Gaura Purnima en Tepoztlán

por Radha Krishna das

El domingo pasado fue Gaura Purnima, o la celebración del nacimiento del Señor Caitanya en Mayapur hace más de 500 años. Gaura Purnima significa la luna llena [purnima] del Avatar Dorado [gaura]. Y en efecto, la celebración siempre ocurre en esta luna llena particular del año. Sólo era necesario levantar la vista al cielo el domingo para ver el inmenso círculo radiante.

¿Me hubiera gustado estar este año en Mayapur para el evento? No estoy seguro de ello. En el pasado celebré muchas veces el Gaura Purnima allá. Durante la presencia manifiesta de Srila Prabhupada con nosotros, ¡Mayapur era el mejor lugar del universo entero dónde estar durante Gaura Purnima! Y así me tocó vivirlo en un par de ocasiones.

Sin embargo, con el transcurso de los años, las experiencias fueron cambiando para volverse frecuentemente desagradables y hasta intolerables. Esto es debido a los cambios que empezó a experimentar Iskcon luego de que Srila Prabhupada dejó este mundo. Tampoco debemos olvidar que durante el festival se llevan a cabo las reuniones anuales de la GBC, que le añaden una carga política al ambiente.

Fue en un Gaura Purnima de Mayapur cuando recibimos un comunicado oficial de que --súbitamente-- ya habían 11 acharyas autorrealizados en Iskcon, y sus asientos especiales fueron colocados en medio círculo alrededor del vyasasana de Srila Prabhupada. El ingenio gringo que antes le había brindado al mundo maravillas de la producción en masa tales como la Big Mac, el pan Wonder, la Coca Cola y las películas de Hollywood, ahora nos entregaba 11 almas puras instantáneas para nuestro regocijo y bienestar.

Este evento fue acompañado de innumerables discursos para justificar y convencer a la audiencia de que este nuevo sistema era lo que Srila Prabhupada hubiera querido. Lo anterior fue complementado con fotografías publicitarias de los acharyas, mantras compuestos para su alabanza, ensayos filosóficos sobre la validez del sistema, y biografías oficiales de tan elevadas almas. Toda una campaña publicitaria digna de la mejor agencia de Madison Avenue.

Años posteriores en Mayapur marcaron el nombramiento por votación de más y más gurus, incluyéndome a mí en 1986. ¡Vaya farsa! Los únicos requisitos para volverse guru eran no haberse caído mucho durante un par de años, tener cuates entre quienes toman las decisiones, e incluso a veces recurrir a amenazas si el nombramiento no era otorgado. Es el sistema de Guru-mático que existe hasta la fecha.

También abundan los jaloneos territoriales. Recuerdo la campaña que Pancho Swami, ahora Janardana Maharaja, inició allá en contra mía en 1984 por mi propuesta, junto con otros hermanos espirituales, de abrir un centro cultural en la ciudad de México (que al final sí abrimos). "Lo van a apachurrrar como a una cucarrracha", decía Pancho --con su acento gringo y retorciendo la boca como sólo él sabe hacerlo-- refiriéndose a lo que me iba a hacer una comisión de la GBC que investigaría la propuesta.

Los cabildeos actuales seguro que se relacionan con nombramientos vitalicios de sannyasi, guru, GBC, etc. En el caso de Latinoamérica, ya me imagino a Manonath corriendo por los pasillos del poder explicándole a la GBC la necesidad de que lo nombren guru, a Guru Prasad tratando de convencerlos que en su zona todo está bien, a Jagajivan amarrando su nombramiento de Ministro de Justicia, a Gunagrahi moviendo los hilos para ver si lo hacen GBC oficial y guru, a Paramgati llorando para que no le quiten el disfraz de sannyasi, etc.

Al ir al festival de Mayapur, creo que empecé a sentirme más a gusto cuando me alejaba de todo ese bullicio y me iba al math [templo ] de Srila Sridhara Maharaja o a alguno otro de la Gaudiya Math, a tan sólo participar en los kirtanes y bhajans que había ese día. Me alejaba además del interminable torrente de hindúes que llegaban a Iskcon Mayapur ese día a ver la arquitectura, los animalitos del zoológico y a tomarse la foto en las fuentes lotoformes.

El inevitable ambiente de politiquería, las almas liberadas no liberadas que deambulan en los jardines, los samadhis donde reposan despojos humanos de seres condicionados, los discursos donde se dice que personas ordinarias han descendido del cielo espiritual, los sannyasis caídos que se pasean impunemente, la comercialización del proyecto, etc., me ponen a dudar mucho sobre si realmente quisiera estar allí esos días. Esto, a pesar de que tengo varios amigos que viven allá, o que visitan para el festival, y a quienes tendría mucho gusto de encontrarme.

Sea como sea, este año me tocó pasar el domingo de Gaura Purnima en Tepoztlán, aunque ese no era el plan original. Estaba en el pueblito con mi hija ese fin de semana, y la idea era regresarla a su casa pasando primero un rato al templo de Bucho Montiel. Pero, por una alegre coincidencia, unos familiares suyos visitaron Tepoztlán el domingo y se la regresaron, evitándome el viaje a la capital.

Así que me encaminé a la casa de Jambavan y Krishnamayi para asistir a la celebración. Al evento llegaron más de 20 personas, hubo una ceremonia de fuego, los cantos, una explicación, y todo culminó con un banquete de prasadam auténticamente exquisito. O sea, una anormal normalidad y tranquilidad que aprecié muchísimo.

Sin embargo, siendo colaborador de El Tambor Rugiente, no pude evitar reflexionar sobre el evento del día. No, no tiene nada que ver particularmente con la fiesta en casa de Jambavan, sino con lo que está pasando con el Movimiento en general.

Krishnamayi y Jambavan eran originalmente miembros de Iskcon. Ella incluso fue uno de mis dos discípulos, y Jambavan fue iniciado por Bir Krishna Goswami (y ella luego se reinició con él). Sin embargo, les tocó ser testigos de tantas incongruencias dentro de Iskcon que gradualmente fueron explorando otras opciones. Vieron a Narayana Maharaja cuando vino a México; también se acercaron a Paramadvaiti Swami para ofrecerle apoyo a su grupo.

Sin embargo, en años recientes los he visto muy cerca de Srila BV Puri Maharaja. Esto inició desde que él vino a México, y continuó con la visita de sus sannyasis y ahora su sucesor Bishnu Maharaja. Las veces que hemos hablado de esto les he dado mi opinión de que están en una situación privilegiada, dado el cariño entre Srila Prabhupada y Puri Maharaja, y la integridad de los discípulos de Srila Puru Maharaja.

El caso de ellos refleja el inevitable peregrinar que deben efectuar quienes buscan congruencia en su vida devocional. Hay muchos grupos que dicen representar la conciencia de Krishna en México. No obstante, tengo la impresión de que una manifestación auténtica de la misma no tiene nada que ver con el tamaño del grupo, ni con los documentos legales que avalen su existencia, ni con las propiedades materiales que posea.

La autenticidad no se mide en esos términos. Si, por ejemplo, consideramos el nuevo y gigantesco Templo del Planetario Védico que Iskcon acaba de empezar a construir en Mayapur, nos preguntamos si eso hace a la institución más auténtica, y le garantiza a sus asociados progreso espiritual por la vía rápida. La respuesta es que no.

Es por eso que la sencilla celebración en casa de Jambavan y Krishnamayi se me hizo la mejor manera de celebrar Gaura Purnima este año. Quizá lo que ellos están haciendo representa la forma en que a futuro se va a desarrollar mejor la misión del Señor Caitanya. Un programa que se acerque lo más posible a lo que Srila Prabhupada estableció, sin trucos, sin invenciones, sin desviaciones, con la buena compañía de vaisnavas serios, y asumiendo activamente la responsabilidad progreso espiritual personal.