por Kaliya Didi
La serie de ocho entregas sobre Su Insanidad Virabahu das (alias Elvira) que apareció en «El Tambor Rugiente», se enriquece ahora con tres anécdotas que el Prabhu Astika le contó a esta Didi en la intimidad de su hogar, animados con un requeterrico banquete de prasadam preparado por su esposa, la mataji Bimala devi dasi.
Ring Ring
Astika das, antiguo director (headmaster, como elegantemente le llamaban en Iskcon) del Gurukula de México, cuenta que a principios de la década de los Ochentas se hallaba muy deprimido debido a que su relación con Pancadravida Swami —quien era el GBC de varios países de Latinoamérica entre los que se hallaba México— era tan mala, que se estaba viendo en la necesidad de blupearse de Iskcon.
En el preciso momento en que el apesadumbrado Astika das entraba a la habitación que ocupaban las autoridades de la vieja casona de Bucho Montiel, repiqueteó el teléfono. ¿Se imagina el lector de quién se trataba? ¡Correcto!, usted le ha atinado, era el mismísimo Elvira que desde los Angeles, California, llamaba buscando hablar con Pancadravida Swami.
Astika das cuenta que cuando Elvira lo reconoció se puso muy contento y le preguntó: —¿Cómo estás, Prabhu Astika?.
—Muy mal —le respondió Astika das sin poder disimular su malestar.
Elvira pregunto: —¿Pero por qué te sientes mal, Prabhu?
—Porque tengo muy mala relación con Pancadravida Swami, y tengo que irme de ISKCON.
A lo que completamente alterado Elvira respondió: —No hagas eso, Prabhu. No te vayas de Iskcon, pues afuera la vida está muy cara.
(Mejor vuélvete líder y vive a costa de los devotos.)
Elvira visita el Gurukula
En otra ocasión, Elvira y su esposa, la madre Karta, visitaron el Gurukula de México cuando estaba instalado en el Callejón del Ojito, en Coyoacán.
Mientras los gurukulis y sus maestros honraban el prasadam, Elvira contaba algunas de sus aventuras, tratando de demostrar que los devotos de Krishna son diferentes de los mortales ordinarios.
Dijo Virabahu: —Cuando mi esposa y yo llegamos al aeropuerto, la sala de recepción estaba atestada. No cabía ni un alfiler. No sé cómo, pero los karmis se dieron cuenta que nosotros éramos devotos, pues a pesar de que íbamos vestidos de karmis, todos se hicieron a un lado y formaron una valla para que mi esposa y yo pudiéramos pasar.
(Seguro que el Moises bíblico les ayudó, como cuando partió las aguas del río Nilo.)
Elvira y Kundali
En otra ocasión, nuestro protagonista Astika das, antiguo headmaster del Gurukula de México, asistió a un Ratha Yatra de Guadalajara. En el parque donde había concluido el desfile y los devotos celebraban su verbena, ¿a que no sabe el lector con quién se topó nuestro protagonista? Efectivamente, el lector le volvió a atinar, fue con el mismísimo Elvira, quien muy complacido por el inesperado encuentro le preguntó a Prabhu Astika: —¿A qué te dedicas, Astika?
Nuestro protagonista, no pudiendo ocultar su proverbial honestidad, respondió: —Últimamente estoy dedicado a la lectura de los libros de Kundali das. Después pienso traducirlos al español pues creo que lectura de esos libros ayudará mucho a los devotos de habla hispana.
En el rostro de Elvira se dibujo un rictus de desdén e intempestivamente respondió: —A mí, ese Kundali no me gusta para nada.
(Ni quien te hubiera preguntado.)
La Metamorfosis de Guru Prasad
Así como una mañana Gregorio, el personaje de la famosa novela de Franz Kafka «La Metamorfosis», apareció convertido en una cucaracha y se sentía incapacitado para incorporarse a la vida normal, se dice que Guru Prasad a veces se despierta sintiéndose un ciempiés, pues son tantas sus metidas de patas, que las dos que tiene una persona normal no serían suficientes.
Ring Ring
Astika das, antiguo director (headmaster, como elegantemente le llamaban en Iskcon) del Gurukula de México, cuenta que a principios de la década de los Ochentas se hallaba muy deprimido debido a que su relación con Pancadravida Swami —quien era el GBC de varios países de Latinoamérica entre los que se hallaba México— era tan mala, que se estaba viendo en la necesidad de blupearse de Iskcon.
En el preciso momento en que el apesadumbrado Astika das entraba a la habitación que ocupaban las autoridades de la vieja casona de Bucho Montiel, repiqueteó el teléfono. ¿Se imagina el lector de quién se trataba? ¡Correcto!, usted le ha atinado, era el mismísimo Elvira que desde los Angeles, California, llamaba buscando hablar con Pancadravida Swami.
Astika das cuenta que cuando Elvira lo reconoció se puso muy contento y le preguntó: —¿Cómo estás, Prabhu Astika?.
—Muy mal —le respondió Astika das sin poder disimular su malestar.
Elvira pregunto: —¿Pero por qué te sientes mal, Prabhu?
—Porque tengo muy mala relación con Pancadravida Swami, y tengo que irme de ISKCON.
A lo que completamente alterado Elvira respondió: —No hagas eso, Prabhu. No te vayas de Iskcon, pues afuera la vida está muy cara.
(Mejor vuélvete líder y vive a costa de los devotos.)
Elvira visita el Gurukula
En otra ocasión, Elvira y su esposa, la madre Karta, visitaron el Gurukula de México cuando estaba instalado en el Callejón del Ojito, en Coyoacán.
Mientras los gurukulis y sus maestros honraban el prasadam, Elvira contaba algunas de sus aventuras, tratando de demostrar que los devotos de Krishna son diferentes de los mortales ordinarios.
Dijo Virabahu: —Cuando mi esposa y yo llegamos al aeropuerto, la sala de recepción estaba atestada. No cabía ni un alfiler. No sé cómo, pero los karmis se dieron cuenta que nosotros éramos devotos, pues a pesar de que íbamos vestidos de karmis, todos se hicieron a un lado y formaron una valla para que mi esposa y yo pudiéramos pasar.
(Seguro que el Moises bíblico les ayudó, como cuando partió las aguas del río Nilo.)
Elvira y Kundali
En otra ocasión, nuestro protagonista Astika das, antiguo headmaster del Gurukula de México, asistió a un Ratha Yatra de Guadalajara. En el parque donde había concluido el desfile y los devotos celebraban su verbena, ¿a que no sabe el lector con quién se topó nuestro protagonista? Efectivamente, el lector le volvió a atinar, fue con el mismísimo Elvira, quien muy complacido por el inesperado encuentro le preguntó a Prabhu Astika: —¿A qué te dedicas, Astika?
Nuestro protagonista, no pudiendo ocultar su proverbial honestidad, respondió: —Últimamente estoy dedicado a la lectura de los libros de Kundali das. Después pienso traducirlos al español pues creo que lectura de esos libros ayudará mucho a los devotos de habla hispana.
En el rostro de Elvira se dibujo un rictus de desdén e intempestivamente respondió: —A mí, ese Kundali no me gusta para nada.
(Ni quien te hubiera preguntado.)
La Metamorfosis de Guru Prasad
Así como una mañana Gregorio, el personaje de la famosa novela de Franz Kafka «La Metamorfosis», apareció convertido en una cucaracha y se sentía incapacitado para incorporarse a la vida normal, se dice que Guru Prasad a veces se despierta sintiéndose un ciempiés, pues son tantas sus metidas de patas, que las dos que tiene una persona normal no serían suficientes.
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