sábado, septiembre 12, 2009

Elvira - Parte 8

Por Radha Krishna das

Pensábamos que con "Elvira - Parte 7" quedaba concluido el ciclo sobre Virabahu das. Total, había sido pura pena ajena lidiar con los exabruptos y ocurrencias de este guru oficial de Iskcon.


Sin embargo, en fechas recientes apareció en el «Sampradaya Sun» un nuevo texto que pone en evidencia una vez más el perfil real de Virabahu, muy ajeno a la imagen santurrona oficial.

Se trata de un texto de Ameyatma das intitulado “Historia de Cambios al Gita de Srila Prabhupada” publicado el 1 de septiembre. Ameyatma es un discípulo de Srila Prabhupada que vivió muchos años en Los Angeles. Él es un genio de las computadoras y programó las del museo FATE del templo.

Ameyatma cuestiona en su escrito los cambios editoriales que se le hicieron a los libros de Srila Prabhupada post mórtem. A principios de los 1980s, durante la era de los Tyrannoacharyas Rex, alguien ordenó la reedición de los libros de Srila Prabhupada para “mejorarlos”. Como resultado, el «Bhagavad-gita», el «Srimad-Bhagavatam» y otras obras fueron modificadas extensamente sin que hubiera ninguna orden de Srila Prabhupada para hacerlo. Este es un asunto que requiere un análisis profundo, pero que no es el tema de esta nota.

Lo que sí es tema de esta nota es lo que Ameyatma relata en su artículo sobre unos desplantes que tuvo Virabahu cuando lo invitó a su casa de Alachua, Florida, para un Sat-sanga. Pero dejemos que Ameyatma nos platique toda la historia.

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Durante 1996 o 1997, cuando yo vivía en Alachua, Virabahu nos hizo una visita. Él era entonces el GBC de Alachua. Éramos viejos amigos desde antes de que se volviera guru y luego GBC, así que invité a mi viejo amigo a la casa a un programa. Aceptó venir, y probablemente más de 50 devotos asistieron al programa. Al llegar me pidió un Gita para dar la clase. Le entregué mi ejemplar original de MacMillan [el Gita sin cambios]. Yo había estado evitando la controversia sobre los cambios que había hecho Jayadvaita. Yo simplemente no quería el nuevo Gita cambiado por las razones ya expresadas. Pero ya habían pasado muchos años de eso, y en 1996-1997 ya ni me acordaba de eso. Cuando le entregué a Virabahu el Gita original, él retiró su mano ya extendida cuando lo vio. Entonces me miró con incredulidad y me dijo: “¿Por qué me estás dando este Gita?”. Yo no estaba metido en política, y no entendí qué problema tenía Virabahu. Le dije: “Qué está mal, este es el único Gita que tengo”. Dijo él: “¿Qué? No puedo dar una clase con ese Gita”. Se volteó dirigiéndose a los demás en la habitación y dijo: “¿Podría ir alguien a su casa y traerme un Gita del BBT?”. Esto creó una controversia. Un devoto se me acercó y me preguntó qué tipo de señalamiento político estaba yo tratando de hacer dándole a Virabahu un Gita original. Otro me dijo que era poco correcto y caído tratar de forzar a Virabahu a dar una clase con “uno de esos” Gitas.

Así fue esto. Yo había estado evitando la controversia de los Cambios. Pero, ¿qué DIABLOS estaba pasando? Ese había sido hasta entonces mi ÚNICO Gita durante casi 25 años. Era la MISMA versión del Gita con la que Srila Prabhupada había dado clases durante años en todo el mundo. Era el MISMO Gita por el que luchó para recuperar los derechos de impresión. Este era el Gita de Srila Prabhupada, y sin embargo un GBC lo estaba tratando como si fuera veneno, como si fuera una cuestión política y desviada dar una clase con “ese” Gita (¿prohibido?).

No hay instrucción alguna de Srila Prabhupada pidiéndonos hacerle cambios masivos al Gita. Cuando recuperamos todos los derechos de SU Gita, lo único que pidió fue aumentar la cantidad de ilustraciones a color. Él NO pidió que lo editáramos y cambiáramos verso tras verso tras verso. Hasta el día del incidente, yo no tenía ninguna idea sobre la controversia relacionada con los “cambios”; yo tenía mis razones para rechazar los cambios. Pero después de eso pude ver, de nuevo, la mentalidad enfermiza de quienes apoyaron los cambios. Virabahu retiró su mano y ni siquiera quiso tocar el Gita original, como si fuese un veneno para él. Algunos me dijeron que dar una clase con ese Gita hubiera sido una declaratoria política. QUE BUENO, entonces yo voy a hacerles una declaratoria política en sus caras, si es así como ven las cosas. Este es el MISMO Gita con el que Srila Prabhupada habló, el que escuchó leer, y con el que dio clases. Pero ellos ni siquiera lo quieren tocar, considerándolo veneno.

Así, ustedes tienen una forma de ver las cosas, y se ponen del lado de Jayadvaita, pero no todos los discípulos de Srila Prabhupada lo vemos así. Algunos a veces nos expresamos con molestia y aspereza, pero eso no invalida el tema de fondo. Es una salida fácil llamarnos criticones caídos. Los que estamos inconformes no hemos tenido una voz durante años, por lo tanto nos frustramos al comunicarnos con quienes no estamos de acuerdo. La GBC se ha puesto formalmente del lado de los cambios, y son ellos quienes han politizado el asunto, y lo pude constatar en las acciones de Virabahu, quien retiró su mano para no tocar el Gita original y se rehusó a dar una clase usando la misma versión que Srila Prabhupada usaba. Él fue quien hizo un atrevido señalamiento político esa noche. Yo simplemente no tenía otro Gita. No estaba tratando de hacer ningún señalamiento, pero él y sus seguidores sí. Y no estoy de acuerdo con la visión política de ellos. Considero la visión y las acciones de Virabahu, y las de la GBC y de Jayadvaita Swami, como desviadas, basadas en la política y caídas.


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Vemos en este relato la cara arrogante, condescendiente e insensible de Virabahu. Pero en realidad la culpa de lo ocurrido allí no la tiene Virabahu sino Ameyatma, por invitarlo a su casa. Como dicen aquí en México: “La culpa no es del indio, sino de quien lo hace su compadre”. Ameyatma debió sospechar lo que podría ocurrir con Virabahu antes de permitirle el acceso a su hogar.

Ameyatma dice “invité a mi viejo amigo”, pero como podemos ver aquí Virabahu no tiene amigos, pues el mismo Ameyatma reconoce después que toda la actuación de Virabahu fue política. Una ocasión Charles de Gaulle dijo: “Nuestra Nación no tiene amigos, sólo intereses”. De la misma manera, toda la amistad y sonrisas que dispensan la mayoría de los GBCs son una máscara que oculta sus verdaderos intereses políticos.

¿Cuáles son las motivaciones de ellos? La motivación principal que tienen para comportarse así es el perpetuarse en el poder. Para ello hay que apoyar toda política oficial de la GBC, pues eso consolida a este grupo y le da cohesión. Y como la GBC respalda los cambios hechos a los libros de Srila Prabhupada, Virabahu tenía que actuar en congruencia con ello.

Lo más curioso aquí es que prácticamente ninguno de los miembros actuales de la GBC autorizó los cambios a los libros de Srila Prabhupada. Es más, la GBC jamás autorizó esos cambios oficialmente. No hay resolución alguna de la GBC que trate el tema de las modificaciones de los libros y proceda a permitirlos.

Y la razón de esto es muy sencilla. Los que permitieron estos cambios en los libros de Srila Prabhupada fueron los síndicos del BBT de finales de los 1970s y principios de los 1980s. Y estos síndicos eran mayoritariamente supuestos acharyas de Iskcon, en la época en que los acharyas deambulaban por encima de la GBC. Estos encargados del BBT eran Tamal Krishna, Ramesvara, Jayatirtha, Harikesa, Hridayananda, Bhagavan, y había un representante de India que creo era Jayapataka o Gopal Krishna.

Es probable que un ímpetu importante para reeditar los libros de Srila Prabhupada haya venido de Europa del Sur, de Bhagavan das. Él quería una versión más sofisticada de los libros y seguramente alguien le ofreció darle versiones con cambios masivos que se aplicarían a los lenguajes europeos y a versión en inglés que se publicaría en Inglaterra.

Yo recuerdo cómo hicimos un acuerdo con el BBT de Europa del Sur para tenerles listas nuevas versiones en español de los libros, para que se imprimieran allá en formato elegante, y Bhagavan estaba muy involucrado en qué términos se haría el trabajo.

En el caso del BBT Español, debo reconocer que las traducciones que ya había no eran muy buenas. Esto facilitó aceptar hacer nuevas traducciones a partir de las versiones reeditadas en inglés. Por ejemplo, la traducción original castellana del «Bhagavad Gita» era de 1975, y realmente no era buena. Lo mismo ocurría con el Primer Canto del «Srimad Bhagavatam». Entonces nos pusimos a hacer nuevas traducciones usando las versiones manoseadas pues eso era lo que ordenaban los síndicos del BBT.

Entonces, si Virabahu como GBC nunca aprobó las ediciones revisadas de los libros, y nunca ha sido síndico del BBT, ¿por qué tenía tanto interés en apoyar a los libros modificados que muchos consideramos apócrifos? La respuesta es que esta es una decisión política, porque hay que apoyar aquello que le da de comer sin hacer reflexión alguna sobre lo genuino del caso.

Claro, lo anterior no justifica que Virabahu fuera un grosero con Ameyatma. Alguien más cool hubiera actuado de manera más civilizada ese día. Quizá hubiera pedido amablemente la versión modificada, mencionando que —a su criterio— era más clara. O hubiera usado sin hacer desplantes la versión original del anfitrión (ya Ameyatma explicó que le dio ese libro por ser el único en su casa y no por alguna motivación política).

No únicamente Ameyatma se equivocó al invitar a Virabahu a su casa, sino que también se equivocó al no correrlo de inmediato cuando Virabahu salió con sus idioteces. “Si mi «Gita» no te parece lo suficientemente bueno, a pesar de ser el que Srila Prabhupada mismo utilizó toda su vida, entonces no eres digno de estar en mi casa. Levántate ateo y sal de aquí, o llamo a la policía. No eres bienvenido”.

Haber usado el Gita original ese día en casa de Ameyatma definitivamente hubiera transmitido en forma fiel lo que Krishna y Srila Prabhupada querían decir. Cualquier pasaje sin claridad podría haberse explicado durante la disertación del orador. Entonces, ¿qué necesidad tenía Virabahu de hacer semejante show de arrogancia y groserías?

Quizá la única explicación a esto es que Virabahu ya es así. Tiene ese condicionamiento y no puede evitar comportarse como un patán. Cuando le escribió a Daru Krishna seguramente lo hizo fuera de control, como poseído por sus demonios que lo obligaban a decir tanta babosada. Es como la fábula del alacrán, quien no pudo contener su naturaleza y terminó picando a la rana que lo transportaba en el agua.

Dicen que la víctima luego se vuelve el victimario. Dicen también que los atropellos y vicios en la familia se perpetúan de generación en generación. Virabahu ya nos reveló que tuvo una infancia desdichada pues su padre era un alcohólico que actuaba violentamente al llegar a su casa rompiendo puertas y muebles. Y Virabahu nunca me dijo si su padre también golpeaba a su madre o a él mismo, aunque no podemos descartar esa posibilidad. Madre e hijo tuvieron que huir de Argentina y establecerse en Maracaibo para alejarse de esa violencia que los convertía en víctimas.

Pero ahora la víctima se vuelve un victimario. Ya lo hizo con Daru Krishna, ya me calificó de ateo para intentar acallarme, y ya humilló a Ameyatma en público en su propia casa. El trasfondo de la salud mental es romper las disfunciones que se transmiten de generación en generación; que la violencia no se perpetúe, que la desconsideración no se perpetúe, que el desdén no se perpetúe. Pero en el caso de Virabahu eso no ha ocurrido.

El padre alcohólico y violento que murió alejado de su esposa e hijo se ha perpetuado en una versión devocional, en la persona de Su Divina Gracia Srila Virabahu Prabhu Maharaja.

—ÉCHENME MÁS FLORES. AHORA YO SOY SU PAPÁ.

Por tal motivo vemos a Virabahu dando de gritos siempre que su frágil seguridad existencial se ve vulnerada. Por tal motivo busca diferencias de superior e inferior. Por tal motivo ve todo en términos de amigos y enemigos.

Virabahu fue a Alachua y se puso a echar de gritos. Sin embargo, a pesar de la caballerosidad de Ameyatma, sus desplantes no pasaron desapercibidos. Aunque la GBC quería a Virabahu como su representante en Alachua, la comunidad lo rechazó. Dijeron que no iban a permitir que la GBC les impusiera al representante que se les antojara. Ellos iban a decidir quién sería el GBC de Alachua, y al tomar su decisión eliminaron a Virabahu.

Entendamos que la comunidad de Alachua siempre ha estado compuesta de devotos maduros y competentes, quienes no se dejan impresionar con cualquier baratija. En una comunidad así, en la que hay que dar verdadero ejemplo de solidaridad vaisnava, participar en los programas, ofrecer soluciones, tener visión, etc., pues allí no hay lugar para Virabahu. En consecuencia lo rechazaron y se buscaron a alguien más competente.

Pero Virabahu todavía puede impresionar en América Latina, donde los devotos han demostrado ser más “sumisos”, y cualquier espejito los deslumbra. Es tiempo de empezar a evaluar a los líderes de Iskcon Latinoamérica de manera más crítica y objetiva. Hay que hacer a un lado todo sentimentalismo, porque el verdadero perjudicado será quien siga ciegamente.

2 comentarios:

  1. ¡Cien vivas para Radha Krishna! En este artículo abordó con propiedad el tema de individuos disfuncionales que han asumido cargos importantes --eclesiásticos y/o administrativos-- en la misión de Srila Prabhupada (u, ¿otrora?).

    Virabahu es una persona que muy hábilmente se trepó en la escalera corporativa de ISKCON, pero en lo personal, no tiene ninguna aptitud para lidiar con personas y con cosas. En otras palabras, le falta el talento de convertir ideas en realidades concretas. O tan siquiera la capacidad de delegar en personas calificadas (¡por la sencilla razón de que son incapaces de crearlas! ...A lo sumo, son buenos agiotistas y demagogos).

    Y si a Virabahu le sumamos sus traumas infantiles, que se han traducido en delirios de grandeza y complejos de inferioridad (estas son conclusiones de la ciencia psicológica), cabe preguntarnos, ¿será que una persona así está cualificada para guiar a otros en la senda de la devoción? Yo respondo con un NO rotundo. En una ocasión mi desinstitucionalizado amigo Purushotraya Swami me dijo: "Para poder avanzar exitosamente en la conciencia de Krishna, primero que todo es indispensable que el candidato goce de salud mental". Primero que todo: ¡curémonos de nuestros padecimientos de cualquier índole!

    Por Dios, ¡tanta gente que ha quedado frustrada, amargada y hasta "quemada" por haber aceptado iniciación de "gurús" advenedizos, prepotentes y políticos! Individuos que inconscientemente (porque si fuera conscientemente, ¡sería un crimen abominable!) quieren resarcirse del daño que padres o tutores les inflingieron en las etapas iniciales de sus vidas! Y, ¿cómo se resarcen, se compensan mental y emocionalmente?: creando mitos; haciéndose de seguidores baratos e ignorantes --so pretexto de "aceptar voluntariamente el sacrificio que nos legó Srila Prabhupada"--. Estos individuos mentalmente enfermos, para paliar su poquedad, se llenan artificialmente con el reconocimiento hueco y otras dádivas materiales que aquellos les ofrecen. Sin embargo, la terrible tradegia es que estos seguidores incondicionales (la mayoría aquejados también de una o múltiples neurosis) se empecinan en mantener los ojos tapados con anteojeras, y seguir con "el carnaval devocional".

    No hay pecado más atroz que el de engañar y luego aprovecharse de la buena fe de los demás. Es precisamente esta razón por la que ISKCON Latinoamérica está por los suelos: el liderazgo lo han asumido personas que distan mucho del ideal devocional. No tienen respeto ni consideración hacia su prójimo, y ni siquiera los tratan como seres humanos, ¡qué decir como personas!

    Celebro que Radha Krishna haya incursionado en este campo tan intrincado y, a la vez, iluminador. Esta labor la podríamos llamar: "cursos de sanidad mental para principiantes".

    Para concluir, tal como dijo Srila Prabhupada, ¡paremos el "bluff"; pongamos fin a la fanfarronería! A los gurús locales se les está haciendo realidad el refrán: "el que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan". Reitero: opongámonos a que individuos sin el peso que requiere la grave función de ejercer como gurús", ejerzan como tales. Ellos pretender ser lo que no son. Y evitárselo y prevenir a los demás, es un principio básico de sanidad mental. Es misericordia.

    NOTA: Continúa en el siguiente comentario.

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  2. Como colofón de mi anterior ]comentario [A.d.] para sustentar mi punto sobre la idoneidad del gurú --qué decir que en virtud de sus traumas y samskaras (marcas mentales, en este caso, que han causado serios perjuicios a la mente) del pasado, les refiero el siguiente comentario devocional:

    "En virtud de las enormes importancia y responsabilidad que implica el dar y recibir iniciación, es lamentable que la mayoría de los casos tanto el discípulo como el gurú no tengan las cualificaciones para desempeñar bien sus papeles, y el valor del sacramento se pierda. Algunas personas se llaman a sí mismas gurús, cuando en realidad carecen de la gravedad necesaria para cumplir dicha función. Ellos meramente se hacen pasar como maestros espirituales genuinos impelidos por la insolencia nada más. Semejantemente, un discípulo de nombre sólo pretenderá tener la humildad de un buscador espiritual. Estos dos tipos de personas se encuentran mutuamente y se usan para obtener beneficios materiales tales como riqueza, fama y prestigio [y un sentido de "utilidad" en la vida]. La reciprocidad entre ellos se reduce a la consecusión de estos usufructos fugaces, y no a nada que tenga valor verdedero. Puede que ellos hagan bien su representación teatral; es más, puede que hasta se dediquen a adorar a la Deidad y a estudiar las escrituras; sin embargo, estas actividades son superficiales y carecen de sustancia interna.

    "Bhaktivinoda Thakura también dice en su cancionero 'Saranagati' que la vida del devoto es ejecutar el proceso de entrega total que fue enseñado por Sri Chaitanya Mahaprabhu: sikham saranagati bhakatera prana. Esta entrega implica adoptar seis actitudes diferentes, todas las cuales tienen que ser exhibidas con absoluta sinceridad. Si las personas no reviven en virtud de prácticar el proceso de entrega, entonces indistintamente de la actividad de prédica a la que se dediquen, ellas serán como simples actores representando un papel en el escenario. Si la predicación de principios religios se lleva a cabo de esta manera, ¿acaso es causa de asombro que estos predicadores se conviertan en el hazmerreír de la sociedad? Por esta razón la persona que no tenga el PESO de la realización espiritual plena, no debe enmugrecer el glorioso asiento destinado únicamente al gurú supremamente munificiente".
    Srila B. P. Puri Goswami

    ¡Sampradaya-acharya, Srila Prabhupada, Ki Jay!

    Aniruddha Das

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