La Desviación de Paramadvaiti

por Astika das

RK me informa con su acostumbrado tono irónico que va a publicar otra nota sobre Paramadwaiti Swami. Me imagino que ciertos lectores de El Tambor dirán: “Ya chale con Paramadwaiti". Pero el Maharaj se ha ganado a pulso toda la cobertura que le está dedicando El Tambor. Aquí no se trata, como indebidamente alega su discípulo Kalki, de atacar por atacar, de ofender, sino de señalar las desviaciones que comete el Maharaj. De esa manera impedimos que se desvirtúe la memoria de Srila Prabhupada.

De hecho, yo sería más feliz si no tuviera que criticar a Paramadvaiti. Durante muchos años yo viajé a su lado por varios continentes. Vivimos muchas experiencias juntos en Suramérica, en Europa, en la India. En compañía de él recibí el darshan personal de grandes personalidades del mundo vaisnava. En varias ocasiones visitamos juntos el asrama de Srila Sridhara Swami, en Kolerganj, Navadwip, India; en Mayapur me introdujo de manera privada con Bhakti Pramode Puri Maharaj; en Costa Rica convivimos durante varios días con Narayana Maharaj. También juntos decidimos retirarnos de la misión Sri Chaitanya Saraswat Math, para dedicarnos a la misión Vrinda que yo dirigí durante varios años en México.

Mi esposa --Bimala devi dasi-- afirma que gracias a Paramadwaiti Swami yo construí mi casa del DF. Que en lugar de criticarlo, debería de estar muy agradecido por todo lo que ha hecho por mí. Y es cierto que en un sentido le estoy agradecido a Paramadwaiti Swami por haber visitado muchos centros Hare Krishna alrededor del mundo, y construido mi casa. Pero sobre todo, aprendí que si te distraes un milímetro del sendero espiritual te puedes caer, pues la vida espiritual es como una hoja de rasurar. Si te distraes al rasurarte, te cortas.

Yo creo que eso es lo que le pasó a Maharaj Paramadwaiti, que por andar con asuntos que no están directamente conectados con el bhakti, asuntos que, como dijo la madre Karuna, tienen más que ver con el karma que con el bhakti yoga --como el hecho de andar protestando contra los mataderos de vacas, promoviendo la limpieza de los rìos sagrados de la India, impulsando técnicas sicológicas como la oídaterapia, promoviendo la revolución de la cuchara-- descuidó su práctica devocional que consiste en leer escrutadoramente los libros de Srila Prabhupada y cantar con mucha atención el número de rondas prescrito.

PARAMADWAITI SWAMI NO CANTA RONDAS

El otro dìa RK me pregunto a quemarropa sobre el sadhana de Bhakti Aloka Swami. Yo le corroboré que efectivamente --a pesar de que Paramadvaiti siempre carga unas cuentas de japamala tan enormes que parecen macalotas, y de colgarse del pescuezo un kilo de madera del árbol Nim de Mayapur en el que supuestamente se sentó Caitanya Mahaprabhu-- el Maharaj no canta diariamente el número de rondas que Srila Prabhupada ordenó. Yo sé eso muy bien porque en muchas ocasiones nos tocó dormir en la misma habitación. Lo hice porque él mismo me lo pidió, pues a mí no me gustaba dormir a su lado porque tiene la costumbre de dormir con las luces encendidas.

Mi esposa --Bimala devi dasi-- también duerme con las luces encendidas. Ambos alegan que eso aleja a los Raksasas (malos espíritus). Aunque yo pienso que aleja el sueño. Yo ya estoy programado para despertarme siempre a la misma hora. Aunque me acueste a las 2 a.m., a las 6 ya estoy con el ojo pelón. Cuando dormíamos en la misma habitación, me levantaba y trataba de no hacer el menor ruido para no despertar a Paramadwaiti Swami. Sin embargo, él tiene el sueño muy ligero.

Tan pronto como él escuchaba que me estaba lavando los dientes, me gritaba: “Prabhu Astika, ¿quién era la bruja que preguntó sobre la reencarnación?" Una vez que le informaba al Maharaj la filiación de “la bruja”, comenzaba a hacer alguna descripción de lo lindos que son los mexicanos o algo por el estilo. En mi interior yo deseaba zafarme, pues sabía que si seguía prayalpeando con el Maharaj, luego durante el día no tendría tiempo de completar mis rondas. Pero mi timidez natural no me permitía ser sincero y revelarle mi mente al Maharaj.

A las primeras horas de la mañana, comenzaban las llamadas telefónicas desde varias ciudades de Suramérica. Los devotos de Bogota hablaban para informarle que fulanito de tal se había blupeado, y que sutanita se había tumbado a un bramacari. El Maharaj hacía algunos comentarios sobre lo estricto que era ese bramacari, pero que la energía ilusoria es aun màs fuerte, tan fuerte que tumba a cualquiera. Los devotos de Medellìn informaban que unos malandros pusieron un cartucho de dinamita en la finca.

La conversación luego se concentraba en “lo lindo” que son los devotos colombianos. Srila Prabhupada siempre le recomendó a los devotos que durante Brahma muhurta, que son las dos horas que anteceden a la salida del sol, sumergieran la mente en el canto del santo nombre. Sin embargo, eso es imposible en la vida de Paramadwaiti Swami, porque lleva una vida tan llena de dramas que no le permite concentrarse en el canto del mahamantra.

LAS MUSAS DEL MAHARAJ

Las fotos que recientemente aparecieron en El Tambor Rugiente, en las cuales aparece Bhakti Aloka Paramadwaiti Swami abrazando a sus discípulas, son una muestra fehaciente de su desviación. “¿Agarrado o agarrando?”, es el título del artículo donde aparecieron esas fotos. Dicho artículo recibió 14 comentarios, algo sin precedentes en la historia de El Tambor. ¿Por qué causaron tanto revuelo entre los devotos esas fotografías? Pues porque no era un hombre ordinario el que abrazaba a las mujeres; se trataba de un sannyasi, y las escrituras sagradas prohíben estrictamente que los sannyasis se relacionen libremente con las mujeres.

Srila Prabhupada siempre manifestó extrañeza por la excesiva familiaridad que hay en Occidente entre personas de sexos opuestos. De hecho, en alguna parte él declara que pensaba que su misión iba a fracasar en Occidente debido a la rigidez de sus principios. Pero curiosamente, a pesar de la rigidez de las reglas y regulaciones, su misión tuvo un éxito inusitado entre los Occidentales. Y fue precisamente por eso, por la rigidez de sus principios.

La falsa identificación corporal es la raíz de nuestros males. Y, de acuerdo con El Bhagavad-gita Tal Como Es, el impulso sexual es lo que nos mantiene engrilletados al mundo material. Por esa razón, en las escrituras sagradas, el sexo se ve como un mal necesario, y se prohibe la familiaridad entre los sexos. Se cuenta que Srila Bhaktisiddhanta Saraswati, el maestro espiritual de Srila Prabhupada, en toda su vida no derramó una sola gota de semen.

Hay una anécdota de la vida de ese santo que refleja nítidamente cuál era su concepción en relación a las mujeres. Según esa anécdota, en una ocasión una mujer se acercó al pódium donde él estaba sentado y le dijo: “Maestro, necesito hablar con usted.” A esto Bhaktisiddanta Saraswati le respondió: “Habla!” La mujer dijo: “Necesito hablar con usted, pero en privado.” Bhaktisiddhanta Saraswati le contestó: “Yo en privado no hablo ni con mi madre.” No es que Bhaktisiddhanta fuera un sangrón, o alguien que odiara a las mujeres. No. Él era consciente del peligro que existe en la relación relajada entre los sexos --en particular en el caso de un renunciante que ha hecho votos de celibato--, y estaba tratando de dar un buen ejemplo al respecto.

Srila Prabhupada ha declarado que la mujer es el agente secreto de maya. Sin embargo, en Occidente hizo algunas concesiones porque de no hacerlas el movimiento Hare Krishna no hubiera crecido. En los asramas más ortodoxos de la India a la mujer no se le permite cocinar ni adorar a la Deidad. Prabhupada abrió la puerta de los asramas occidentales a las mujeres porque era consciente de que si no lo hacía, los hombres occidentales no se sentirían atraídos al Movimiento Hare Krishna. Pero jamás hizo concesiones que comprometieran la pureza del movimiento.

Los sannyasis tienen estrictamente prohibido asociarse con las mujeres. Es conocido el caso del suicidio de Chota Haridasa, a quien el Señor Caitanya expulsó de su grupo íntimo de asociados simplemente por mirar de reojo a una mujer. Caitanya Mahaprabhu no se lamentó cuando supo del suicidio de Chota Haridasa, y simplemente comentó que había hecho lo correcto.

POSTURA DEL MAHARAJ QUE DESCONCIERTA A LOS DISCIPULOS

Al agarrar y abrazar a sus discípulas, Bhakti Aloka Paramadwaiti Swami confunde a los devotos. Les hace pensar que él es superior a Srila Bhaktisiddhanta Saraswati Thakur, quien no las abrazaba, pues a pesar de abrazarlas no se contamina con deseos lujuriosos. Y no cantar rondas, pero presentarse como un acharya vaisnava, lo hace aparecer como superior a Bhakti Promode Puri Maharaj, Srila Sridhara Swami y Bhakti Vaibhava Puri Maharaj, quienes a pesar de su avanzada edad continuaban cantando sus rondas.

Mi esposa el otro día me contó que en cierta ocasión una devota neófita que desconocía las reglas y regulaciones de los sannyasis, sin anunciarse se introdujo a la habitación donde se hallaba Bhakti Vaibhava Puri Maharaj, en la casa de Durlabha Prabhu. A pesar de que en ese momento Puri Maharaj ya frisaba los 90 años, al ver que la mujer invadìa su habitación comenzó a gritar como un histérico: “¡Saquen de aquí a esta mujer! Saquen de aquí a esta mujer!” A pesar de su avanzada edad, él tenía temor de volverse víctima de maya. Sin embargo, a pesar de que Paramadwaiti Swami es mucho más joven de lo que entonces era Puri Maharaja, se siente trascendental a maya.