nos da una idea de la importancia que Srila Prabhupada le daba al canto de las 16 rondas diarias del mahamantra Hare Krishna. Claro, hay un sinnúmero de instancias adicionales en las que Srila Prabhupada recalca lo mismo, pero esta anécdota parece ilustrar todo muy bien.

Mucha gente que participó anteriormente en Vrinda, ¿los Vrindófilos Anónimos?, constata que Paramadvaiti no recalca ni exige el canto de las 16 rondas a sus miembros. Bueno, si no se lo exige a sí mismo, sería muy difícil exigírselo a los demás. Parece que prefiere mantener a sus huestes atarantadas con actividades karma kandha, en vez de que sigan las prácticas mínimas de la vida en el asrama.

En el ejemplo anterior, no es que Srila Prabhupada fuera muy severo o cruel al decirle a Bhakta das que durmiera dos horas con tal de cantar sus 16 rondas. La realidad es que la mente busca todo tipo de actividades y distracciones con tal de no aplacarse y concentrarse en la japa.

La función convencional de la mente es el pensamiento, el recibir estímulos, el planear, el recordar. El Gita habla de socati y kanksati, desear y lamentarse. Para Srila Prabhupada no había excusa para que un devoto dejara sus rondas. Era más importante que Bhakta das terminara sus rondas que pintar el templo. Pero si Bhakta das insistía en pintar el templo de prisa, debía hacerlo sin sacrificar sus rondas. Era decisión de Bhakta das cómo organizar su tiempo.

Srila Prabhupada aquí identifica el canto de las 16 rondas con recordar a Krishna, y no cantarlas con olvidarlo. Si Vrinda no hace énfasis en el canto de las 16 rondas, esto definitivamente representa un olvido de Krishna, a pesar de las justificaciones que Paramadvaiti y Atulananda puedan presentar. Y si Krishna está olvidado, Maya estará allí. Es por eso imposible separar la ausencia de las 16 rondas en Vrinda, de los abrazos, de las cucharas, de las orejas, etc. Todos ellos son lo que llena el hueco causado por la ausencia de Krishna, de la japa, de las 16 rondas.


Hay otro testimonio muy importante del video. Corresponde a Laksmi Nrsimhadev das, devoto muy identificado con el templo de Nueva York. Dice él:

Fue durante el kirtan del Guru Puja. Yo me había colocado entre quien iba a cantar y Srila Prabhupada. El vyasasana de Srila Prabhupada estaba a mi izquierda, y el micrófono estaba como a 6 metros enfrente de Srila Prabhupada. No diré el nombre del devoto que estaba dirigiendo el kirtan, y dejémoslo para la posteridad.

Total, ellos tenían una reputación de organizar el kirtan de forma muy coordinada. Diré que estaban muy orgullosos del modo en que hacían sus kírtanes. Quienes tocaban los kartalas lo hacían con mucha intensidad. Todos tenían una coordinación muy buena.

El cantante entonces se acercó al micrófono estando Srila Prabhupada allí. Generalmente Srila Prabhupada permanecía muy meditabundo cuando se sentaba en el vyasasana mientras los devotos cantaban "sri guru carana padma". Este devoto se acerca al micrófono, y tenía una voz muy buena. Él era en realidad un buen cantante, y desde esa perspectiva su actuación era buena.

Se acercó al micrófono, y todos sus músicos con kartalas y mrdangas bien entrenados lo estaban rodeando. Entonces comienza con “sri guru carana padma”, [se ríe] totalmente clavado en lo que hacía. Y todos los que tocaban kartalas y mrdangas también estaban totalmente clavados.

Srila Prabhupada estaba allí sentado, y abrió los ojos y dijo: “Paren el kirtan”. [Se ríe.] Todos quedaron paralizados. Los que tocaban kartalas se paralizaron, el cantante se paralizó y se quedó con la boca abierta. Yo podía ver bien todo porque estaba cerca de él y de Srila Prabhupada. Fue como si le hubieran dicho al camarógrafo: “¡Corte!”. Seguro que al cantante le pareció esto una eternidad [se ríe].

Srila Prabhupada entonces dijo. Nitai Chand Goswami estaba parado frente a mí, y Prabhupada lo señaló y dijo: “Nitai Chand, dirige el kirtan”. Nitai Chand hizo un gesto de “está bien Srila Prabhupada”. Alguien le pasó una mrdanga y comenzó a dirigir el kirtan.

Lo que aprendí de esto, esa imagen se quedó permanentemente en mi corazón, porque me gusta dirigir el kirtan, he dirigido kirtan en el pasado, dirigí el kirtan ante Srila Prabhupada. Lo que aprendí, lo que recordaré mientras esté vivo es que Srila Prabhupada, antes que nada, era muy peculiar, le preocupaba mucho la actitud que tuviéramos al dirigir el kirtan. Es yajñaih sankirtana-prayair [SB 11.5.32]. Es nuestro sacrificio para satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios.

Srila Prabhupada se fijaba en la actitud que tuviéramos al glorificar al guru y al Santo Nombre. Lo que yo hago, hasta la fecha, es orarle al Señor Nrsimhadeva antes de dirigir un kirtan. Rezo una pequeña oración: “Mi querido Señor Nrsimhadeva, deja que coloque mi orgullo tipo Hiranyakasipu en el altar de Tu regazo, y destrúyelo con Tus uñas trascendentales”.

Pude ver que a Srila Prabhupada no le gustaba que hubieran vestigios de orgullo, ni ningún tipo de coreografías, o cantar como si fuera un espectáculo. Quería que fuera un acto de devoción.


Aquí vemos la importancia que Srila Prabhupada le daba a la calidad del kirtan. Ya en una nota anterior relaté cómo Srila Prabhupada suspendió el Hare Krishna Road Show, y descontinuó el uso de armonios y guitarras en los aratis del templo. Ahora, en este relato, Srila Prabhupada va más allá y detiene un kirtan que parecía extático e inspirado, dirigido por devotos vestidos con kurta y dhoti, y acompañado de instrumentos tradicionales --los kartalas y las mrdangas.


Srila Prabhupada aquí vio algo --una actuación, una coreografía, una simulación. Y aunque el canto era el "sri guru carana padma", la glorificación del maestro espiritual, la glorificación de Srila Prabhupada mismo, él la detuvo por notar un exceso, un performance que no correspondía a lo que debe ser el kirtan en la línea del Señor Caitanya.

Contrasten el ejemplo del relato anterior con el sankirtan de Vrinda en Halloween, con el kirtan-salsa de su discípulo Damodara Maharaja, con los aratis acompañados de guitarra, y con el mismísimo Paramadvaiti y su ukulele cantando supuestamente el mahamantra en guarani, como si fuese tan difícil para los guaraníes decir "Hare Krishna". ¡Qué barbaridad! ¡Qué vergüenza!

En vez de que Paramadvaiti, como supuesto acharya, establezca los estándares de la línea discipular que dice representar --la cual queda claramente ilustrada en el ejemplo anterior de Srila Prabhupada--, permite y estimula toda especulación ciega que surja, sin poseer el criterio elemental de cualquier presidente de templo entrenado en tiempos de Srila Prabhupada para diferenciar las normas de la burla.

Quizá Paramdvaiti siente tener una visión superior a la de Srila Prabhupada. Quizá Srila Prabhupada no pudo ver lo que Paramadvaiti sí pudo. Quizá Paramadvaiti descubrió una veta para volver al mundo consciente de Krishna que nadie había notado antes. El ukulele, la salsa y los arrimones, se combinan para generar una reacción en cadena que propague el prema-bhakti por el mundo entero.

Recuerdo haber estado en Mayapur en 1976, cuando a los organizadores del festival anual de Gour Purnima se les ocurrió armar un concurso de grupos de kirtan. Se juntaron devotos de diversos templos para formar sus grupos, y se acercaron grupos locales para también participar.


De nuevo, cuando Srila Prabhupada se enteró de esto, de inmediato suspendió el concurso. El kirtan no es una competencia, ni está relacionado con premios. Lo anterior nos dice que Srila Prabhupada estaba constantemente supervisando el desarrollo de Iskcon, y llevaba al kirtan --y a toda la institución-- de menos a más. Cada momento buscaba que expresaran su sentido original y auténtico, depurando continuamente la mala hierba.

Paramadvaiti Swami pide 10 años para que toda la creación sea testigo de su plan maestro. ¿Cómo van a ser los kirtanes allí en 10 años? ¿Incluirán belly-dancers y un dragón chino? ¿Irá a aparecer su grupo de sankirtan en el carnaval de Río?

miércoles, marzo 16, 2011

Es Difícil ser Humilde

por Aniruddha das

Hay un pasatiempo muy didáctico cuyo protagonista es Srila Goura Kirshor Das Babaji Maharaja. Atraído por la reputación y devoción impoluta al canto constante de los Santos Nombres, un joven hacendado de Calcuta fue a Sri Navadvipa para asociarse con Srila Goura Kishora Das Babji. Tras ingresar al austero asrama de Babaji Maharaja y expresar su deseo de hacer bhajana, el primero no exteriorizó comentario alguno. Simplemente lo dejó estar.

Al cabo de unas semanas, el joven sadhaka regresó de nuevo a Calcuta. Meses más adelante volvió a Navadvipa, esta vez acompañado de la joven mujer con la que iba a casarse. El sadhaka le dijo a Srila Goura Kishor: “¡Babaji!, Krishna me ha dado esta dasi [sirvienta de Krishna] Suya para contraer nupcias con ella y ayudarla a avanzar en la senda del bhakti. Te pido que por favor nos des tus bendiciones y me ofrezcas tu consejo”.

Muy bien —respondió Babaji Maharajá—. Te daré mi consejo: como es una dasi de Krishna, entonces a partir de ahora todos los días levántate a las cuatro de la madrugada, date el baño purificatorio, y tras ponerte ropas limpias, la despiertas y le haces un abiseka con todos ingredientes sacramentales. Acto seguido, la vistes fastuosamente y le colocas una guirnalda hecha con flores frescas y fragantes. Luego la colocas en un altar y le ofreces puja. A continuación, ve a la cocina y preparas un banquete. Tras la salida del Sol, se lo ofreces devotamente con canto de mantras. El resto del tiempo permanece a sus pies cantándole los Santos Nombres. Y al final del día, la pones a dormir mientras entonas himnos devocionales. …Sirve a esta dasi de esta manera. Y eso si: ¡jamás se te ocurra tocarla para disfrutarla!, porque entonces, ¡irás directo al infierno!”

Un muy anonadado sadhaka, junto con su dasi, ¡se marcharon presurosos del asrama de Srila Goura Kishor Das Babaji Maharaja!

Srila Prabhupada siendo recibido en el aeropuerto de Nueva York. Discípulas suyas lo rodean, ¡pero no hay abrazos!

Si en Vrinda las devotas son consideradas “diosas de la fortuna”, entonces nadie debe tocarlas, porque son propiedad exclusiva de purosottama Sri Vishnu. La cultura védica milenaria, así como la enseñanza de Srila Prabhupada, nos dicen que las mujeres únicamente pueden ser tocadas por sus maridos. Y con el consabido apercibimiento de que el grhastha está actuando cual “ladrón de pepinos”, en contraposición con el grhamedhi grotesco, a quien el dicho bengalí que uso Srila Prabhupada compara con “ladrón de costosos diamantes” (o sea, la reacción por la infracción es mucho mayor).

Por supuesto, yo le doy el beneficio de la duda a Paramadveti Swami en el sentido de que pueda sentir un sentimiento paternal hacia sus seguidoras. Pero en este momento de su vida, o digamos, de su carrera devocional, el exceso en que incurrido —en el sentido de ponerse a abrazar a cuanta devota se le acerque—, ha sido oportuna y saludablemente denunciado por “El Tambor Rugiente”. El argumentar en contra de lo que mandan guru, sastra y sadhu, es una solemne necedad. En vez de emerger “triunfante”, uno se hunde más. Esto le ocurrió a Hridayananda. Lo mejor es aceptar la bien fundamentada crítica, indistintamente lo socarrona o irreverente que pueda ser.

En tiempos de Srila Prabhupada, en Nueva Delhi había un swami mayavadi (Swami Narayan) era tan estricto en cuanto a relacionarse con mujeres, que cuando dictaba sus clases las mujeres se sentaban en la parte posterior de la sala, inmediatamente detrás de un gran telón que hacía las veces de “línea divisoria”.

Lo mejor, si se es sincero, es enmendar el rumbo y humildemente bajar la cabeza. Y mentalmente agradecer a nuestros detractores (“nuestros verdaderos amigos”, en palabras de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura). Krishna habla a través de la boca de los vaisnavas. Cierto: es difícil ser humilde cuando se es grande (o para alguien que quiere lucir grande), pero por otra parte, según nuestra filosofía, es completamente imposible ser grande a menos que uno sea humilde.

La verdad es que ser gurú no significa que uno es perfecto en el sentido que él nunca comete un error. Primero que todo, él debe proceder como un perfecto caballero, es decir, como un hombre con integridad. Así las cosas, ¿cuál es la dificultad de admitir: “sí, cometí un error. No soy perfecto”.

El sendero para alcanzar la perfección espiritual y es muy angosto y cortante. Srila Prabhupada lo pudo recorrer hasta sus gloriosas postrimerías porque siguió al pie de la letra no sólo la tremenda orden que le impartió su maestro espiritual, sino porque observó a pie juntillas todos los preceptos de los sastras, e igualmente, con sumo cuidado caminó tras las santas huellas de los sadhus, los acharyas predecesores. No inventó, no sustrajo ni adicionó. Tampoco escandalizó a la sociedad abrazando prácticas exógenas a la cultura vaisnava gaudiya. Aunque Srila Prabhupada, el yuga-acarya por excelencia, tuvo un éxito monumental, sin parangón, en introducir y predicar la conciencia de Krishna a lo largo y ancho de la Tierra, dijo que en lo personal no tenía ningún mérito. Su Divina Gracia atribuyó todo su éxito a este único factor: “Mi única calificación es que no me desvíe una sola pulgada de las instrucciones que recibí de mi maestro espiritual”.

Hace como veinte años leí el siguiente comentario en una nota que escribió un sacerdote “Para poder predicar exitosamente el mensaje salvador de Dios de en estos tiempos, la gente demanda que uno se comporte como un santo”. Hay un popular y jocoso predicador católico mexicano, el padre Ángel Espinosa de los Monteros. A pesar de que los señores obispos tienen la mala costumbre de dar abrazos y besos de cachetillo a las niñas y señoras, él afirma en sus alocuciones públicas que “repele” a las mujeres cuando se le acercan. “¡Quieta ahí!” A propósito, se aparta y guarda un brazo de distancia entre él y sus admiradoras.

Los tiempos y las circunstancias de la actualidad exigen que alguien que voluntariamente ha asumido el papel de preceptor espiritual, exhiba en su totalidad las 26 cualidades de un uttama-bhakta. De lo contrario, correrá la misma suerte que el ladrón: “El que de ajeno se viste, en la calle lo desvisten”. O como el niño del cuento anglosajón, el primero en reparar en lo obvio: “Pero, …¡el rey no lleva ropas!”

Tras el acontecimiento de la revolución francesa, el humanismo y, en general, el avance en todos los ámbitos del conocimiento, han enriquecido —por no decir exacerbado— tanto el acervo cultural como el sentido crítico del hombre. A diferencia de siglos anteriores, el hombre cuenta hoy con muchísimos más elementos de juicio y puntos de comparación a la hora de establecer la verdad. A la hora de emitir juicios. Hoy día la persona moderadamente culta no se va a dejar sorprender por mentiras y apariencias engañosas. Por lo menos, no por mucho tiempo. A pesar de todo, en kali-yuga todavía queda en pie el principio religioso de la veracidad. Cuando Richard Nixon cayó a causa del escándalo de Watergate, Srila Prabhupada comentó que ello se debió a que la sociedad estadounidense “demandó veracidad”.

Tras la partida de Srila Prabhupada (1977), muchos prabhus improvisada y desautorizadamente se ungieron como gurús y se sentaron en el sagrado trono de Vyasadeva. Casi inmediatamente después de perpetrar este guru-aparadha, un buen número de ellos empezaron a caer aparatosamente. Muchos otros también se desplomaron en las décadas posteriores. Las caídas y desmanes de otros más han sido "tapadas" por la GBC. Y otros desvergonzadamente todavía siguen desempeñandose como tales gracias a la indolencia, irresponsabilidad y politiquero compañerismo de dicho cuerpo.

En este momento devotos honestos están sacando a la luz pública las desviaciones de Paramadveiti. Srila Prabhupada siempre advirtió a sus discípulos de que socialemente evitásemos de convertir a su movimiento en el "hazmerreír". Sin embargo, como si lo estuvieran haciendo adrede, el desgobierno de la GBC --motivado principalmente por intereses egoístas y salvaguarda de prebendas-- se ha encargado de convertir a Iskcon en un paria en el mundo occidental. Y por supuesto, a lo interno, la caída de estos supuestos "acharyas" ha creado caos en la vida espiritual de centenas de millares devotos que se refugiaron en ellos.

Ahora bien, los mediocres, los que quieren ser engañados, han encontrado a sus contrapartes: los engañadores. Debido a que los primeros voluntariamente se han puesto vendas en los ojos, o debido la enorme inversión emocional que han hecho, o debido simplemente a su crasa ignorancia --no tienen ni puntos de referencia y tampoco un marco de referencia ("en el país de los ciegos, el tuerto es rey")--, prefieren hacer como el avestruz: meter la cabeza en el agujero: “Aquí no pasa nada”. “Sin Iskcon o sin Vrinda, me muero”. "Mi gurudeva es lo máximo que existe".

Un devoto pensante con criterio intelectual independiente escribió: “El devoto avanzado, para no hablar del devoto puro, nunca afirma que es perfecto. Por el contrario, él asume lo opuesto: que su servicio devocional es impuro, mezclado con la influencia de las modalidades material, y repleto de ambiciones y defectos personales. Él piensa: “Yo ofrezco servicio devocional por las razones equivocadas. Mis ornamentos son la lascivia, la codicia, la enajenación, la envidia, y el estar invadido de temor. Puede que yo esté ofreciendo algún servicio, pero si no consigo alabanzas y reconocimiento, no levantaría un dedo para halagar al Señor. En esta condición caída, oh, Señor, yo simplemente apelo a Tu misericordia sin causa. Por favor perdona mis incontables ofensas y por favor protégeme de la embestida de Maya. Por favor, te lo pido de manera suplicante, ¡permíteme ocuparme en Tu servicio devocional puro!

Ninguno, pero ninguno está por encima de la sabiduría popular. Mucho menos de la realidad existencial que describe la filosofía de conciencia de Krishna. Hay un dicho inglés que dice: Discretion is the better part of courage: “No hay que correr riesgos innecesarios, la prudencia no está reñida con el valor”.

martes, marzo 15, 2011

Habla el Fundador Cucharya

Cuchara digital: Comer y agarrar.

por Radha Krishna das

Este fin de semana empezó a circular un Mensaje del Fundador Acharya de la Revolución de la Cuchara, de los Okis, de la Oida-Terapia, de Vrinda, y de los agarrones devocionales, a saber Bhakti Aloka Paramadvaiti Swami.

Su mensaje es una respuesta a los cuestionamientos sobre su proyecto, publicados aquí en El Tambor y en otros foros que han ejercido de manera sorprendente su sentido de crítica.

El mensaje es muy predecible y confirma muchas de las observaciones que se han hecho sobre la familia Vrinda recientemente. Leamos el mensaje y anlicémoslo un poco.

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Fecha: 11 de marzo de 2011
Asunto: Palabras de Srila Guru Maharaj a sus discípulos, sobre las recientes criticas hechas a VRINDA

Queridos hijos espirituales:

Veo que algunas personas han iniciado una campaña en contra de la familia Vrinda y sus maestros espirituales.

Dicen muchas cosas sin saber ni entender lo que me inspira a actuar como lo hago.

Las mujeres de la familia Vrinda son consideradas como madres y como diosas de la fortuna.

Para evitar que sean menospreciadas, hemos puesto mucho mas atención a ello que en otras misiones.

No quiero asesinar el carácter de los criticones para no poner aquí una estúpida pelea via internet.

Que en Sudamerica en la predica y con personas que uno levantó desde la infancia existe una familiaridad mayor que en la India es un hecho, y quien predique y mantiene una familia sabe que el asunto es de respetar la dignidad del sexo opuesto.

Creo que la queja tendrá que venir de un afectado y no de gente que se pone a mirar quién está a mi lado cuando se toman las famosas fotos de grupo. :)

Para un predicador, tener tiempo de atender todo es difícil.

Yo creo que estoy cantando casi una mayoría del día los Santos Nombres y no sólo una hora y media como es el mínimo.

Además, las ideas de difundir la conciencia del Srimad Bhagavatam a través de una conciencia de vegetarianismo y tener fe en Dios, es ampliamente respaldado por las órdenes de mis maestros. Allí puedo decir con tranquilidad que se trata nada más que de envidia, y que sean amables de darme mis 10 años de poder mostrar lo que estamos tratando.

Lo de apasampradaya, sería una acusación que sólo quien me conoce bien sabrá cómo yo amo a nuestra sampradaya y ayudo a ella de madurar también.

Sin nada más, oro por el alma de aquellos que sienten que deben criticar mis humildes esfuerzos.

Que Krishna les perdone por favor.

Bap

o ~ ~ ~ ~ ~

Hay aparte otro mensaje, de Atulananda, muy largo por cierto, el cual no vamos a reproducir aquí por tratarse de los desvaríos de un lazarillo. Sin embargo, puedo adelantarles que contiene suficientes burradas y manipulaciones filosóficas como para reirse un rato. Pasando al tema del mensaje, tenemos lo siguiente:

1
Paramadvaiti inicia su nota diciendo que hay ataques "en contra de la familia Vrinda y sus maestros espirituales". Esta afirmación es una total manipulación. Lo que él llama "ataques" son en realidad reflexiones y análisis sobre los programas de Vrinda que se anuncian a los cuatro vientos.

Si Paramadvaiti considera las críticas y las observaciones como ataques a su supremacía, eso es simplemente el resultado de su herencia facista decadente. Es una gran cobardía andar primero como merolico anunciándose por doquier en busca de clientes, pero luego ponerse a chillar cuando otros hacen señalamientos objetivos, prudentes y lógicos acerca de su oferta pública.

Así como existe el ataque ad-hominen, Paramadvaiti usa aquí la defensa ad-hominem. El terminejo latino significa "contra la persona". En el ataque ad-hominem no se toma en consideración lo que dice un individuo, y simplemente se le descalifica como persona. En la novedosa defensa ad-hominem de Paramadvaiti, descarta todos los razonamientos y simplemente se proclama víctima de ataques.

Para potenciar el efecto de esta táctica, Paramadvaiti extiende esta manipulación para convertir en víctima a toda "la familia Vrinda". Ahora la familia Vrinda entera está siendo atacada. Y como artilugio adicional, Paramadvaiti no se refiere a sí mismo en primera persona, sino que le copia el truco a la reina de Inglaterra pasando a la tercera persona. Como resultado, ahora los ataques son también en contra de "sus maestros espirituales".

2
Paramadvaiti hace una gran revelación: "Dicen muchas cosas sin saber ni entender lo que me inspira a actuar como lo hago".

La cruda realidad es que a ninguno de nosotros nos interesa saber ni entender lo que inspira a Paramadvaiti a actuar como lo hace. No estamos planeando volvernos parte de su órbita, ni de su séquito, ni de sus especulaciones.

A nosotros solo nos interesa saber y entender lo que dice Srila Prabhupada. Ninguno de nosotros se acercó a la conciencia de Krishna para luego terminar dentro del cerebro de algún advenedizo.

La única razón por la cual Paramadvaiti aparece en el radar de El Tambor, es porque él alega ser un acharya sucesor de Srila Prabhupada, de Srila Sridhara Maharaja y de Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati Thakura. Nosotros simplemente queremos saber "si como ronca duerme".

Cuando Paramadvaiti deje de presumir que representa fidedignamente a Srila Prabhupada, en ese momento perderá interés ante nosotros. Haga lo que haga, ya no nos va a llamar la atención. No nos interesa saber lo que la constelación de gurus y acharyas del mundo estén haciendo, a menos que se presenten como sucesores de Srila Prabhupada. En ese caso queremos conocerlos, acercarnos a ellos, escuchar lo que dicen, ver lo que hacen, y decidir sobre quiénes son realmente.

3
Paramadvaiti procede entonces a refutar críticas específicas que se le han hecho. La primera está relacionada con los apachurrones, los arrimones y los agarrones. Dice él que en Vrinda las mujeres son consideradas "como madres y como diosas de la fortuna". En consecuencia se les ha puesto más atención que en otras misiones.

Debemos entonces concluir que tanto abrazo es para hacerlas sentir mejor y reafirmar su importancia dentro de Vrinda. ¿Es este un argumento sólido? Por supuesto que no.

La dignidad de las devotas de Vrinda no depende de abrazos y arrimones. Y aunque eso fuera cierto, debemos determinar si le corresponde a los sannyasis despachar semejante solidaridad. La respuesta es un contundente no. Ya se ha publicado en El Tambor suficiente evidencia que el sannyasi que abraza a mujeres es un sannyasi caído. Punto. Y esto no es nuestra opinión, sino la evidencia de la sucesión discipular y de los sastras. Si Paramadvaiti decide ignorar esta evidencia, que lo haga, pero que no se sorprenda si se le considera un libertino y manipulador.

Si las mujeres de Vrinda son tan importantes, ¿tienen ya todas seguro de gastos médicos?, ¿están realmente protegidas de la explotación institucional y de individuos oportunistas?, ¿tienen asegurada su vejez luego de años de servicio a Vrinda? Por lo que he escuchado, esto no ocurre. Eso nos deja concluir que los abrazos son un simple placebo para no enfrentar las responsabilidades de Vrinda hacia ellas.

4
Empieza entonces a dibujarse el perfil nazi del timonel de Vrinda: "No quiero asesinar el carácter de los criticones..." Aunque Paramadvaiti quisiera hacerlo, de nada serviría. "Asesinar el carácter" es precisamente el ataque "ad-hominem" ya discutido arriba. Aquí Paramadvaiti reconoce que el ataque "ad-hominem" es parte de su repertorio musical.

Sin embargo, creo que los sofisticados lectores de El Tambor Rugiente no se impresionarían con semejante suerte. Vámonos por las ideas, por las instrucciones de Srila Prabhupada.

5
Regresando al tema de los abrazos, Paramadvaiti dice entonces que solo quienes los reciben podrían quejarse, y no quienes ven las fotos de los arrimones.

Paramadvaiti usa aquí otro novedoso recurso argumentativo, el del "hombre de paja". Si estás en una discusión, armas un "hombre de paja" y tú mismo lo destruyes. En otras palabras, armas un argumento o acusación que nadie ha hecho y lo destruyes con tus propios argumentos.

Y ese es el caso aquí. Paramadvaiti dice literalmente: "Creo que la queja tendrá que venir de un afectado". Pero aquí nadie se está quejando de nada. Esto no es una queja. Nadie se está acercando a Paramadvaiti para quejarse de los agarrones, pues eso implicaría reconocerlo a él como una autoridad en este caso.

La autoridad es el sastra, es Srila Prabhupada, y lo importante es lo que ellos digan sobre el sannyasi que toca a las mujeres. Las excusas de Paramadvaiti son irrelevantes.

Pero lo más curioso es que sí existen quejas en contra de los arrimones de Paramadvaiti. En "¿Agarrado, o Agarrando?" ya presentamos el siguiente testimonio: "Está también el caso de una devota casada aquí en México a quien Paramadvaiti se pasaba manoseando. Ella misma le confesó a otros devotos sobre lo incómoda que se sentía con tanto manoseo y agarrada de manos y brazos. Al final ella tomó la decisión de terminar su relación guru-discípulo con Paramadvaiti. Los invitados que fueron testigos de esto también lo consideraron como algo muy raro y les produjo mucha incomodidad".

Debe haber más casos así. Y si las mujeres de Vrinda realmente conocieran las enseñanzas de Srila Prabhupada, se mantendrían a una prudente distancia de Paramadvaiti. Pero ellas no conocen las enseñanzas de Srila Prabhupada, ni han aprendido a discernir por su cuenta lo que éstas significan.

6
Luego Paramadvaiti pasa al espinoso asunto de sus 16 rondas diarias del Mahamantra Hare Krishna. Dice él: "Yo creo que estoy cantando casi una mayoría del día los Santos Nombres y no sólo una hora y media como es el mínimo".

La sentencia anterior es interesante para cualquier investigador de los tropiezos del inconsciente. El uso de las palabras "creo" y "casi", en medio de una declaración tan relevante, por lo general son un sinónimo de "les estoy diciendo una mentirilla".

Luego, Paramadvaiti evita deletrear claramente el término "16 rondas", y lo sustituye por "hora y media". Así no tiene que enfrentarse cara a cara con el asunto que se ha estado discutiendo. El uso de todas estas palabras en una sentencia tan corta nos indica que Paramadvaiti está ocultando algo, ¿qué podría ser?

Sin embargo, Paramadvaiti nos asegura que está cantando los Santos Nombres "casi una mayoría del día". Demos por buena esa declaración. Paramadvaiti actualmente se encuentra en India. Imaginémoslo en parikrama y en reclusión, dedicado la mayoría del día a cantar Hare Krishna en su japa. Felicidades. Pero, ¿y todos los años anteriores?, ¿y los meses que vienen?

Es evidente que Paramadvaiti tiene un grave problema con el canto de sus 16 rondas diarias. Esta declaración suya no disipa esa sospecha sino que la reafirma.

7
Paramadvaiti luego afirma que su proyecto karma yoga "es ampliamente respaldado por las órdenes de mis maestros". ¿Qué maestros? Otro desliz del inconsciente es no nombrarlos, para no tener que verlos cara a cara.

Cuando yo ingresé al movimiento supe de la existencia de un programa en Estados Unidos llamado el "Hare Krishna Road Show", que significa el Show Itinerante Hare Krishna. El Show era dirigido por el legendario Visnujana Swami, y consistía de devotos que viajaban en un vehículo escolar cantando con diversos instrumentos musicales, haciendo obras de teatro con mensaje devocional, y repartiendo prasadam.

Pues Srila Prabhupada ordenó que se suspendiera ese programa. No fue una cuestión de drogas ni de promiscuidad entre los devotos. Fue simplemente que Srila Prabhupada concluyó que no representaba puramente la misión del Señor Caitanya.

Me pregunto ahora, ¿hubiera respaldado Srila Prabhupada a un sannyasi de Vrinda cantando salsa con letras sosas en español?

A muchos de nosotros nos tocó también la transición del mangala arati acompañado de armonio y hasta guitarra, por uno en el que solo se usan kartalas y mrndangas. Todo esto por órdenes de Srila Prabhupada. ¿Hubiera respaldado él cantar los mantras vaisnavas en español?

Entonces, aunque Srila Prabhupada estimulaba la iniciativa y la creatividad de sus discípulos, mantenía una visión madura y pura, y en consecuencia sabía dónde estaban los límites y la dirección final que debía tomar el movimiento.

Eso no ocurre con el Vrinda de Paramadvaiti, quien magnánimamente diluye los preceptos de Srila Prabhupada como si así fueran a alcanzar para todos. “¡Échale más agua a los frijoles, mataji!”.

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Paramadvaiti dice que la crítica a Vrinda "se trata nada más que de envidia, y que sean amables de darme mis 10 años de poder mostrar lo que estamos tratando".

Ya con anterioridad señalamos que ni Vrinda ni Paramadvaiti están para sentir envidia. Desde la perspectiva de las enseñanzas de Srila Prabhupada, están más bien para sentir lástima. Así que su argumento no cuaja.

Con lo de sus 10 años, propongo que sean 20, 30, o los que Paramadvaiti quiera. Da lo mismo. Tenemos el conocido ejemplo de las dos líneas divergentes. Entre más largas son, más es la distancia entre ellas. Creemos que así irá aumentando la distancia entre Vrinda y las enseñanzas de Srila Prabhupada, tal como ya aumentó en los últimos 10 años.

Pero esto no debe preocuparle a Paramadvaiti. Nosotros no tenemos nada en contra de un osito bonachón y arrimador. ¡Que viva el mundo del karma y su vegetarianismo cucharón, la terapia de oídos, los okis, etc!

Sin embargo, quienes deseen conocer las enseñanzas vaisnavas puras de Srila Prabhupada y de la sucesión discipular, deberán buscar por otros caminos, pues Vrinda deja mucho que desear en ese sentido. Y esto será más evidente dentro de 10 años.

9
Concluye Paramadvaiti: "Que Krishna les perdone por favor". Sí, Krishna, por favor perdónanos por cuestionar el programa Vrinda, por no reconocer la pureza absoluta de Paramadvaiti, por no entregarnos a sus pies de loto, por no darnos cuenta de las bondades de sus cucharas. Ten misericordia de nosotros algún día.

10
Atulananda participó en la distribución de la carta de Paramadvaiti. Como colofón en sus envíos puso lo siguiente:

"Maravilloso Gurudeva Paramadvaiti. Siempre triunfal.
Que Srila Prabhupad y Sri Krsna nos sigan inspirando a través suyo.
Atulananda das.

Sent via BlackBerry from T-Mobile"

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¡No Más Circo!


[Llegó a la redacción de El Tambor Rugiente un comentario a la nota "Más Oxígeno". Como a veces nuestra audencia no lee los comentarios de notas anteriores, decidimos reproducir aquí dicho comentario, pues lo consideramos un testimonio real de alguien que ha vivido de cerca la "Experiencia Vrinda" cortesía de Paramadvaiti Swami.]

por No Más

Ah!!! que lindo leer las ofensas entre vaisnavas, sobre todo los que ya nos deberian estar mostrando el mundo espiritual, pues recordemos que Srila Prabhupada les dejo esa tarea y todos no hacen mas que querer destruirse.

Bueno yo solo quiero hablar por mi experiencia y por las cientos de personas que estan entregando su tiempo y energia el grupo de circo que se ha creado en nombre de Krsna y Srila Prabhupada, solo puedo decir que todos somos unos grandes actores y farsantes.

Soy una victima mas del circo de Paramadveti:

- No entiendo porque no he entrado en extasis, si canto todos los dias las 4 medicres rondas que me dijo podia cantar si no tenia tiempo para las 16?

- No entiendo como cada mañana repetimos como loros las ofensas contra el santo nombre y una de ellas dice:"6. Darle alguna interpretación al Santo Nombre del Señor." y este guru interpreta el maha mantra "Oh mi señor dejame ser un instrumento de tu amor" ????? cuando Srila Prabhupada le dio interpretacion o traduccion, donde me perdi? o sea que no solo no canta, sino que tambien ofende...que pureza!!!

-No entiendo como permite que sus devotos como Hayesvara, Prema, etc., le traigan gente y donaciones que son producto de adoracion a semi dioses, numeros para jugar al azar y engaños, sabiendo que esto rompe uno de los principios regulativos.??? Incluso a esta gente le pone mas atencion que a los devotos que se han matado sirvindolo solo por que le llevan donativos.$$$$$$

-No entiendo como los devotos se han rebajado a hacer desfiles de moda en el templo, fiestas de hallowen, bar, cafe, cine karmi, telavision...no se supone que predicamos contra eso? Como el Guru permite esto???

¿SERA QUE EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS????

- No entiendo como un devoto sirve como loco a la comunidad y si se enferma tiene que salir donde la familia a pedirle para la atencion medica porque el templo nisiquera la seguridad social les reconoce? que compacion!!!que bondad!!!!


- No entiendo la carta que envia su complice y compinche Atulanda a todos los devotos para reivindicar a Paramadvaiti o Alanat? ya ni se, si es sannyasi o no, segun creo se autoproclamo como tal.???? Aclarenos esto por favor!!!!!

- Esta carta es chistosisima, se las envio por correo para que la publiquen pues es larguiiiiiiisima y aburridiiiicima...lo mas comico que el hace es argumentar con las escrituras para cubrir las embarradas y tergiversar la realidad con sentimentalismo varato.

- Sinceramente lo de menos es que abrace madres....lo que Paramadvaiti y su circo han hecho con la filisofia es vergonsoso...ya no hay credibilidad, solo matan la fe de las personas que se acercan con sinceridad a la conciencia de Krisna. Mejor propongo un nuevo nombre "La inconciencia de Dios" pues Atulanada dice en su carta que debemos ser pioneros, ya voy a abrir mi nueva linea discipular.

Alguien me sigue?

NO MAS ENGAÑOS!!!!!
ESTAMOS HARTOS QUE JUEGUEN CON NUESTRA DIGNIDAD Y NUESTRA FE!!!
NO MAS CIRCO!!!!

lunes, marzo 14, 2011

¿Ficción o Realidad?

por Astika das

La cosa se está poniendo buena. Hasta la redacción de El Tambor Rugiente llegan y llegan comentarios, colaboraciones, y denuncias de los “lindos” --como llama Paramadwaiti Swami a sus devotos suramericanos. “Yo no sé por qué los gurus gringos --me dijo en una ocasión el capo mayor-- no toman en cuenta a Suramérica. Ellos piensan que el mundo termina en México, ellos no saben de lo que se están perdiendo.”

Sin duda, él se refería a los aborígenes de estas distantes latitudes que no leen los libros de Srila Prabhupada y por lo tanto no cuestionan nada, pues en vez de estudiar la literatura vaisnava se la pasan bailando cumbias y viendo películas de Pedro Infante.

Una vez me hallaba de visita en la finca campestre de Cundinamarca para celebrar Janmastami en compañía de los devotos colombianos. En esa ocasión, el capo mayor me pidió que diera la clase del Bhagavatam. La audiencia estaba formada por devotos y algunos invitados. Después de la clase, en la sesión de preguntas y respuestas, sólo un invitado hizo una pregunta: “¿Qué tanto le gusta cómo canta Vicente Fernández?”

Hrisikesh Maharaj ya me había platicado que en Suramérica los mexicanos somos muy apreciados, que en Colombia son muy bien vistas las telenovelas mexicanas y las películas de Pedro Infante y Cantinflas. Según él, en Suramérica los mexicanos somos tan admirados como los gringos en México. Esto es debido a nuestra idiosincrasia, pues los latinoamericanos no somos lectores, no somos sistemáticos; más bien somos líricos, románticos.

Debido a esa falta de disciplina, y a la magia de la religión católica --que contrasta con el pensamiento pragmático que destilaron Lutero y Calvino--, es más fácil que los latinoamericanos seamos fácil presa de los embaucadores que los devotos gringos o los europeos. Yo creo que esa es la razón por la que Paramadwaiti Swami decidió fundar su imperio por estos lares.

EL PASAPORTE PARA PASARLA DE LUJO

Seguramente el gran capo tenía en mente hacer conmigo lo mismo que hizo con Atulananda gurudeva. Bastaba con que yo hubiera aceptado sus requiebros, sus adulaciones, y ahorita yo no tendría que andar vendiendo cuadros, esculturas y cháchara y media, para mantenerme a mí y a mi familia. Ahorita me encontraría cómodamente instalado en mi asana recibiendo la adoración de los devotos: Los devotos cocinarían preparaciones deliciosas para mí, tendría matajis güenotas sobándome los pies, invitaría a mi asrama a Sadhu Maharaj y ordenaría varios litros de helado Holanda (no importa que se acabe, como razonaría Atulananda, hay que gozarla mientras dure). Pero todas esas facilidades o concesiones tienen un precio altísimo: Vender tú alma al diablo.

Todas las desviaciones de la prédica genuina de Srila Prabhupada que hemos visto en Vrinda, me han puesto a pensar en la razón que llevó a Paramadwaiti Swami a desviarse de las instrucciones de Srila Prabhupada.

Paramadwaiti Swami nunca ha actuado libremente, pues antes de tomar cualquier decisión siempre considera los pros y los contras que en términos materiales --propiedades, seguidores-- le va a reportar tal decisión. Durante un festival de Mayapur, poco antes de que él rompiera sus relaciones con ISKCON, él y yo nos hospedamos en el mismo edificio del Sri Chandrodaya Mandir. Por esos días algunos devotos de ISKCON --los más radicales, los menos borregos-- decidimos abandonar ISKCON y refugiarnos en el asrama de Srila Sridhara Swami. Paramadvaiti ya se sentía completamente insatisfecho en ISKCON. No sé si esa insatisfacción le había surgido porque no lo nombraban acharya de ISKCON. El caso es que él hablaba mal de la institución todo el día, pero no se decidía a abandonarla porque si lo hacía ponía en juego sus propiedades y sus seguidores. Y era eso, y no el amor que sentía por Srila Prabhupada, lo que le impedía abandonar ISKCON.

DEL OTRO LADO DEL RIO

En esa ocasión, Tauron Krishna das --devoto centroamericano nacionalizado gringo-- y yo decidimos salir del templo de ISKCON después de mangal aratik, y cruzar el río Ganjes para recibir darshan de Srila Sridahara Swami en el Sri Caitanya Saraswath Math en Kolerganj, Navadwip.

Cuando Tauron y yo pasábamos por la habitación de Paramadwaiti Swami, éste nos llamó. Sentado sobre su camastro cantaba japa (por fortuna esa ocasión sí estaba cantando rondas). Nos preguntó qué planes teníamos y a dónde nos dirigíamos. Le respondimos que habíamos decidido visitar el asrama de Sridhara Swami. Él nos contestó: “¡Qué envidia! Me gustaría mucho ir con ustedes, pero no puedo!”

Esa mañana Paramadwaiti Swami no había asistido al programa del templo, no se sentía inspirado para convivir con los devotos. Se había quedado sentado en su camastro; en su cabeza solo revoloteaba el tema de cómo actuar sin afectar sus intereses. Luego me dijo: “Estoy completamente insatisfecho, completamente frustrado con esta bola de gringos hipócritas. Pero pienso en todos mis seguidores de Suramérica, y que ISKCON se vaya a quedar con ellos”.

Antes de despedirnos, Maharaj Paramadwaiti nos dijo: “Espero encontrarlos más tarde en la casa de Bhaktivinoda Thakur. Me voy a pegar a la pared a ver si logro escuchar un poco del néctar de Sridahara Swami.”

SI HABLARAN LAS PAREDES DE GIRON CALLAO

Otra vez, en el barrio de Girón Callao, en Lima La Horrible --no porque Lima sea horrible, sino porque ese es el título del libro del escritor Salazar Bondy--, me tocó presenciar una tormentosa discusión entre Paramadwaiti Swami y Gour Kishore das. En otra época éste había pertenecido al círculo de los incondicionales del Maharaj --primero como presidente del templo de Cuzco, y luego como presidente del templo de Lima. Yo entré intempestivamente a la habitación y los encontré con los ánimos muy caldeados. Paramadvaiti le estaba predicando a su discípulo Goura Kishore de la necesidad de seguir sin chistar sus instrucciones. “No tienes por qué cuestionar mis instrucciones, pues yo soy tu guru.”

En ese momento yo ignoraba cuál era exactamente el tema que estaban discutiendo pero, independientemente de eso, la discusión giraba alrededor del contenido de la segunda respuesta de Tripurari Swami en su sanga acerca del guru tatwa. El díscípulo en ningún momento, bajo ninguna circunstancia, debe cuestionar las palabras del guru. Maharaj Paramadwaiti me pidió que diera mi opinión.

Yo respondí que Gour Kishore no había entendido correctamente la posición del discípulo, quien jamás debe cuestionar a su guru. En esas fechas yo era un adulador incondicional de Paramadwaiti Swami, pues a pesar de que en sus clases solo mencionaba de manera ancilar a Krishna y a Prabhupada, y muy raramente le recomendaba a sus discípulos que cantaran sus rondas del mahamantra Hare Krishna, a mí me fascinaba su infatigable verborrea acerca de rescatar a la humanidad sufriente, de salvar a los pobres animales, de cuestionar a los líderes sinvergüenzas.

Pero si me encantaba la verborrea lírica del Maharaj --la cual no era respaldada con citas shastricas y en la que abundaban las gracejadas, los juegos de palabras--, aún más me encantaba que los discípulos de Paramadwaiti Swami me atendieran como rey. Pero para ser atendido como rey había una condición: Jamás cuestionar los caprichos del Maharaj.

La cobertura que últimamente le ha dedicado El Tambor a Paramadvaiti me hizo recordar una película que vi cuando era karmi. Se trataba de un galán norteamericano que en su búsqueda por la verdad llega hasta India. En la película aparecen varias escenas mostrando a gurus hindus que comercian con las escrituras, que fuman hash, que hacen cualquier cosa con tal de obtener dinero. El mensaje del director es que el buscador norteamericano, a pesar de no ser tan avanzado espiritualmente como los supuestos gurus, era más honesto, más puro, más casto, menos interesado en el dinero.

¿QUE ES LO QUE IMPULSO A MAHARAJ A CONVERTIRSE EN EMPRESARIO?

¿Se puede decir que Maharaj Paramadwaiti no tiene sukriti? Claro que lo tiene. Gracias a su buen sukriti se acercó a Srila Prabhupada, a Srila Sridhara Swami, a varios discípulos de Srila Bhaktisiddhanta Saraswati. Gracias a ese sukriti durante muchos años se dedicó a distribuir en Europa la literatura de Srila Prabhupada y principalmente El Bhagavad-gita Tal Como Es. Y la tesis principal de El Bhagava-gita es que no somos el cuerpo, que somos almas espirituales, que somos sirvientes eternos de Dios y que Dios se llama Krishna. Y Krisna nos enseña que este mundo material es ilusorio, que debemos luchar por hacer nuestro objetivo volver a Krishna, y no acumular discípulos ni propiedades ni samadhis en esta Tierra. Eso es lo que Caitanya Mahaprabhu enseña en su Sisastaka.

En uno de sus significados, Srila Prabhupada declara que comparado con el bienestar de Vaikunthloka, es insignificante cualquier beneficio que obtengamos en la Ttierra. Sin embargo, nuestro comportamiento demuestra que no creemos en las palabras de Srila Prabhupada. Por ejemplo, el comportamiento actual de Paramadwaiti Swami demuestra que no cree en las palabras de Srila Prabhupada, que considera que Srila Prabhupada no es el representante de Krishna, sino solamente el escritor de sesenta volúmenes sobre algo que es pura ficción. Pero muchos devotos han levantado imperios en base a Krishna, aunque lo consideren una ficción.

En cierta ocasión, varios devotos de Vrinda y Paramadwaiti Swami, caminábamos por las retorcidas calles de Vrindaban, India, a las primeras horas de la mañana. Como de costumbre, el Maharaj aprovechaba cualquier oportunidad para no cantar rondas. En un asrama que estaba en el centro de Vrindaban se puso a platicar con un sannyasi. Cuando continuamos nuestra caminata, Paramadvaiti me dijo que había invitado al sannyasi a dar la clase al día siguiente en Vrinda. El sannyasi llegó solo al día siguiente a Vrinda. Vestía un dhoti y una kurta completamente raídos. No hubo grandes presentaciones. Se sentó en la asana, y durante cerca de una hora habló acerca de Krishna. A pesar de que la traducción era muy mala, era posible entender que Krishna era el único tópico relevante en el discurso del sannyasi. Cuando terminó su clase, se despidió y se marchó. No aceptó donativos, ni la invitación de Paramadwaiti Swami para que nos acompañara a desayunar en Vrinda.

Sadhu Maharaj estaba sentado a mi lado en esa ocasión. Cuando le pedí su opinión acerca del sannyasi, me respondió: “Se trata de un devoto auténticamente puro.”