"En realidad, en su presentación nada parecía claro".
--Rocana das (The Sampradaya Sun)
--Rocana das (The Sampradaya Sun)
En el título del volante que circuló para invitar al público al ciclo de conferencias que el acedémico Hubert Robinson (Hanumatpresaka Swami) dictó en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), ya se advierte el afán por ocultar cualquier relación que pudiera tener con los Hare Krishnas. No se menciona a Srila Prabhupada, no se menciona a Krishna, no se menciona el mahamantra Hare Krishna.
Siendo la ENAH una de los bastiones más revoltosos del país, es comprensible ese afán de ocultamiento. Sin embargo, el título de la conferencia --además de revelar un excesivo esfuerzo por ocultar que se trataba de una conferencia de los Hare Krishnas-- revela el grado de confusión de los organizadores, pues se deciden por un título demasiado disperso: DISCURSO, CULTURA Y LITERATURA DE LA INDIA. Esto, además de ser falso, es completamente absurdo, pues si cada uno de esos enunciados --DISCURSO, CULTURA O LITERATURA-- se analiza por separado, encontraremos que son independientes entre sí, y debería haber una conferencia para cada uno de ellos.
LA DIGNIDAD DEL MOVIMIENTO DE SRILA PRABHUPADA
Para no dar pie a que las malas lenguas nos critiquen diciendo que en El Tambor Rugiente sólo hablamos de lo negativo que hay en ISKCON y que no exaltamos las cosas positivas, debo reconocer que la participación en ISKCON de personas con el historial académico de Hanumatpresaka, respaldan la solvencia y profundidad de los libros de Srila Prabhupada.
Sin embargo, también es justo reconocer que Hanumatpresaka Swami --a pesar de tener estudios en ciencias exactas, y a pesar de ser discípulo iniciado de Srila Prabhupada-- mostró el cobre en una carta que le escribió a Satsvarupa Maharaj en 2007. En dicha misiva, Hanumatpresaka se muestra solidario y sumiso con Satsvarupa --quien es uno de los pilares de ISKCON, tuvo el enorme privilegio de asociarse personalmente durante muchos años con Srila Prabhupada, escribió muchos libros sobre la biografía de su maestro espiritual, y predicó la conciencia de Krishna en muchas universidades norteamericanas. Pero después de tantas hazañas tan gloriosas, a la edad de sesenta y cuatro años, Satsvarupa cayó en sexo burdo con una condiscípula. Pero eso no es lo peor del caso --pues una canita al aire siempre es bien vista en kali yuga. Lo malo aquí es que se valió de miles de artimañas para ocultar esa caída y preservar todas las canonjías y prebendas tiene en ISKCON por ser un sannyasi, guru, discípulo y biógrafo de Prabhupada.
LOS REVOLTOSOS NO ASISTIERON
Desafortunadamente me fue imposible asistir a las dos primeras conferencias del Swami Hanumatpresaka en la ENAH. Pero el miércoles 18 llegué en punto de las l7 horas para escuchar su tercera presentación. Fue impresionante ver el campus con su abigarrada muchedumbre de jóvenes contestatarios, jipis que pensábamos se habían extinguido hace cuatro décadas, ciudadanos que rechazan el estado de derecho que propone Felipe Calderón, estudiantes que aprenden lenguas autóctonas en su afán por solidarizarse con los grupos marginados del país, y chavas desparpajadas que fuman mota, cargan condones en el bolso y leen a William Blake. Esa circense multitud que animaba los corredores y patios de la ENAH no asistió a la conferencia de Hanumatpresaka Swami.
En la sala de consejos, además del Swami --quien pacientemente ordenaba en el proyector las diapositivas en las que se sustentaría su charla-- sólo habían 10 o 15 personas. Era obvio que la mayoría de estas personas no eran estudiantes de la ENAH, sino que más bien habían llegado del templo --pues ostentaban kuntimalas, saris marcas de tilak, o japamalas.
PRASADAM DE EKADASI
Me acerqué a una mujer madurita que parecía ser la coordinadora de la conferencia, y le pregunté si ella era la Dra. María Fernanda del Colegio de México. Ella me respondió que no, que había recibido su título de doctora de la ENAH, y que era discípula de Hanumatpresaka. Me preguntó que quién era yo, pero no le dije que era discípulo de Srila Prabhupada, ni que mi nombre espiritual es Astika Das, pues conozco la reacción que provocan esas revelaciones: “¡Qué extático, discípulo de Srila Prabhupada!”. En vez de eso le dí mi tarjeta de presentación donde aparece mi nombre karmi.
Le comenté algo acerca de la conferencia que al día siguiente se celebraría en el Tecnológico de Monterrey, y muy solícita me comentó: “Sí, vamos a distribuir prasadam de Ekadasi porque mañana es Ekadasi”. Objeté a su declaración diciendo: “¿Para qué reparten prasadam de Ekadasi? Los chicos del Tec comen arracheras y T bones”. Mostrándose contrariada me contestó: “Pero es que cuando Gurudev supo que era Ekadasi, nos pidió hacer prasadam de Ekadasi”.
LOS GATOS TAMBIEN SUEÑAN CON FANTASMAS
Einstein, Newton, Marshal McLuhan, y una serie de personalidades e íconos de la ciencia desfilaron por el proyector del Swami. Nos habló del Bhaktivedanta Institute, de que ISKCON tiene relaciones con las figuras más prominentes del panorama científico internacional. Seguramente esa era la intención del ciclo de conferencias --demostrarle al público que el proceso para la conciencia de Krishna es un proceso científico y autorizado.
El problema que surge con estas presentaciones veladas de la conciencia de Krishna es que el público no entiende a ciencia cierta de qué se trata todo este asunto. Cuando el Swami terminó su exposición, en vez de la acostumbrada sesión de preguntas y respuestas, la coordinadora presentó a una doctora que está haciendo su tesis sobre los baños de temascal. En seguida le cedió la palabra a uno de esos típicos profesores de la ENAH --un señor de pelo largo, lentes, barbas canosas, con aire de revoltoso-- quien habló de la indefensión en la que viven las minorías en medio de la globalización. Y uno se pregunta: ¿Dónde quedó Krishna?
EL TEC DE MONTERREY: LOS LÍDERES DEL MANICOMIO
Pues al día siguiente asistí a la conferencia del Swami Hanumatpresaka en el Tecnológico de Monterrey. Esta es una poderosa institución educativa privada fundada por la cúpula empresarial norteña hace más de 60 años, para sus propios hijos y para los futuros ejecutivos de sus empresas. El campus Sante Fe de la institución se encuentra en el distrito corporativo más importante de la capital.
Como que sin querer la cosa, al final de su exposición Hanumatpresaka Swami expresó: “La sociedad en que vivimos es un manicomio”. De acuerdo con esta declaración, los líderes que ocupan la posición cupular del manicomio mandan a sus hijos a estudiar al Tec de Monterrey y, obviamente, estos personajes no estarán de acuerdo con que un tipo fachoso --vestido con una túnica anaranjada y con la cabeza afeitada, salvo por un mechón de cabello en la parte posterior de la cabeza-- se presente en sus instalaciones y diga semejante cosa. Pero quizá esa declaración fue la única mácula en la velada light y la presentación impecable que Hanumatpresaka hiciera de "La Luz del Bhagavata" en las fastuosas instalaciones del nuevo edificio del Tec.
SALA DE CONFERENCIAS DEL PRIMER MUNDO
Las instalaciones del Tec de Monterrey, campus Santa Fe, tienen la virtud de hacernos olvidar que vivimos en un país con 60 millones de desarrapados. Entrar a Santa Fe es salir de México y sentirse en el distrito financiero de Mannhatan. Desde la planta alta del nuevo edificio se aprecian las lujosas instalaciones de la biblioteca, con salitas privadas muy elegantes donde los hijos de la elite cupular que controla el manicomio se mostraban despatarrados sobre los mullidos sofás, mientras sus padres dictan nuevas leyes en el Congreso de la Unión, sobornan a los líderes de la Junta de Conciliación y Arbitraje, o planean la venta fenomenal de algún recurso no renovable para que sus hijos puedan vestirse con pantalones de mezclilla rotos y T shirts informales, y asistir a conferencias extravagantes como la de Hanumatpresaka.
La sala de conferencias del Tec es todo un homenaje a la arquitectura contemporánea. Es cómoda, hermosa y acogedora. Las butacas están en desnivel, por lo que uno no tiene que verle el peinado a los de adelante, y hay suficiente distancia entre las filas para no estar resoplándoles al cuello. La sala esta muy bien ventilada, muy bien iluminada y lujosamente alfombrada. En la parte inferior se halla el podium del conferenciante, y desde allí el propio conferenciante controla con un tablero la luz, el sonido, etc.
LOS PRIMEROS GRINGOS NACIDOS EN MEXICO
Llegué a la sala de conferencias cuando un joven hindú hacía la presentación del Swami. No escuché el nombre de este presentador, pero por razones prácticas le llamaremos Mr. Sharma.
Mr. Sharma era un hombre moreno, bien parecido, con un hilillo de barba perfectamente rasurada, rondando en sus cuarentas, y vestido de blazer, pantalón de casimir y corbata --la indumentaria del ujier perfecto del Tec de Monterrey. Parecía que utilizaba pincitas para escoger las palabras con que presentaba al Swami. Seguramente que antes de la conferencia Mr. Sharma y los discípulos del Swami se habían puesto de acuerdo para que el evento pareciera una cosa cultural, sin mencionar las palabras religión o Dios. Así no serían censurados por los directivos del Tec, la camarilla que preside el manicomio.
Mr. Sharma no dejaba de hablar. Hablaba de la moralidad, de cómo debemos comportarnos en sociedad, de cómo el Swami presentaría una charla de la cual no nos íbamos a arrepentir. Yo traté infructuosamente de seguirle el hilo a Mr. Sharma, pero este era un verdadero profesional de los laberintos.
Una vez que Mr. Sharma concluyó su tediosa presentación, el traductor del Swami --llamémosle Spanish Prabhu-- le preguntó a las 150 personas que formaban la audiencia si necesitaban traducción al español. Al unísono la audiencia respondió que no. Prabhu Spanish a continuación pidió que levantaran la mano quienes no hablaban inglés, y solamente 4 manos aparecieron en lo alto.
UN ERROR CRASO QUE PONE EN EVIDENCIA AL SWAMI
Mr. Sharma presentó al conferenciante con el título de Swami, y le preguntó cómo se traducía el término "Swami" al español. Hanumanpresaka cometió un error imperdonable a contestar que su significado era “Obispo”. Muestras de desaprobación se dejaron escuchar entre la audiencia.
Obviamente hay una gran diferencia entre lo que es un "Swami" y lo que es un "obispo". En español el término obispo denota una jerarquía religiosa, pero además dicho término no goza de gran reputación. En cambio, Swami significa el que controla sus sentidos.
Sin embargo, Hanumatpresaka involuntariamente acababa de decir una gran verdad, pues ser un Swami en ISKCON significa gozar de privilegios que no gozan los soldados rasos. Cuando yo era niño a menudo utilizaba la expresión "Panza Chocolatera" para referirme a los obispos. Y en ISKCON los swamis son los obispos que gozan de los mismos privilegios que gozan los obispos de la iglesia católica.
UNA CONFERENCIA SIN CUESTIONAMIENTOS
El Swami Hanumatpresaka se valió del libro Light of the Bhavgavta para hilvanar la charla que dictó en el Tec. de Monterrey. Este es un librito hermosamente ilustrado por un pintor chino, que Srila Prabhupada escribió antes de venir a Occidente para presentar la conciencia de Krishna en un seminario que se celebró en Japón, al cual a última hora tengo entendido que no asistió.
En su disertación, el Swami enfatizó la necesidad de abandonar las actividades siniestras que se practican en Kali Yuga y que se conocen como ugra karma, y regresar al campo a practicar la agricultura. Evidentemente, la audiencia no entendía ni papa de las propuestas del Swami. En una sociedad en la que el único producto rentable del campo es la droga, los tópicos del Swami resultaban menos probables y más lejanos que la temática del pintor surrealista Max Ernst --cuya exposición se encontraba en el Museo de Arte de la ciudad de México.
La prueba de la absoluta falta de comprensión del público que asistió a escuchar a Hanumanpresaka Swami fue que no hubo preguntas. Solamente una jovencita le pidió al Swami que expusiera de una manera más concreta la solución al problema actual.
Ya casi al final de la charla, el Swami de forma indirecta le hizo una invitación al público: “Nosotros nos levantamos muy temprano, bailamos y cantamos”. Pero si atendiendo a esa velada insinuación algún estudiante del Tec. de Monterrey se muestra interesado en asistir a Bucho Montiel, yo le sugiero que antes de hacerlo lea en El Tambor Rugiente las acusaciones que R.K. le hace a Guru Prasad Swami, el líder del Movimiento Hare Krishna en México. Y aún más importante es que Hanumanpresaka Swami lea esas notas de Radha Krishna, y mejor se limite a presentar de forma velada, mediante su maravilloso set de diapositivas, la conciencia de Krishna. Pero que jamás se le ocurra invitar al público a Bucho Montiel. Mejor que invite a la concurrencia a ver la exposición surrealista de Max Ernst.
Este es un librito hermosamente ilustrado por un pintor chino...?
ResponderEliminarArtista china Madame Li Yun Sheng la ejecución de las ilustraciones
(leo por definicion a masculino ,pero tengo la duda por la utilizacion del articulo indefinido.Se considera que el artículo masculino “un” es la forma apocopada del adjetivo “uno”.