por Radha Krishna das
Aunque nos han llegado avisos de que muchos discípulos de Hrdayananda das Goswami están muy molestos con quienes han distribuido y criticado sus bendiciones gay —y no me refiero aquí a lo publicado en «El Tambor Rugiente», sino al tsunami de críticas al Maharaja surgidas en Estados Unidos—, podemos concluir que esto proviene principalmente de sus discípulos y seguidores más ignorantes y sentimentales.
En cambio, sus discípulos más serios y pensantes, con criterio propio y con capacidad de reflexión, han tenido que enfrentar con este incidente un problema existencial mayor. Para ellos el Maharaja sí incurrió en una serie de desviaciones serias, y en una arbitrariedad.
Un ejemplo muy claro de esta emergente lucha existencial individual es lo ocurrido con el devoto Krishna Kirti das, un discípulo académico e inteligente de Hridayananda que publica, entre otras cosas, el erudito portal www.siddhanta.com/. Krishna Kirti das ha tomado cartas en el asunto y acaba de publicar la siguiente declaración:
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Queridos Devotos, Hare Krishna y por favor acepten mis humildes reverencias. Todas las glorias a Srila Prabhupada.
Como muchos de usted saben, he sido un discípulo iniciado de Hridayananda Goswami por muchos años. Sin embargo, considerando la noticias recientes en las que él bendijo unas bodas homosexuales, y su respuesta tan poco sincera a la comunidad de devotos sobre lo que hizo, he terminado formalmente mi relación con él como discípulo.
Eso es todo.
Quedo de ustedes en el servicio de Srila Prabhupada,
Krishna Kirti Das
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La anterior postura es simplemente una manifestación más de un fenómeno que se viene dando desde hace años en relación con Hridayananda Maharaja. Muchos devotos iniciados por él lo abandonan sigilosamente para refugiarse discretamente en Srila Prabhupada como siksa único. Yo conozco varios casos aquí en México, y los hay por toda Latinoamérica y Estados Unidos.
En general, llega un momento en el que los discípulos no pueden lidiar más con el ejemplo que ven en el Maharaja —que no se limita a las bendiciones gay. Los confunde el hecho que desde 1985 él decidió ya no vivir en templos de ISKCON para irse a refugiar frecuentemente con su mamá, que muchas veces en sus charlas y conferencias insiste demasiado en temas mundanos ajenos al siddhanta, que se esfuerza demasiado por lograr que los devotos lo adoren y glorifiquen, que lo ven participando en muchas actividades consideradas mundanas y no dignas de alguien que impuso para sí mismo el nombre de "Acharyadeva", y que le gusta rodearse de damas vaisnavas.
Un caso temprano de este éxodo —y que me tocó presenciar— fue el de Arkamitra das. Él era un gran campeón sankirtanero brasileño que había recibido primera iniciación de Srila Prabhupada en 1977. A finales de 1970s yo me encontraba una vez de viaje en Brasil y se me acercó él todo confundido y triste, pues me dijo que Hrdayananda Maharaja siempre le hacía énfasis en que él era su guru (pues le había dado la segunda iniciación). No sabía qué hacer y quería que yo le dijera algo al respecto.
Le señalé que el Movimiento estaba basado en Harinam y que si Srila Prabhupada lo había iniciado, debería considerarse su discípulo. Dije esto a pesar del criterio oficial que el GBC emitió en marzo de 1978, de que quienes tenían iniciación Harinam de Srila Prabhupada son principalmente ("... are his disciples mainly"), pero no exclusivamente sus discípulos, y que en su corazón deben darle al guru diksa un espacio compartido con Srila Prabhupada. Claro, tratar de imponer una relación guru-discípulo por decreto y por coerción es cosa fraudulenta. Así lo sentía Arkamitra y buscó el santo remedio, que fue decirle bye-bye a Acharyadeva. Me encontré a Arkamitra Prabhu en India en 1995 y me agradeció de nuevo esa plática que habíamos tenido más de quince años antes. Desde entonces me han tocado ver diversas modalidades de rechazo a Hridayananda das Goswami, algunas de ellas muy creativas e ingeniosas.
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