lunes, septiembre 21, 2009
Kaliya y algunas curiosidades
por Kaliya Didi
Ya no es lo mismo
No se necesita ser un vidente ni un muni para darse cuenta que en Iskcon las cosas han cambiado notablemente con el paso del tiempo. Si uno — mientras se toma un refresco— se pone a observar a la muchedumbre que pasa por la esquina de General Pedro Antonio de los Santos y General León, a unos cuantos pasos del Metro Juanacatlán, distinguirá entre esa muchedumbre a algunos devotos Hare Krishna, pues éstos, a diferencia de la demás gente, llevan metida la mano en la japa-mala (bolsita de tela que protege a la japa o rosario).
Poco después de la desaparición de Srila Prabhupada, durante la década de los Ochenta, los devotos Hare Krishna que pasaban por el mencionado crucero, vestían dhoti y kurta impecables, la cabeza rapada, lucían radiantes, limpios, entusiastas; ahora por el contrario, la apariencia de los Hare Krishna es lamentable: pantalones guangos, cadenas, la sikha alborotada, en la piel lucen tatuajes devocionales o sicodélicos, algunos en vez de sikha lucen una greña gigante. La imagen actual de los devotos no corresponde a la descripción, que en otro tiempo Srila Prabhupada hizo de ellos. Ahora más bien parece que forman parte de alguna de las tribus confusas que proliferan en el D.F.
Los gopas de la Colonia Obrera
En la grha de Durlabha Prabhu, que es la sede de la Krishna Chaitanya Mission en el D.F., los devotos, durante celebraciones especiales tales como Janmastami, se disfrazan de gopas (pastorcillos asociados directos del Señor Krishna).
Pero no vaya a pensar el lector que los devotos se disfrazan de gopas para participar en alguna obra de teatro, sino que lo hacen para sentirse más identificados con la modalidad de los vrajavasis. La idea de que los devotos mexicanos se vistan de esa forma fue de Su Santidad Sridhara Swami, uno de los sannyasis jóvenes de la Krishna Caitanya Mission.
Viéndolo bien, es igual de raro para un mexicano dejar la guayabera, y el pantalón de kakhi, y vestirse de gopa, que vestirse de dothi y kurta. Sin embargo, lo que realmente sí es lamentable es que se adoptan todas estas indumentarias autóctonas de la India pero se olvida algo en lo que insistió mucho su Divina Gracia, A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, y eso es la necesidad de predicar.
Falta de autocrítica: Un fenómeno común
La falta de autocrítica —que parece ser un fenómeno común en cualesquiera persona que arriba al poder— también se da entre los devotos del movimiento Hare Krishna. Por ejemplo, Visuddha Satva Prabhu dijo el otro día: “Todo el auditorio estaba muy interesado en la clase del domingo”. Claro, se refería a la clase que él mismo había dictado.
Sin embargo, dos personas que asistieron a esa misma clase, y quienes no tienen nada que ver entre sí, dieron sus respectibos comentarios al respecto en la mesa de redacción de Kaliya Didi.
El famoso Super Animal, que estuvo de visita en el templo, dijo lo siguiente: “La clase estuvo muy aburrida; la dio un señor grande que parecía extranjero, medio güero, de ojos claros”. Y agregó: “Se hizo un desmadre a la hora de distribuir el prasadam. Le sirvieron primero a los líderes, y luego a los devotos.”
Super Animal, sin siquiera pararse a coger aire, da de corrido su comentario: “Yo les grité, primero son las mujeres, los ancianos, y los niños. Y después los demás. Alguien hasta me felicitó por hacer eso, pero los líderes ni siquiera se dieron cuenta de lo que estaba pasando pues estaban muy ocupados comiendo su prasadam.”
Sin embargo Visuddha Satwa dijo esto sobre el mismo evento: “La fiesta fue muy bonita, muy ordenada. A mí me gustan mucho los mexicanos porque son muy piadosos”.
El segundo comentario fue de la charina Yogamaya, quien expresó que el discurso estuvo muy insulso y muy ajeno a la realidad, pues el orador hablaba sobre las sakhis, un tema presuntamente muy elevado, mientras que en el templo hay problemas elementales de orden y limpieza que nadie parece querer resolver.
La Didi sabe que Visuddha Satva está en México con planes de prédica científica y cultural. Debido a eso es bueno ofrecer una sana crítica que le permita reflexionar sobre su labor y ver cómo implementar una mejora continua.
Mahabhava dd no sigue las instrucciones de su Guru
La prueba de la confusión reinante entre los devotos Hare Krishna locales, es que no escuchan las instrucciones que les dictan sus gurus.
Por ejemplo, la madre Mahabhava devi dasi, quien vive en Monterrey, y es discípula iniciada de Guru Prasad Swami, desobedeciendo la instrucción de su gurudeva de que no se asociaran con miembros de otras misiones, especialmente sannyasis, recientemente recibió y hospedó en la finca campestre de uno de sus admiradores a Bhakti Vichar Bishnu Maharajá, quien es uno de los principales líderes de la Krishna Caitanya Mission. Cuando se le preguntó a la mataji Mahababa por qué se asociaba con Bishnu Maharajá si su gurudeva se lo prohibía, ella, en un tono airado, respondió:
A mí no me importa que mi guru esté en contra de los gurus de otras misiones; a mí lo que me duele es que en Monterrey, que es mi ciudad, hay muchos narcos, muchos Zetas, y muchos delincuentes. Lo que yo quiero es que por cada narco que entre a Monterrey, también entre un sannyasi, y no me importa la misión a la que pertenezca.
Elvira y los Semidioses
Es muy probable que el desequilibrio ecológico que azota al D.F. sea consecuencia de la diatriba explosiva de gurudeva Virabaho en contra de Radha Krishna Prabhu en torno a la importancia de los semidioses. Aunque el D.F. siempre ha sido muy llovedor en el verano, ahora hay amplios sectores de la población que han perdido sus hogares enteros debido a los torrenciales aguaceros.
De acuerdo con «El Bhagavad-gita Tal Como Es», la lluvia se debe a la ejecución sistemática de sacrificios, pues con el cumplimiento de los sacrificios se complace a los semidioses —en este caso al semidios Indra, quien propicia la lluvia. Hay que pedirle a Radha Krishna das que haga unas ofrendas al dios Indra para que la lluvia se regule, pues de lo contrario ésta arrasará al D.F.
El virus H1N1
Apareció publicada en el periódico la noticia que el virus H1N1 de la influenza porcina ya entró en su tercera fase en México. Se predicen cientos de miles de contagiados y algunos cientos de muertos.
Los expertos indican que la forma más rápida de contagiarse de esta influenza es entrando en contacto con el virus que despida otra persona. Si alguien enfermo se toca la nariz o estornuda, y otra persona entra en contacto con los virus generados por el enfermo, tiene muchas probabilidades de contagiarse.
¿Y cuál sería el caso con la flor que se ofrece a Krishna y luego se pasa de nariz en nariz durante el arati para que todos la huelan? Si alguien enfermo huele la flor, es altamente probable que le transmita el virus a las siguientes personas que la huelan.
¿Harán las autoridades del templo una norma que descontinúe compartir la flor entre todos por lo menos hasta que se acabe la contingencia epidemiológica? ¿O dirán que la flor ofrecida en el altar es como el río Ganges que nunca se contamina? Cualquier persona inteligente evitaría por el momento exponerse tanto al contagio en nombre de la "valentía devocional".
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