viernes, diciembre 31, 2010

Las Trampas de la Prédica

por Astika das

Algunos devotos creen que predicar consiste en repetir como perico lo que Srila Prabhupada nos enseñó, sin necesidad de entender lo que estamos parloteando. Por ejemplo, mi esposa --Bimala devi dasi-- siempre me atosiga con la siguiente cantaleta: “Ya dedíquese a predicar lo que le enseñó Srila Prabhupada, y deje de andar vendiendo arte, que es pura maya”. Lo que Bimala devi dasi ignora es que Srila Prabhupada rechaza que uno se vuelva sannyasi (un renunciante) de manera artificial, y pide que continuemos ejerciendo la actividad que nos corresponde como sudras, vaisyas, o lo que sea, y así alcanzar la purificación.

“¿De qué quieres que le hable a la gente? --por enésima vez le pregunto-- ¿De que no nos amamos? ¿De que vivimos separados no precisamente para practicar el celibato, sino debido a nuestras diferencias? ¿De que no coincidimos en las enseñanzas de nuestros respectivos maestros espirituales?”.

Repetir como perico es muy fácil. Uno puede predicar: “Sarva dharma parityaya” (“Abandona toda clase de religión y tan sólo ríndete a Mí”), sin entender su significado en nuestra vida diaria. Predicar no significa sentarse en la asana y parlotear ese verso del Bhagavad-gita, mientras que su comportamiento cotidiano está lleno de incongruencias.

PREDICAR EMPIEZA CON PRACTICAR

El predicar empieza con uno mismo. En mi caso significa --antes que nada-- mejorar diariamente el canto de las rondas, leer con más atención El Bhagavad-gita Tal Como Es, esforzarse por seguir los principios regulativos, ser honesto en el trabajo, relacionarme afablemente con los clientes, leer El Tambor Rugiente y hacer los comentarios pertinentes, y escribir sobre temas relacionados con el servicio devocional que sirvan para aclarar la mente de los devotos.

¿Qué le podemos a predicar al público si nuestro propio comportamiento es incongruente? Y eso es lo que me temo está ocurriendo con Bimala devi dasi. De acuerdo con las enseñanzas del Srimad Bhagavatam, la mujer debe ser casta y sumisa con su marido. Aunque mi esposa es casta, no es sumisa.

Aclaremos que no estoy invocando aquí el sentido de sumisión que prevalece en la India. Por ejemplo, hace varios años me hallaba en la terraza del templo de la Sri Caitanya Saraswath Math cuando se nos acercó un discípulo hindú de Srila Sridhara Swami. Visiblemente consternado nos relató que, durante el darshan, su guru había declarado que si el marido le pide a su esposa cocinarle carne, ella debe complacerlo porque su marido es su guru. También dijo que si el marido desea sexo, la esposa lo debe complacer.

Debemos considerar que Su Santidad Srila Sridhara Swami jamás salió de India. Por lo tanto, su audiencia estaba generalmente formada por devotos hindúes que mantienen esas costumbres locales matrimoniales. Por otra parte, Srila Prabhupada estaba educando a occidentales, quienes mantienen una mayor igualdad entre la mujer y el hombre. Por tal motivo, él no hablaba de una sumisión femenina como la de India, ni nosotros debemos explotar ese concepto de sumisión para intentar explotar a la mujer.

Lo que estoy tratando de explicar aquí es que para la mujer occidental no es fácil ni se espera que practique el tipo de sumisión al marido que se acostumbra en India. Sin embargo, sí debe haber una actitud elemental que solidaridad, respeto y compañerismo con el esposo para que la relación matrimonial tenga sentido. Esto hasta los karmis lo saben. Pero aunque Bimala me predica que me ponga a predicar, ella tiene una gran incongruencia en su papel de esposa, incluso cuando sirve a devotos mayores y hace programas devocionales.

Bimala devi dasi y yo llevamos casi 30 años de casados, y en todo ese tiempo nunca la he podido convencer de la necesidad de poner servilletas y salero en la mesa. Por esa razón, cuando almuerzo en algún restaurante --que lo hago muy a menudo por razones de trabajo-- y el mesero muy servicial me comenta: “Aquí, señor, usted comerá como en su casa”, yo, sorprendido, le respondo: “¡Por favor no la chingues, qué allí no hay ni saleros ni servilletas!”.

Lo más curioso es que cuando Vishnu Maharaj visita mi griha, entonces sí hay salero, sí hay servilletas, sí hay chapatis, sí hay salsa, sí hay guacamole, y a la 1 pm el banquete de prasadam está listo y todos se disponen a recitar el “Sarira avidya jal”.

En cambio, cuando sólo estoy yo --a pesar de que soy brahmana, discípulo de Srila Prabhupada, y quien paga por el mantenimiento de la casa-- pueden ser ya las 4 pm y en tono suplicante tengo que preguntarle a Bímala: “¿A qué hora estará listo el prasadam?”. A regañadientes ella me responderá: “Ya mero sale”. Ese ya mero puede significar 2 horas más, y cuando finalmente sale el prasadam de seguro no habrán servilletas ni salero en la mesa, y qué decir chapatis. A mí me fascinan los chapatis, pero estoy resignado a comerlos solamente cuando los grandes devotos visitan mi griha.

VISHNU SWAMI RECOMIENDA NO VISITAR RESTAURANTES

En la última visita de Vishnu Maharaja a México, durante una clase vespertina, dijo él que el devoto no debe comer bhoga, porque la comida que sirven en los restaurantes es asquerosa. Los devotos no respondieron ni pío, porque evidentemente ninguno de ellos frecuenta buenos restaurantes donde sirven excelentes ensaladas vegetarianas y otros platos que se benefician de un sincero “Sri Vishnu, Sri Vishnu, Sri Vishnu”.

El caso es que por esos días yo había almorzado en el restaurante paquistani Tandori, y mi opinión acerca de esa comida no coincidía para nada con la opinión del sannyasi. Yo le respondí que por razones de trabajo con frecuencia tenía que comer en restaurantes karmis pues --salvo por Govinda, el restaurante vegetariano de ISKCON-- no hay dónde comer prasadam. Los devotos consideraron impúdico que yo le mencionara esto al Maharaj. Para los devotos que frecuentan la griha de Durlabha Prabhu, ser sumiso implica ser un “agachado” y no discutir con los swamis, porque ellos son la autoridad. Pero Srila Prabhupada nunca nos enseñó a ser agachados, sino ser veraces, honestos y abiertos, cosa que desconoce la mayoría de quienes no son discípulos suyos.

Como decía, Bimala devi dasi no es muy sumisa. Sin embargo, en el pasado sí lo era. No practicaba esa sumisión estilo hindú ya referida, pero por lo menos me tenía cierto respeto y trataba de acatar mis indicaciones. Pero a partir de que publiqué El Tambor Batiente las cosas cambiaron. Lo más curioso es que al principio ella hasta me ayudó a distribuirlo en los templos y en los Ratha Yatras. Pero en cierta ocasión que yo andaba de viaje de negocios, unos devotos de ISKCON y de Vrinda visitaron mi griha y le lavaron el coco a mi esposa. Entre otras cosas le dijeron que era homosexual, que todo lo que escribía en El Tambor Batiente eran puras ofensas contra los vaisnavas, y que por esa razón yo y toda la familia nos iríamos al infierno. A partir de entonces ella cambió mucho.

Sin embargo, tengo que reconocer que, a pesar de estas desavenencias, veo que a otros devotos les está yendo peor. En una ocasión, en el asrama de Vrinda, en Vrindabana, India, yo me quejaba amargamente con Premananda das --no el de Guadalajara, México, sino uno de los principales líderes del movimiento Hare Krishna en España-- de mi relación con mi esposa. El me pidió que le explicara en detalle el caso. Cuando terminé mi explicación él me dijo: “¡Hermano, date de santos, tú estás en la gloria. Las devotas europeas, y específicamente las españolas, son horribles!” Y continuó: “Las europeas te quitan la griha, te quitan los hijos, y te bajan mensualmente US $ 500 para su manutención".

LA DEIDAD COMO TESTIGO DE MIS DIABLURAS

Aunque lo anterior es un consuelo, siempre sigo teniendo sorpresas debido a la falta de elemental solidaridad por parte de mi esposa. Recuerdo que en la víspera de uno de mis prolongados viajes de negocios, Bimala devi dasi me dijo: “Necesito hablar con usted.”
“Hablé” , le respondí yo.
“Pero aquí no”, dijo ella.
“Entonces, ¿dónde?”, intrigado pregunté.
“En el templo --dijo Bimala--, para que la Deidad sea testigo.”

Eso de hablar frente a la Deidad se me hace una total faramalla, pero accedí para complacer a mi esposa. Una vez que estuvimos frente a Sus Señorías Goura Nitai, Bimala devi dasi levantó del altar un adminículo de metal y, luciendo amenazante y con intenciones de exorcizarme, lo puso frente de mí mientras decía: “¡El péndulo dice que usted me engaña!”.

“¿Que yo la engaño? --pregunté desconcertado, y luego añadí-- ¿Y se puede saber con quién?”
“Sí” -respondió amenazante Bimala devi dasi- “Con Nrisimha Thirta.” (Ese es el devoto que en algunas ocasiones me ha acompañado de asistente en mis viajes de negocios, y quien e botaría de la risa si escuchara tales tonterías)

Y recuerdo otra instancia muy ilustrativa. Mi esposa inició, y mantuvo durante cerca de un año, un programa de distribución de prasadam. Para llevar a cabo este programa nunca me consultó nada. Por sus pistolas ella inició el programa. Naturalmente yo no me opuse. Al contrario, yo cooperaba con 500 pesos semanales. Al lado de la mesa en la que distribuía el prasad, ella colocaba una manta con el mahamantra y una tabla en la que se explicaba la diferencia entre los carnívoros y los vegetarianos. En esa tabla se explica que los animales carnívoros tienen garras, que sus intestinos son muy cortos, y que tienen caninos para rasgar. Pero, a pesar de que esa información era parte de la prédica, mi esposa no la pone en práctica en su vida personal.

EL ROCKY Y LA RASA DOS PERROS VEGETARIANOS

Contraviniendo la información de la tabla que ella misma está difundiendo sobre la diferencia entre carnívoros y vegetarianos, mi esposa siempre se opuso a alimentar con carne --ni siquiera croquetas-- al Rocky y la Rasa, los dos perros de la casa. Según ella, alimentar con carne a los perros fomenta la matanza de animales y eso es criminal. En realidad, Srila Prabhupada se oponía a la matanza sistemática, indiscriminada de animales. Pero en ninguno de sus libros se alude a perros vegetarianos.

En Janmastami el Rocky amaneció muerto. Yo todavía estaba acostado cuando Bimala devi dasi apareció en la puerta de mi habitación y me informó: “El Rocky dejó el cuerpo”. El Rocky ya estaba un poco viejo, pero no tanto, pues de acuerdo con los cálculos perrunos debía andar en los 70 años. La noche antes del Janmastami me encontré al Rocky echado en la puerta de la casa, rodeado de huesos, trapos y botes. Hedía a los mil demonios, una mezcla de azufre con huevo podrido. Mi vecino --Lucio-- me explicó que el Rocky probablemente se había tragado una rata envenenada. El muy pecaminoso no se conformó con la dieta vegetariana que le impuso Bimala, sino que en su instinto animal incluso se había devorado a la rata, y tuvo que sufrir ese karma.

Y a los pocos días de que falleció el Rocky, también falleció la Rasa. La dieta vegetariana no le dio las defensas necesarias para soportar la embestida de un rotavirus. La pobre perrita se puso triste, triste. Bimala quería curarla con té de manzanilla, pero yo le exigí que la llevara al veterinario. El veterinario le hizo la lucha pero fue demasiado tarde para poder salvarla y murió por no entender que la dieta vegetariana era, según Bimala, lo mejor para ella.

miércoles, diciembre 29, 2010

Samadhi de Srila Narayana Maharaja

.
¡Su Divina Gracia
Srila Bhaktivedanta Narayana Maharaja
partió de vuelta a casa,
de regreso a Dios!


Por Aniruddha das
Guatemala, 28 de diciembre de 2010.


Hace menos de una hora, mientras mi esposa chateaba con un vaisnava a quien ella considera su hijo, éste le informó de súbito que Srila Narayana Maharaja había ejecutado su pasatiempo de aprakrita-lila. Para corroborar definitivamente la noticia, de inmediato accedimos a backtobhakti.com. La página principal, en efecto, anunciaba la entrada en Goloka Vrindavan de Om Vishnupada Paramahamsa Astorata Sata Sri Srimad Bhaktivedanta Narayana Maharaja Gurudeva.

Yo tuve la inmensa, inapreciable fortuna de haberme asociado regularmente con esta excelsa alma, que no sólo fue un amigo íntimo de Srila Prabhupada (Prabhupada personalmente le pidió que se encargara de realizar sus ritos fúnebres —colocar solemnemente su divino cuerpo en la cripta especial de samadhi— un poco antes del 14 de noviembre de 1977), sino que también, al igual que nuestro amado Srila Prabhupada, es un asociado eterno de Sri Sri Radha-Krishna. Así que, de primera mano y por vivencia personal, me consta que Srila Narayana Maharaja era un suddha-bhakta, un devoto puro de la más alta jerarquía.

Hace menos de un año platicaba con un viejo amigo mío, un vaisnava que en la década de los ochenta se refugió en Sripada Bhakti Aloka Paramadvaiti Swami. Es una persona muy inteligente y además, con bastante experiencia institucional. En el curso de la charla, yo destacaba la fenomenal campaña de predicación mundial que Srila Narayana Maharaja comenzó en 1996, y que repitió ininterrumpidamente cada año, 2010 inclusive, y en la que había circundado 16 veces el globo terráqueo para difundir el mensaje divino de la conciencia de Krishna. Tras terminar un elogio en particular, mi amigo vaisnava se quedó muy pensativo y a continuación, mirándome fijamente a los ojos, me dijo con voz suave y grave a la vez: “¡Srila Narayana Maharaja es el mejor discípulo de Srila Prabhupada!”

“¿Por qué?” —le pregunté con curiosidad—.
“Porque es el que mejor entendió cómo se debía difundir masivamente la conciencia de Krishna. Además, porque el mejor que nadie, puso en práctica la breve y profunda sentencia que profirió Srila Prabhupada: ´La conciencia de Krishna no es un estereotipo´, y enseñó, para ejemplo de todos, que no hay que avenirse a la forma, sino al espíritu, a la esencia de las instrucciones que nos legó Srila Prabhupada”.


En junio de 1997, un grupo de devotos esperábamos ansiosamente la salida de Srila Narayana Maharaja del interior de la sección de migración y aduana del aeropuerto Juan Santamaría, en San José, Costa Rica. Nos habíamos congregado, como todos los que esperan la llegada de familiares o amigos, en una especie de pequeña explanada afuera de la puerta de salida del recinto de aduana. Maharaja y su comitiva ya se habían retrasado casi dos horas en el interior del aeropuerto. Los vistas estaban registrando todo el contenido del montón de maletas de la comitiva, que incluía hasta una cama desarmable.

El kirtana se prolongaba más y más. Y de alguna manera, por ser el único consuelo, el canto de los Santos Nombres de Krishna se hizo más dinámico y nectáreo. La melodía del maha-mantra subía de tono y de sentimiento al compás del dulce, rítmico golpeteó de la mrdanga. Éramos un grupo de casi 30 devotos. Los pasajeros de vuelos posteriores al de Maharaja salieron sin novedad, mas éste no aparecía. Aquellos salían de una puerta automática corrediza y después se dirigían, uno detrás de otro, en fila, a una sola puerta giratoria, por donde pasaban todos. Los minutos corrían y el tañido de los címbalos, que acompañaba el canto en congregación del maha-mantra, no cesaba de difundir su aguda vibración sonora.

De pronto, alrededor de las nueve de la noche, en un momento que se había congregado una multitud como de 250 personas en el área de espera, la puerta corrediza se abrió, y la delgada pero prominente figura de Maharaja, envuelto en hábitos de color anaranjado tenue, apareció ante nuestros ojos expectantes. Los devotos gritamos estruendosa y eufóricamente al unísono: “¡¡¡KI JAYA!!!”

Maharaja se detuvo un instante y luego alzó los brazos. Acto seguido, con su comitiva detrás suyo —aproximadamente 15 devotos, incluyendo a su infaltable sirviente personal, Navin Krishna dasa Brahmacari (hoy, Sripad BV Madhava Maharaja)—, encaminó sus pasos a la puerta giratoria, la única salida. Los devotos corrimos y nos agolpamos en torno a la aspa de la puerta que iba a empujar a Maharaja. Y, finalmente, al tenerlo cara a cara, …¡los devotos se tiraron al piso para ofrecerle reverencias dandavats y/o agacharse para tocar sus pies de loto! ¡Se formó una turba! Yo recuerdo que me eché un clavado tipo Joaquín Capilla, el “tritón azteca”, y caí en las espaldas de dos devotos. Como pude, me abrí paso a ras del piso y luego, cuidándome para que no me pisotearan la cabeza, posé mi frente sobre los pies de Maharaja. Cuando me incorporé, …¡Maharaja me dio un tierno abrazo! Luego, de la manera más espontánea, abrazó, uno tras otro, a los 8 ó 9 devotos —los más vehementes—, que tenía a menos de un metro de la puerta giratoria. Y para sorpresa mía, indudablemente impelidos por la voz de su superalma, tras ver aquellas muestras de júbilo y respeto sin parangón, …¡las personas que esperaban en la explanada empezaron a acercarse a Maharaja para abrazarlo! Y Maharaja, sin ningún reparo sino más bien lleno de magnanimidad, empezó a dar abrazos a diestra y siniestra. ¡Las personas perdieron el interés en los familiares que esperaban, y formaron filas para abrazar a Maharaja!


Muy feliz de haber tocado los pies de aquel santo, me acomodé en la parte posterior de la explanada, como a doce metros del lugar donde tenía lugar el recibimiento. Mientras contemplaba esa escena gozosa y conmovedora, una persona se me acercó, y con la voz temblorosa y la piel pálida debido a la emoción, me preguntó: “¿¡Verdad que él es como el papa!?”. “¡Sí!”, le respondí.

Una vez saciada la multitud exultante, Maharaja caminó al lugar donde estaba aparcado el coche que lo llevaría al templo. Al notar que eran pocos los devotos que acompañaban a Maharaja, yo me dije en mi interior: “No pierdas la oportunidad de volver a dar un abrazo a Maharaja ¡Oportunidades como éstas son muy raras en la vida!”. Acto seguido, apresuré mis pasos hasta alcanzar a Maharaja. Por estar a sus espaldas, lo llamé desde atrás: “¡Maharaja!”. Cuando éste se volteó, noté que su rostro estaba bañado en lágrimas. Sin decirme nada, casi adivinando mi intención, ¡Maharaja me dispensó otro abrazo!

Aquel festival de hari-katha duró 9 días, período durante el cual Maharaja hizo una soberbia disertación sobre los diversos tipos de devotos puros, comenzando con Dhruva Maharaja, luego Prahlad Maharaja, luego Hanuman, luego los Pandavas, luego Arjuna, luego Uddhava, y finalmente, los habitantes de Vrajabhumi. Tras describir a los habitantes de Vrindavan imbuidos de sakhya-rasa y vatsalya-rasa, Maharaja concluyó su exquisita serie de clases describiendo el máximo nivel de devoción pura a Krishna: el amor de las gopis, que encuentra su cenit en Srimati Radharani. ¡Hari bol! Como dijese Srila Sridhar Maharaja, el eminente hermano espiritual de Srila Prabhupada, muy claramente pude percibir que Srila Narayana Maharaja era la nueva expresión, tangible y vivificante, del “descending grace” [“la gracia descendiente”] que continuamente “baja” de la región más elevada del mundo espiritual [“from above”], directamente de los corazones, saturados de compasión, de Radha y Krishna. Lo único que se requería para tomarla era un poco de amplitud mental y romper con los rígidos, fanáticos (y por lo tanto, excluyentes), esquemas característicos de las religiones autoritarias.


Muchas veces más tuve la fortuna de asociarme con Srila Narayana Maharaja Gurudeva, a quien acepté como mi venerable siksa-guru. De él aprendí y seguiré aprendiendo preciosas, iluminadoras e inéditas lecciones sobre servicio devocional puro. En San Diego, en 2002, tras ofrecer “Crores y crores de dandavat-pranams”, primero a los pies de loto de su diksa-guru, Srila Bhakti Prajñana Kesava Maharaja, y seguidamente las mismas “crores y crores de dandavats-pranams” a los pies de loto de su siksa-guru, “Srila Bhaktivedanta Swami Maharaja Prabhupada”, dijo: “¡Todo lo que tengo, todo lo que he hecho, se lo debo a él, mi priya-bandhu y siksa-guru! Él me ha mandado hombres, dinero, …¡todo!”. Acto seguido, la voz se le quebró. Por espacio de casi dos minutos, mientras una nutrida concurrencia presenciaba el suceso conmocionada y silenciosamente, Maharaja hizo un gran esfuerzo para reprimir sus sentimientos. Tras deliberadamente tragar saliva cuatro o cinco veces, Maharaja retomó el curso de su discurso. ¡Fue un momento muy emotivo e intenso!

Finalmente, les relato una anécdota conocida muy poco: el 14 de noviembre de 1977, a las 7:30 p.m., nuestro amado Srila Prabhupada entró en aprakrita-samadhi. Se comisionó a una cuadrilla de devotos y trabajadores para que excavasen la fosa donde al día siguiente se iba a colocar, en medio de ritos y canto de mantras póstumos, el divino cuerpo de Su Divina Gracia. Al rayar la medianoche la mayoría de los sannyasis y devotos en general ya estaban en sus respectivos dormitorios para tratar de recuperar un poco sus mermadas fuerzas. A las dos de la madrugada del día 15 de noviembre, el reducido grupo de devotos que había estado cantando kirtana en la nave del templo de Krishna-Balaram Mandir, empezó a mermar. A las tres y media de la madrugada, …¡sólo un devoto quedaba en el templo, cantando bhajans para glorificar y complacer a Srila Prabhupada! Su voz era dulce y melodiosa; pero sobre todo, “impregnada de devoción”, recuerda el brahmacari que estuvo a cargo de cavar la fosa. Pasaron muchos años antes que este último se volviese a topar con ese único devoto que cantó toda la noche y toda la madrugada —muy frías ambas— en alabanza del sakti-avesasa avatara y yuga-acarya del sampradaya Brahma-Madhva-Gaudiya, nuestro carísimo Srila Prabhupada. Y, ¡lo reconoció!: ¡ese devoto abnegado, colmado de devoción, era Srila Narayana Maharaja!

¡Todas las glorias sean para Srila Bhaktivedanta Narayana Maharaja Gurudeva!
¡Todas las glorias sean para Srila Bhaktivedanta Swami Maharaja Prabhupada!

[Imágenes: Costa Rica, junio de 1997.]

Pausa decembrina


Estimados lectores de El Tambor Rugiente:

Habrán notado una falta de actividad en El Tambor Rugiente durante el mes de diciembre. Esta fue una situación inevitable ocasionada por el trabajo y otros pendientes de su coordinador editorial, y que no permitieron dedicarle al blog el tiempo que merece.

Sin embargo, con este aviso estamos retomando nuestras actividades rugientes. Aprovechamos la presente para desearles un tranquilo fin de año y lo mejor para el 2011 en su vida personal y en su servicio a Srila Prabhupada, los vaisnavas fidedignos, la sucesión discipular, el Señor Caitanya y al Señor Krishna.

Gour Premanande
Su sirviente
Radha Krishna das

lunes, diciembre 06, 2010

Incomunicación Devocional

Por Astika das

Los empleados del Hotel León –de León, Guanajuato- se mostraron muy contentos al ver que yo volvía a hospedarme con ellos. Durante 1991 y 1992 pasaba una de cada cuatro semanas del mes en dicho hotel, así es que mi presencia llegó a ser familiar allí. Sin embargo, por razones de economía, últimamente decidí hospedarme en el Hotel Montreal, el cual, al igual que el Hotel León, está situado en el centro de León, solo que las instalaciones son más sencillas, y por consiguiente cuesta la mitad.

“¿Por qué nos había abandonado, don Oscar?” --me preguntó Martita, la recepcionista quien se mostró realmente emocionada cuando me vio entrar al Hotel. Martita es bajita, regordeta, de piel morena, siempre muy acicalada, y muy interesada en la lectura de los libros de superación personal. Asimismo, el jefe de meseros, Arturo, a quien, evocando el famoso poema Por Mi Madre Bohemios, siempre le llamo "el de noble corazón puro", y el gerente, José Remedios, se acercaron hasta la recepción del hotel, y no dejaban de darme muestras de cariño.

Soy consciente de que tantas atenciones no son gratuitas, y que en algo influye el hecho de que esté pagando el hospedaje diario. Sin embargo, en México hay muchísimos hoteles más caros que el Hotel León, y los clientes no reciben tantas atenciones de parte de los empleados. En realidad, yo me sentía feliz de que los empleados no me trataran como a un huésped ordinario.

En el pasado, José Remedios, el gerente del Hotel León, y yo hemos sostenido largas conversaciones acerca de la vida familiar, del celibato, del propósito de la vida humana. Yo le he regalado varios libros de mi maestro espiritual, A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, y tan pronto como terminé de registrarme en el hotel me confió que su relación con su hijo de 17 años es un poco tensa. Asimismo me confesó que le acababa de regalar a su hijo el bestseller "El Monje que Vendió Su Ferrari.”

DE MACACOS Y DEVOTOS PUROS

Le confié a Remedios que yo ya había leído ese libro, y que pienso que su lectura le puede resultar contraproducente a su hijo. A mí la impresión que me dejó la lectura de "El Monje que Vendió Su Ferrari" es que el autor conoce la filosofía de India, y la manipula para hacer negocio con la candidez del público occidental. Los chicos de hoy en día no pueden abandonar ni sus tennis Nike, ni su celular, ni su IPod., qué decir de abandonar su Ferrari. En la actualidad los chicos no encuentran empleo, entonces, ¿cómo podrán comprar un Ferrari?, y mucho menos abandonarlo.

Le recomendé a Remedios que antes de darle a su hijo un libro con enseñanzas esotéricas, mejor le regalara unos que le informen cómo consolidar su posición en la esfera material, porque saltar a la metafísica sin primero entender la física me parece algo inútil.

VRAJAVASI Y EL BHAGAVATAM

Eso me hizo recordar que hace algunos años, en el templo de Tiburcio Montiel, Vrajavasi das dijo --refiriéndose a la audiencia-- de forma un tanto abrupta mientras dictaba la clase de El Srimad Bhagavatam: “Ustedes son unos macacos; antes de ser devotos puros traten de convertirse en ciudadanos ejemplares.” Sin duda, alguna de entre muchas otras cosas, eso es lo que pasó en ISKCON --que los devotos, sin haber logrado la purificación de la materia, de pronto se vieron situados como los grandes jefes del GBC, en sustitución de Srila Prabhupada, y se alucinaron con el poder, con el dinero, y convirtieron en una farsa el movimiento para la Conciencia de Krishna.

LE GUSTA QUE LE SOBEN EL EGO

Todas estas reflexiones giraban en mi cabeza mientras me instalaba en la habitación del Hotel León. En eso sonó el teléfono. Era mi esposa, Bimala devi dasi. Le platiqué que estaba muy emocionado por la forma en que me habían recibido en el hotel, y que me parecía inaudito que entre los devotos no hubiera ese mismo trato. De hecho --como ya he comentado en otras ocasiones-- yo entregué 8 años de mi vida en el servicio devocional de Srila Prabhupada, y a pesar de eso cuando visito Govinda, el restaurante vegetariano del templo, los devotos me tratan como un perfecto desconocido.

Naturalmente, yo no busco ningún reconocimiento como discípulo iniciado de Srila Prabhupada, ni por haber dedicado 8 años de mi vida como director del Gurukula, ni por haber distribuido miles de libros de Srila Prabhupada en México, EUA y Suramérica. Pero me saca de onda que los devotos de Krishna dicen que están practicando un proceso personal, y su relación con otros devotos es completamente impersonal. En realidad, en la conciencia de Krishna no hay amistad.

LA AMISTAD SEGÚN LOS LIBROS DE KUNDALI DAS

Después de leer el apartado Amistad en la Conciencia de Krishna del libro "Supersoul Realization", de Prabhu Kundali das, traté de escribir un artículo sobre mi experiencia de la amistad con los devotos de Krishna mexicanos... y no pude. Varias veces hice el intento, pero fracasé. Tuve que reconocer que entre los Hare Krishnas no hay amistad. A pesar de que viví ocho años en las instalaciones de ISKCON, salvo por R.K., no hice ninguna verdadera amistad.

No vaya a pensar el lector que me estoy quejando de los 8 años que pasé en ISKCON. No. Esos fueron los 8 años más felices de mi vida. Todo ese tiempo viví de la manera más frugal. Sólo tenía un sleeping bag, un par de kurtas, un par de dhotis, un sweater, unas sandalias. No percibía sueldo. Viví 8 años intensísimos bajo el resguardo de Srila Prabhupada. Sin embargo, no hice amistad con los devotos, y sigo sintiendo más cercanía con mis amigos karmis, a pesar de que mi maestro espiritual, Srila Prabhupada, dice que es mejor besar la mejilla de un tigre de Bengala que asociarse con los materialistas.

LOS DEVOTOS NO REVELAN SU MENTE

Pero el anterior fenómeno tiene una razón de ser. El Upadesamrita dice que los devotos deben revelarse la mente entre sí. Sin embargo, veo que es más fácil que los karmis revelen su mente que los devotos. En el Nectar de la Discriminación, Kundali dice que los devotos ocultan su fragilidad bajo una enorme coraza, pues de lo contrario quedaría expuesta su fragilidad.

VICO Y PICO

Curiosamente, el domingo que trataba de escribir sobre la amistad en la conciencia de Krishna visitaron mi casa dos personajes, Uno fue Vico, un karmi, y el otro fue Pico, un devoto.

Con Vico me relacioné a mis anchas. Me platicó de sus problemas con la bebida, que trabaja como profesor de la UAM, que gana una miseria, y que se divorció de Elisa, con quien vivió muchos años y procreó tres hijos, dos varones y una hembra. Curiosamente, Elisa es de Cotija, Michoacán, e hija del hermano de Marcial Maciel. A pesar de que Vico ya anda pisando los 68 años, me platica de sus aventuras amorosas con muchachas treinta años menores que él.

En cambio, Pico, a pesar de que habla hasta por los codos, oculta todo. No dice absolutamente nada que sea de verdadero interés, nada que pueda estrechar más el vínculo entre los dos.

AQUEL QUE ME ALABA ES MI ENEMIGO Y AQUEL QUE ME REPRENDE ES MI AMIGO
--Bhaktisiddhanta Saraswati


De hecho, Bhakta Pico se alejó durante mucho tiempo de la conciencia de Krishna luego de participar durante años en el Centro Cultural Govinda. Cursó entonces la carrera de economía en la UNAM. En esa institución sacó la maestría y el doctorado. Un domingo, en compañía de su hija Karuna y de Ananda, pasó enfrente de mi casa y vio a mi esposa Bimala devi dasi repartiendo prasadam. Es así como se volvió a poner en contacto con los Hare Krishnas. Pero de entonces a la fecha ya han pasado dos años, y yo aún no sé si Ananda es su amante, su empleada o solamente su amiga. Pico no ha tenido la elemental caballerosidad de aclarame eso a pesar de las incontables veces que ha estado en mi casa.

A Vico, mi amigo Karmi, le gusta su trabajo en la UAM, y continuamente lleva a sus discípulos a Xochimilco, Oaxaca, etc. En cambio, bhakta Pico permanentemente se queja de su chamba: “Chin, mañana es lunes y hay que ir a la universidad.” Y como no tiene coche, le da una enorme hueva tener que coger el transporte público.

Bhakta Pico se expresa quejumbrosamente de la situación del país. “Las cosas están muy mal. Hoy salió que un chiquillo de Cuernavaca, de apenas 14 años, ya es sicario.” Yo le respondo que de acuerdo con El Bhagavad-gita Tal Como Es el devoto no está preocupado por los acontecimientos sociales y políticos, porque ya sabe que su origen está en las modalidades de la naturaleza material. El alma no tiene absolutamente nada que ver con las cosas que están sucediendo en el entorno material, pues nosotros somos almas.”

Sin embargo, Pico --a pesar de ser devoto-- se identifica con López Obrador. Dice que el pueblo necesita algunos paliativos. Le respondo que aclare el sentido que le quiere dar al término "paliativo". Me contesta que atenuar los problemas económicos y sociales de la gente. Yo le respondo que esa no es la enseñanza del Gita. Srila Prabhupada explica que hay que echarle agua a la raíz del árbol y automáticamente se benefician el tronco, las ramas, las hojas, el árbol en general. El problema es que la gente no puede entender eso. El problema --le digo señalándolo con el índice-- es que el problema eres tú y no lo reconoces.

Súbitamente le pregunto: “¿Lees El Tambor?” Por el lenguaje corporal del Pico veo que le incomoda que yo saque a relucir esto. Bhakta Pico --al igual que muchos Hare Krishnas mexicanos-- odian a Radha Krishna Prabhu por ser blanco, inteligente e independiente. Ellos piensan que Radha Krishna no está autorizado para hablar del movimiento Hare Krishna porque no está alineado con su organización, ni lleva la vida de un devoto de templo.

Pero lo anterior no lo desautoriza para criticar a quienes han tergiversado la misión de su maestro espiritual, pues además de ser discípulo de Srila Prabhupada y vivir muchos años como líder del movimiento Hare Krishna, tiene la inteligencia necesaria para percibir lo que los malos devotos están haciendo con la misión de su maestro espiritual, y sobre todo tiene el coraje y la honestidad para denunciar esos malos manejos.

HABLA SUSAN

Esto me recuerda lo que leí recientemente en "Al Mismo Tiempo: Ensayos y Conferencias", de Susan Sontang. Allí dice ella: "En la reistencia no hay una inherente superioridad. Todos nuestros llamamientos en favor de la rectitud de la resistencia se apoyan en la rectitud del llamamiento segun el cual los resistentes actuan en nombre de la justicia, y la justicia de la causa no depende de, y no se ve acrecentada por, la virtud de los que pronuncian la afirmación. Depende, en primera y última instancia, de la verdad de una descripción de circunstancias que son, en verdad, injustas e innecesarias".

En otras palabras, una crítica válida está basada en la verdad de la descripción, y no en la virtud, o ausencia de esta, que el público perciba en el exponente. No dudo que en temas y reflexiones doctrinales profundos de la conciencia de Krishna, y en aquellos relativos a la guía espiritual personal, deba haber excelencia devocional en el guru u orientador. Pero en cuestiones evidentes de organización y obediencia a las instrucciones de Srila Prabhupada, la verdad de las descripciones es el factor fundamental a considerar.

Lo anterior debe parecerle demasiado complicado a Pico, a pesar de su doctorado en economía. Su mentalidad es que las cosas son como son y no debemos complicarnos la vida, y menos polemizar con Astika en su propia casa. Pero lo anterior descarta toda posibilidad de amistad y franqueza en la comunicación.

domingo, diciembre 05, 2010

Alerta Sobre el Gita

[En nuestra serie sobre los cambios editoriales ilícitos hechos al Bhagavad-gita Tal Como Es, de Srila Prabhupada, presentamos aquí una nueva nota de Rupanuga das, un fuerte y vocífero oponente a dichos cambios. La nota apareció en el Sampradaya Sun.]

ADVERTENCIA DE ENCUBRIMIENTO CON EL GITA, AVISO AL COMPRADOR

por Rupanuga das

1 de dicienbre de 2010, Jacksonville, Florida, EUA (SUN) -- A quienes les concierna esto deben estar conscientes que los editores del Bhagavad-gita Tal Como Es, de Srila Prabhupada, han continuado editando su propia nueva versión de 2010, en presentación rústica, de su versión de 1983 "revisada y aumentada". Ellos han removido el aviso de "Revisada y Aumentada" de la página del título, y sólo dejaron "Segunda Edición". La frase "con el texto sánscrito original, la transliteración latina, los equivalentes en inglés, la traducción, y comentarios detallados" ha sido omitida. Así que ahora, luego de todas las omisiones, la página de título simplemente dice: "Bhagavad-gita Tal Como Es, Segunda Edición, por Su Divina Gracia A-C. Bhaktivedanta Swami Prabupada".

En consecuencia, el comprador potencial no tiene indicios de que el libro es una versión revisada de la original. En vez de eso, se le hace creer que es una simple reimpresión del original -- ¡del mismo autor! Los editores del BBT, permaneciendo anónimos, continúan plagiando el nombre y la reputación de Srila Prabhupada para darle legitimidad a la versión que reescribieron del Bhagavad-gita Tal Como Es, la cual Srila Prabhupada mismo designó como la "Edición Completa".

En la contraportada los editores de nuevo omiten una importante frase que describe a Srila PRabhupada como "el principal exponente de la ciencia de la Conciencia de Krishna en Occidente, y el autor más distinguido del pensamiento y la religión védicos..". Y ellos añaden de conclusión una curiosa oración que en realidad refleja su propia posición clandestina: "Así, a diferencia de otras ediciones del Gita, ésta presenta el profundo mensaje del Señor Krsna tal como es --sin la más mínima mácula de adulteración o cambios por motivos personales". Esto nos recuerda muy bien de la historia del hombre que se ecnontraba en el segundo piso de su casa que escucha un ruido y grita: "¿Quién está allí?". Al sentirse descubierta, la voz abajo responde enfáticamente: "¡No estoy robando, no estoy robando!".

O como cuando los devotos le contaron a Srila Prabhupada sobre de un artículo periodístico que afirmaba que una sonda espacial enviada a Marte había mandado imágenes fotográficas que se parecían mucho al terreno de Arizona. Srila Prabhupada dijo que estos científicos estaban en Arizona, y solo revelaban lo que tenían en la mente, el paisaje circundante.

En forma similar, estos editores, quizá reaccionando ante ante unas interminables críticas legítimas, inconscientemente revelaron su situación: "O no, hemos hecho la edición con responsabilidad, sin la menor mácula o adulteración o cambio por motivaciones personales". Sin embargo, siguen cometiendo lo que Srila Prabhupada describió en el significado del Srimad-Bhagavatam 3.4.26:

"Aunque uno sea muy versado en la ciencia trascendental, debe cuidarse de la ofensa de maryada-vyatikrama, o rebasar impertinentemente a una personalidad mayor".

La impertinencia no conce límites, debido a que editar en el BBT se ha convertido en co-escribir los libros de Srila Prabhupada. ¡Aviso al comprador! La leche sigue pareciendo leche aunque contenga veneno.

Versión adulterada de 1983.

Versión adulterada de 2010.

NOTAS DE EL TAMBOR

1
Rupanuga Prabhu es uno de los discípulos más antiguos de Srila Prabhupada que lleva una vida vaisnava ejemplar. Aunque se volvió sannyasi en 1972 y para 1975 dejó la orden de sannyasa, aun así siguió sirviendo a Srila Prabhupada directamente en el Bhaktivedanta Institute, como GBC, en incluso a principios de los 1980s fue el presidente de la GBC.

2
Rupanuga es una persona erudita que, según nos han relatado, se fue alejando de la institución por las desviaciones en las que estaba incurriendo. Lo anterior de ninguna manera pone en entredicho ni su inteligencia ni su lealtad a Srila Prabhupada.

3
En efecto, como dice Rupanuga, mientras que con anterioridad el BBT trataba de presentar a su Gita cachondeado como una versión novedosa y mejorada, la crítica implacable y la demostración de que esa versión es espuria han provocado que en reimpresiones subsecuentes presenten el libro como si fuese una simple reimpresión del original. Esto es un engaño.

4
Rupanuga hace una aguda observación. Ese Gita del BBT ya no es el Gita de Srila Prabhupada. Sus verdaderos autores plagian el nombre de Srila Prabhupada y presentan lo de ellos como si fuera de él. Es como el cáncer, que empieza a sustituir imperceptiblemente celulas sanas con células enfermas hasta que provoca la muerte del organismo. Muchos piensan que eso es precisamente lo que ya está ocurriendo en Iskcon, y la reedición de los libros de Srila Prabhupada es sólo una instancia de ello. Otras serían gurus falsos, y una administración no representativa. Esto nos permite ver un cuadro médico muy pesimista.